Video: Sistema esquelético
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¡Hola a todos! Soy Franklin del equipo de Kenhub, en nuestro tutorial de hoy vamos a ver el sistema esquelético del cuerpo.
El esqueleto humano es el armazón que da forma y soporte al ...
Leer más¡Hola a todos! Soy Franklin del equipo de Kenhub, en nuestro tutorial de hoy vamos a ver el sistema esquelético del cuerpo.
El esqueleto humano es el armazón que da forma y soporte al cuerpo y básicamente es lo que evita que seas solo una masa en el suelo. Piensa en ello como las vigas que forman la estructura interna de una casa. El esqueleto humano está formado por más de doscientos huesos individuales, para ser más precisos 206, y estos huesos están conectados entre sí a través de articulaciones, ligamentos y tendones.
Antes de comenzar, demos rápidamente una visión general de lo que vamos a aprender el día de hoy.
El primer dato importante a establecer aquí es que el esqueleto puede ser dividido en dos partes principales; el esqueleto axial que es esencialmente la región central del esqueleto, y el esqueleto apendicular que consiste en los huesos que se unen a este.
El esqueleto axial está constituido por el cráneo que puede ser dividido en los huesos del neurocráneo y del viscerocráneo. También se incluyen acá el tronco que contiene la columna vertebral, la caja torácica y el esternón. El esqueleto apendicular, por otra parte, está formado por la cintura escapular, los huesos del miembro superior, la cintura pélvica y los huesos del miembro inferior. No te preocupes, no veremos cada hueso del cuerpo hoy, ¡esto nos tomaría todo el día! Pero sí nos enfocaremos en los puntos más importantes en relación a los principales huesos de cada región.
Vamos a comenzar por el esqueleto axial, aquí iniciaremos por el cráneo, específicamente por algunos de los huesos del neurocráneo. Puedes estar preguntándote ¿qué significa neurocráneo?, básicamente se refiere a la porción del cráneo que alberga y protege al encéfalo. Ahora veremos tres huesos del neurocráneo incluyendo al hueso frontal, y si giramos nuestro esqueleto para verlo desde atrás, podremos ver los otros dos huesos, el parietal del cual hay uno de cada lado y el hueso occipital.
Vale la pena señalar que el hueso temporal, el esfenoides y el etmoides también forman parte del neurocráneo pero no serán estudiados en este tutorial. Así que vamos a girar nuestro esqueleto nuevamente para poder ver el primer hueso del neurocráneo del que hablaremos hoy, que es el hueso frontal, y acerquémonos un poco para verlo con claridad.
Como puedes ver, el hueso frontal se ubica anteriormente y conforma el área de la frente. Yendo en dirección posterior, tenemos los huesos parietales que se articulan con el hueso frontal y también forman parte del neurocráneo. Este hueso par se localiza en la parte superior y lateral de la cabeza. Si nos acercamos un poco, podremos ver que ambos se conectan entre sí en la línea media por medio de la sutura sagital, que es un ejemplo de articulación fibrosa.
Finalmente, tenemos al hueso occipital, que está resaltado en verde en nuestra imagen. De nuevo nos acercamos para una vista más detallada. El occipital es el hueso más posterior del neurocráneo, y así como protege al encéfalo, también proporciona inserción para varios músculos de la cabeza y el cuello.
Ahora que ya vimos algunos de los huesos del neurocráneo, pasemos a los huesos del viscerocráneo. Viscerocráneo también es una palabra un poco larga pero se refiere simplemente a los huesos que forman el rostro. Veremos dos huesos del viscerocráneo, el maxilar que forma parte del esqueleto facial superior y la mandíbula que corresponde al esqueleto facial inferior. Nuevamente, estos no son los únicos huesos que forman el rostro, existen varios más, y si deseas conocer un poco más sobre los huesos del viscerocráneo, tenemos un tutorial sobre la cabeza y el cuello disponible para tí en nuestra página.
Aquí tenemos el hueso maxilar, que es un hueso esencial en el rostro. Este hueso forma parte del esqueleto facial superior y contribuye en la formación de la órbita, la cavidad nasal y el paladar. Vamos a acercarnos para ver un poco mejor. Si giramos nuestro cráneo para verlo por debajo, podremos ver que también alberga los dientes superiores y por este motivo juega un papel importante en la masticación y la comunicación. La mandíbula es el hueso que forma el esqueleto facial inferior y es el único hueso del cráneo que no se articula con otro hueso craneal mediante suturas.
Si cambiamos la perspectiva para ver nuestro cráneo de lado y lo acercamos un poco, podremos ver que se articula con el hueso temporal mediante la articulación temporomandibular o ATM, que he encerrado en un círculo y podrás verlo en tu pantalla. La mandíbula alberga los dientes inferiores, y tal como el hueso maxilar, también juega un papel importante en la masticación y comunicación.
Ahora que ya vimos algunos de los huesos del cráneo, pasemos a dar un vistazo a los huesos del tronco, comenzando por la columna vertebral.
La columna vertebral está formada por 33 huesos vertebrales conocidos como vértebras que se conectan entre sí a través de numerosas articulaciones. Puede ser subdividida en vértebras cervicales, vértebras torácicas, vértebras lumbares, el sacro y el cóccix. La mayoría de las vértebras tiene una estructura básica similar que analizaremos juntos usando la imagen de una vértebra lumbar desde una vista superior.
La primera región que vemos resaltada es el cuerpo vertebral. La vértebra típica también presenta dos pedículos, dos láminas, un proceso espinoso, dos procesos transversos y cuatro procesos articulares. En esta imagen solo podemos ver dos procesos articulares ya que los otros dos se encuentran en la superficie inferior de la vértebra lumbar. Cabe recalcar que las únicas vértebras individuales que no exhiben esta estructura básica son el atlas y el axis.
El atlas es la primera vértebra cervical o C1, y es la única vértebra que forma una articulación con el cráneo dando soporte a la cabeza, su nombre proviene de la mitología griega al ser comparado con el titán Atlas que fue obligado por Zeus a sostener el universo sobre sus hombros. Vamos a aislar este hueso y acercarnos un poco para ver de forma más clara su estructura.
Viendo desde una perspectiva superior, ahora serás capaz de ver que el atlas es único entre todas las vértebras porque no tiene cuerpo vertebral ni proceso espinoso. El atlas se equilibra y se articula con el axis, que es la segunda vértebra cervical, o C2. Nuevamente, aislamos este otro hueso y nos acercaremos para poder verlo mejor. El axis es inconfundible por su diente, también conocido como proceso odontoides, que articula con el atlas.
Hasta ahora, nos hemos enfocado en vértebras individuales pero también tenemos algunas vértebras fusionadas. El sacro en realidad está formado por cinco vértebras sacras fusionadas, y como puedes ver, se localiza en la base de la columna. Si nos acercamos un poco, podremos ver que este hueso irregular forma una unión entre la columna y los huesos coxales mediante las articulaciones sacroilíacas, que he etiquetado para tí en nuestra imagen.
En el extremo distal del sacro se encuentra el cóccix. Si acercamos un poco la imagen podremos ver que el cóccix está formado por tres a cuatro vértebras fusionadas. Esta es la última parte de la columna vertebral y se conecta con el sacro por medio de la articulación sacrocoxígea.
Continuando con los huesos del tronco, a continuación veremos los huesos de la caja torácica. Existen doce costillas que forman la caja torácica. Acerquémonos para verlas mejor, pero ten en mente que en nuestra visión de cerca estamos observando las costillas desde una perspectiva posterior, mientras que nuestro esqueleto las mostró desde una perspectiva anterior.
A pesar de que las doce costillas se articulan con la columna vertebral, solo siete de ellas se articulan directamente con el esternón y podemos ver esas costillas resaltadas en verde en nuestra imagen a la derecha. Estas primeras siete costillas son conocidas como costillas verdaderas porque se unen al esternón directamente mediante su propios cartílagos costales. Por otra parte, las costillas desde la octava hasta la décima, son conocidas como costillas falsas porque se articulan con el esternón indirectamente mediante el cartílago de la séptima costilla. Las dos últimas costillas son conocidas como costillas flotantes porque sus cartílagos costales tienden a terminar dentro de la musculatura abdominal.
La última estructura del tronco que veremos hoy es el esternón.
El esternón está compuesto por tres partes; manubrio del esternón, cuerpo del esternón y proceso xifoides. Estudiaremos el esternón desde su porción superior hacia su porción inferior, comenzando por el manubrio.
El manubrio del esternón posee forma cuadrangular, y si nos acercamos, podemos ver que se articula con la clavícula, la primera costilla, el cuerpo del esternón y la segunda costilla. El cuerpo del esternón o cuerpo esternal es un hueso plano que presenta una superficie anterior convexa y una superficie posterior cóncava. Vamos a echar un vistazo más de cerca.
El cuerpo esternal es fácilmente palpable y forma articulaciones con el manubrio, con las costillas de la segunda a la séptima y con el proceso xifoides.
Por último tenemos al proceso xifoides del esternón, que es una pequeña proyección ósea como puedes ver en nuestra imagen de la derecha. Si acercamos la imagen un poco, podremos ver que el proceso xifoides posee la mitad de una incisura costal para una parte del séptimo cartílago costal. El proceso xifoides también se articula con el cuerpo del esternón.
Ahora que ya vimos los componentes del esqueleto axial, el cráneo y el tronco, pasemos al esqueleto apendicular, comenzando por la cintura escapular.
La cintura escapular está formada por dos huesos; la clavícula y la escápula. Veamos estos huesos con un poco más de detalle. La clavícula es un hueso largo que se articula con el acromion de la escápula formando la articulación acromioclavicular que puedes ver resaltada en verde.
Ahora, vamos a ver la escápula. Es un hueso plano y triangular, llamado comúnmente omóplato, que se ubica en la parte posterior de la caja torácica. Hablemos sobre algunas características clave de la escápula, comenzando por el acromion. Si cambiamos la perspectiva podremos tener una vista posterior de la escápula y si la acercamos un poco, veremos cómo el acromion se articula con la clavícula para formar la articulación acromioclavicular.
Otra característica de la escápula que veremos es el proceso coracoides. Observemos cómo se ve esta estructura desde una perspectiva anterior del esqueleto. Puedes notar que es una proyección en forma de gancho y que se localiza por arriba de la cavidad glenoidea. La cabeza del húmero se articula con la cavidad glenoidea para formar la articulación del hombro.
Para ver la última característica de la escápula de la cual hablaremos, necesitamos girar nuestro esqueleto. La espina de la escápula es una cresta ósea que protruye en la superficie posterior de la escápula, fácilmente palpable y que separa la fosa supraespinosa de la fosa infraespinosa.
Ahora que vimos todo sobre la cintura escapular, vamos a dar un vistazo a los huesos del miembro superior.
En esta sección del tutorial, dividiremos los huesos del miembro superior en los huesos del brazo, del antebrazo, y de la mano. Afortunadamente para nuestra memoria, existe solo un hueso en el brazo, que es el húmero. El húmero es un buen ejemplo de un hueso largo. En el extremo proximal se encuentra la cabeza del húmero. Si acercamos un poco la imagen, podremos ver que se articula con la escápula formando la estructura que podemos ver ahora resaltada de verde, que es la articulación del hombro. Esta articulación es conocida también como articulación glenohumeral porque la cabeza del húmero se ubica en la cavidad glenoidea de la escápula.
Vamos de regreso a nuestro lindo esqueleto. En la cara lateral del húmero existe una prominencia ósea conocida como tubérculo mayor, que podemos ver aquí en nuestra imagen, resaltada de verde, y en la cara anterior podemos ver otra prominencia ósea conocida como tubérculo menor. Entre ambos tubérculos se ubica una depresión llamada surco intertubercular que da paso a un importante tendón. En su extremo distal, el húmero se articula con el radio y la ulna del antebrazo, formando la articulación del codo, vista aquí dentro del círculo azul en tu pantalla.
A continuación, veremos los huesos del antebrazo. Como ya sabes, el antebrazo es la parte del miembro superior que encontramos entre el codo y la muñeca. Está formado por dos huesos largos que son el radio y la ulna. El radio está situado lateralmente y es el más corto de los dos. En su extremo proximal está la cabeza del radio que forma una articulación con el capítulo humeral que es parte del complejo articular del codo. En su extremo distal el radio tiene una proyección ósea conocida como proceso estiloides, la cual se dirige hacia distal .
Veamos algunas otras articulaciones que el radio forma con los huesos adyacentes. La cabeza del radio se articula no solo con el húmero sino también con la ulna para formar la articulación radioulnar proximal que, como el nombre lo sugiere, se sitúa proximalmente. Distalmente, el radio se articula con la ulna nuevamente para formar la articulación radioulnar distal. Además, se articula con los huesos del carpo de la mano, específicamente, el escafoides y el semilunar, para formar la articulación radiocarpiana.
El otro hueso largo del antebrazo es la ulna, también conocido como cúbito. En su extremo proximal por su cara posterior presenta una protrusión ósea que podemos ver si giramos nuestro esqueleto. Esta protrusión es conocida como olécranon y puede palparse fácilmente en el codo. Así como el radio, la ulna también posee una proyección ósea en su superficie distal que es conocida como proceso estiloides de la ulna. Curiosamente, a diferencia del radio, la cabeza de la ulna está ubicada en su extremo distal.
Ahora, continuemos con los huesos de la mano. La mano está formada por varios huesos, entre ellos: los huesos del carpo, del metacarpo y por supuesto de los dedos, conocidos como falanges. Comencemos con los huesos del carpo.
Si miramos la muñeca de cerca, veremos que está formada por los huesos del carpo o carpianos. Estos incluyen al escafoides, semilunar, piramidal, pisiforme, trapecio, trapezoide, grande y ganchoso. Estos últimos cuatro huesos se articulan con los metacarpianos.
Los metacarpianos forman la siguiente fila de huesos de la mano, hacia distal del carpo. Demos un vistazo más de cerca.
Existen cinco huesos metacarpianos que constan de una base proximal, un cuerpo y una cabeza distal. La cabeza de cada metacarpiano forma una articulación con las falanges de la mano formando las articulaciones metacarpofalángicas, como puedes ver en tu pantalla, dentro de este círculo azul.
Por último, veremos las falanges de la mano. Las falanges de la mano, como acabamos de ver, están conectadas a los metacarpianos mediante las articulaciones metacarpofalángicas. Cuatro de los cinco dedos de la mano que corresponden a los dedos índice, medio, anular y meñique, tienen una falange proximal, una falange media y una falange distal. El dedo pulgar, sin embargo, solo tiene dos falanges, la falange proximal y la distal. Estas están conectadas entre sí por las articulaciones interfalángicas, clasificadas como gínglimo o articulaciones trocleares.
Hasta ahora, hemos visto los huesos del cráneo, tronco, cintura escapular y miembros superiores. Ahora, vamos más hacia abajo en el cuerpo para estudiar la cintura pélvica, la cual se encuentra formada por los huesos de la pelvis, también conocidos como huesos coxales. Son tres los huesos que forman cada hueso coxal y estos son el ilion, isquion y pubis.
El primer componente del hueso coxal que veremos hoy es el ilion. El ilion tiene varios reparos óseos notables incluyendo la cresta ilíaca, y la espina iliaca anterior superior.
El isquion como ya vimos es uno de los tres huesos que forman el hueso coxal. En su superficie inferior existe una tuberosidad conocida como tuberosidad isquiática.
El último hueso que forma al hueso coxal es el pubis o hueso púbico. Los dos huesos púbicos están unidos por una articulación cartilaginosa llamada sínfisis del pubis, vista aquí en la imagen de la derecha. A cada lado de la sínfisis del pubis hay un tubérculo conocido como espina púbica.
Antes de continuar con los huesos del miembro inferior, primero demos un vistazo a la articulación que conecta la pelvis al miembro inferior, que es la articulación coxofemoral, que corresponde a una articulación esférica, formada por el acetábulo del hueso coxal y la cabeza del fémur, de donde proviene su nombre.
El último grupo de huesos que veremos hoy son los huesos del miembro inferior. Por lo tanto, en esta parte del tutorial nos enfocaremos específicamente en los huesos del muslo, de la pierna y del pie.
Así como el brazo, el muslo solamente tiene un hueso, que es el fémur. Este es el hueso más largo del cuerpo humano y podemos verlo resaltado de verde en nuestra imagen a la derecha. Si acercamos la imagen en la porción proximal, podremos ver algunos reparos óseos principales como la cabeza del fémur. Hablamos de esta brevemente cuando vimos la cintura pélvica y su articulación con el acetábulo del hueso coxal. A continuación, podemos ver el cuello del fémur que da soporte a la cabeza femoral.
En la cara lateral del fémur por debajo del cuello existe una eminencia palpable conocida como trocánter mayor, que podemos ver aquí. Se conecta a otra eminencia en la cara posterior del fémur conocida como trocánter menor por una línea de recorrido oblicuo denominada cresta intertrocantérica. Estoy apuntando esta cresta con la flecha azul en tu pantalla. Moviéndonos hacia abajo, podemos ver una superficie rugosa llamada línea áspera del fémur y es un lugar importante para inserciones musculares.
Ahora veremos algunos reparos del fémur distal. Primero, tenemos el epicóndilo lateral seguido por el epicóndilo medial. La función de los epicóndilos es servir de punto de inserción para músculos, ligamentos y tejidos. Por debajo de estos epicóndilos, tenemos el cóndilo lateral seguido por el cóndilo medial. Estos cóndilos se articulan con la tibia para formar la articulación de la rodilla. En la superficie anterior de la articulación de la rodilla existe un hueso de forma irregular llamado patela. Puedes que conozcas este hueso también como rótula.
La pierna, que es la región entre la patela y el pie, está formada por dos huesos largos; la tibia medialmente y la fíbula lateralmente. Primero estudiaremos la tibia.
La tibia es más gruesa que la fíbula, como ya lo vimos, se articula con el fémur. La tibia es comúnmente conocida como canilla o espinilla. En el extremo proximal de la tibia se encuentran los cóndilos tibiales. El cóndilo lateral de la tibia está situado lateralmente mientras que el cóndilo medial, por supuesto, está ubicado medialmente. Estos dos cóndilos cargan el peso del fémur y arriba de estos hay una superficie articular plana conocida como la carilla articular superior de la tibia, que se articula con las superficies condilares del fémur que vimos anteriormente. En la superficie anterior del extremo proximal de la tibia es posible palpar una eminencia ósea conocida como tuberosidad tibial y en su extremo distal medialmente existe una eminencia ósea conocida como maléolo tibial o medial. Esta prominencia ósea es parte de lo que conocemos comúnmente como tobillo.
La fíbula está ubicada lateralmente y es el más fino de los dos huesos largos de la pierna. En su extremo proximal encontramos la cabeza de la fíbula, que tiene forma irregular, y se articula con la tibia en la superficie inferolateral del cóndilo tibial en la articulación tibiofibular. En el extremo distal de la fíbula se encuentra una prominencia ósea llamada maléolo lateral, que al igual que el maléolo tibial, también forma parte del tobillo.
Finalmente, veremos los huesos del pie. Los huesos del pie pueden ser divididos en huesos del tarso o tarsianos, huesos del metatarso o metatarsianos y por supuesto los huesos de los dedos del pie o falanges.
En el tarso podemos encontrar siete huesos, de los cuales hablaremos más detalladamente. El primer hueso tarsiano que veremos es el talus que forma una unión entre el pie y la pierna mediante la articulación talocrural. Este hueso juega un papel importante en la estabilidad del tobillo.
El segundo hueso tarsiano del que hablaremos es el calcáneo que también es conocido como el talón. Yo creo que estarás de acuerdo conmigo que es un poco difícil verlo desde esta perspectiva, entonces veámoslo desde su cara lateral y acerquemos la imagen un poco. Ahora sí, aquí podemos ver que el calcáneo se ubica inmediatamente por debajo del talus, es el hueso más grande de los huesos del tarso, y se proyecta posteriormente para formar el talón de tu pie.
El hueso navicular también es un hueso del tarso y está ubicado en el dorso del pie. Si vemos el hueso navicular de lado y lo acercamos, podemos ver cómo este hueso se relaciona con los otros huesos del tarso. Se articula con el talus proximalmente, el cuboides lateralmente y con los tres huesos cuneiformes distalmente; sin embargo, podemos ver solo dos de estos en esta imagen.
Continuemos hablando de estos huesos. Son tres huesos cuneiformes que se localizan en el lado medial del pie; cuneiforme medial, intermedio y lateral. Junto con la articulación con el hueso navicular proximalmente, los huesos cuneiformes se articulan también con el cuboides lateralmente y con las superficies proximales del primer al tercer metatarsiano distalmente.
El último hueso del tarso es el hueso cuboides. Si vemos este hueso de lado y lo acercamos, podemos ver que se articula con el calcáneo posteriormente, el cuneiforme lateral medialmente y el cuarto y quinto metatarsiano anterolateralmente.
Continuemos más distalmente para ver los metatarsianos. Existen cinco metatarsianos del pie que conectan el tarso a los dedos del pie y estos se denominan del uno al cinco desde el más medial al más lateral cuando miramos el pie desde su superficie dorsal, así como estamos ahora. Los huesos del metatarso están conectados a las falanges del pie mediante las articulaciones metatarsofalángicas.
Los últimos huesos del miembro inferior que veremos son las falanges del pie. Estos huesos largos del pie se localizan hacia distal de los huesos del metatarso y forman los huesos de los dedos del pie. Cada dedo del pie está conformado por tres falanges con la excepción del dedo gordo que se compone solo de dos falanges, y podemos verlo mejor si acercamos nuestra imagen.
Del segundo al quinto dedo del pie se componen de una falange proximal, media y distal. Cada una de las falanges se conectan entre sí mediante articulaciones conocidas como articulaciones interfalángicas. Fíjate que del segundo al quinto dedo del pie cada una forma dos articulaciones interfalángicas. El dedo gordo, por otra parte, no tiene tres falanges. Este dedo también llamado hallux está formado solo por una falange proximal y una distal. Esto significa que mientras los otros dedos del pie presentan dos articulaciones interfalángicas, el dedo gordo solo presenta una.
Nuestro tutorial está llegando a su fin, pero antes, discutamos algunas correlaciones clínicas relevantes sobre el sistema esquelético.
Como cualquier tejido del cuerpo, los huesos también pueden estar afectados por enfermedades. Por ejemplo, el hueso puede contraer cáncer. Existen varios tipos de cáncer óseos pero hoy nos enfocaremos en dos tipos, el osteosarcoma y el condrosarcoma. El osteosarcoma es el tipo más común de cáncer óseo y surge en las células óseas. Este cáncer afecta principalmente a individuos menores de veinte años de edad. El condrosarcoma, por otro lado, surge en las células cartilaginosas y afecta principalmente a individuos mayores de cuarenta años de edad.
También pueden surgir enfermedades óseas como resultado de desnutrición. El raquitismo es una condición que afecta el desarrollo óseo en niños y niñas. Es causado por deficiencia de vitamina D y tiene como resultado huesos frágiles. Esto puede causar malformaciones como la que vemos aquí en esta radiografía donde se muestran las características piernas arqueadas que pueden aparecer en el raquitismo.
Eso ha sido todo por hoy. Vamos a resumir lo que vimos en este tutorial.
Lo primero que aprendimos es que el esqueleto puede ser dividido en dos partes principales, el esqueleto axial y el esqueleto apendicular. Después vimos que el esqueleto axial está formado por el cráneo que se puede dividir a su vez en los huesos del neurocráneo y del viscerocráneo; también por el tronco que incluye la columna vertebral, la caja torácica y el esternón. A continuación, estudiamos el esqueleto apendicular que consiste en la cintura escapular, los huesos del miembro superior, la cintura pélvica y los huesos del miembro inferior. Vimos los principales huesos que forman cada región y también discutimos algunas características importantes de estos huesos.
Eso nos trae al final de este tutorial sobre el sistema esquelético. Espero que lo hayas disfrutado, ¡y gracias por acompañarnos!