Video: Articulación talocrural
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Hola, soy Ramsés de Kenhub, y te doy la bienvenida a nuestro tutorial sobre la articulación talocrural. Esta es la articulación donde la pierna y el pie se encuentran, y a menudo nos referimos a ella ...
Leer másHola, soy Ramsés de Kenhub, y te doy la bienvenida a nuestro tutorial sobre la articulación talocrural. Esta es la articulación donde la pierna y el pie se encuentran, y a menudo nos referimos a ella simplemente como articulación del tobillo. En esta imagen podemos ver el tobillo derecho desde una perspectiva anterior. Desde este ángulo se ve que en esta articulación participan más de dos huesos, mantenidos en posición mediante ligamentos. Aclararemos esto y más durante nuestro videotutorial, pero antes déjame darte una visión general sobre lo que aprenderemos hoy.
Hoy comenzaremos identificando los huesos que forman parte de la articulación del tobillo, estudiaremos su clasificación y movimientos para posteriormente revisar los medios de unión, es decir, los ligamentos que mantienen a esta articulación unida. Para terminar veremos una correlación clínica importante relacionada con la articulación.
Un último aviso antes de comenzar: este video usa la terminología anatómica más moderna. Si en tu curso de anatomía se emplea la terminología antigua, pon atención a tu pantalla porque iré agregando los sinónimos más comunes cuando sea preciso.
¿Suena bien? Perfecto, comencemos con los huesos. Comenzaremos con la pierna, y describiremos todo desde proximal hacia distal.
La pierna, el segmento del miembro inferior localizado entre las articulaciones de la rodilla y del tobillo, posee un esqueleto formado por dos huesos. El hueso más voluminoso es la tibia, que también corresponde al más medial. Este dato nos permite establecer que nuestra ilustración corresponde a una pierna del lado derecho.
En esta imagen vemos el pie y la parte inferior de la pierna desde una perspectiva medial, y el hueso que hemos resaltado aquí es la tibia. En el extremo distal de la tibia podemos observar una proyección ósea llamada maleolo medial. Es posible palpar el maleolo medial, te daré un segundo para intentarlo en tu propio tobillo si quieres. ¿Lo sentiste? Así es, este es tu maleolo medial.
Ahora vamos al otro lado de la pierna para identificar al siguiente hueso que forma su esqueleto, la fíbula, también conocida como peroné, el hueso que se orienta hacia lateral. Recuerda que este es un tobillo derecho. La fíbula es mucho más delgada que la tibia, y a pesar de que no está involucrada directamente en la transmisión de fuerzas desde el pie hacia la pierna, sí forma parte de la articulación talocrural. Este hueso también tiene una proyección ósea y, ya que la fíbula se ubica hacia lateral, esta proyección recibe el nombre de maleolo lateral. Puedes verla destacada aquí en esta vista anterior del tobillo.
Te daré unos segundos nuevamente para que intentes palpar el maleolo lateral en tu tobillo. Podrás notar que es mucho más prominente en comparación al maleolo medial.
Ahora sigamos nuestro recorrido hacia los huesos del pie que forman parte de esta articulación.
El pie está formado por 26 huesos, muchos más que en todo el resto del miembro inferior, pero no te preocupes, hay un solo hueso que está involucrado directamente en la articulación talocrural. Sin embargo, es importante mencionar que hay otros huesos del pie que colaboran proporcionando sitios de inserción para ligamentos que permiten que esta articulación se mantenga estable. El hueso que está directamente involucrado en la articulación es el que vemos aquí resaltado. Este hueso se denomina talus, pero puede que lo conozcas como astrágalo o talo.
En las dos imágenes que vemos aquí, una vista medial y una vista lateral, podemos ver el talus resaltado en verde. Mediante su tróclea, que se observa en la parte superior, se articula con el calcáneo, que es este hueso de aquí.
Aquí podemos ver al calcáneo más de cerca. En esta imagen de una vista lateral del pie, podemos verlo justo por debajo del talus. El calcáneo es el hueso que forma el talón. No forma parte directa de la articulación talocrural, pero pronto veremos que hay importantes ligamentos de la articulación que se insertan en él.
El último hueso que vamos a identificar hoy es este de aquí, el hueso navicular. Lo puedes ver ahora destacado en verde en ambas imágenes. En esta vista medial podemos verlo más claramente. Se ubica en el aspecto medial del pie, proximal a los tres huesos cuneiformes. Podemos ver que se articula con el talus aquí. De manera similar al calcáneo, este hueso no está directamente involucrado en la articulación del tobillo, pero sí da inserción a muchos ligamentos importantes de ella.
Ahora que aprendimos detalles sobre los huesos, vamos a comenzar a trabajar con la articulación. Existen en realidad dos articulaciones que debemos discutir, y la primera es la articulación crurotalar. Ya sabemos que los tres huesos involucrados en esta articulación son la tibia, la fíbula y el talus. La tibia y la fíbula conforman lo que llamamos la mortaja maleolar. Este arco óseo está formado por el maleolo lateral de la fíbula, la superficie articular inferior de la tibia y el maleolo medial de la tibia. En esta cavidad se articula la tróclea del talus. La configuración de esta mortaja maleolar mantiene la tróclea del talus en una posición segura y estable, lo cual es imprescindible para soportar el peso del cuerpo humano.
La mortaja maleolar además permite que la tróclea del talus pueda moverse solo en el eje horizontal. En otras palabras, esta articulación se clasifica como gínglimo, recuerda que este tipo de articulaciones, también conocidas como bisagra, permiten únicamente dos movimientos, tal como la bisagra de una puerta. Los dos movimientos de la articulación crurotalar son: dorsiflexión, cuando el dorso o empeine del pie se acerca a la pierna, y plantiflexión, el movimiento inverso.
Pero si la articulación crurotalar permite solo movimientos en dos sentidos, ¿Cómo es posible realizar los movimientos de inversión y eversión del pie? Esos movimientos tienen lugar en la articulación subtalar, también llamada articulación talocalcánea. En términos de movimiento, el concepto de articulación del tobillo incluye también a la articulación subtalar. Como su nombre lo sugiere, esta articulación está formada por el talus y el calcáneo. En esta vista lateral puedes ver al talus y al calcáneo.
En esta imagen podemos ver la articulación subtalar desde una perspectiva anterior y superior. Desde esta vista, podemos apreciar los movimientos de inversión y eversión que tienen lugar en ella, movimientos muy diferentes cuando los comparamos a la dorsiflexión y la plantiflexión que ocurren en la articulación talocrural. Durante la inversión, movimiento también llamado supinación, la planta del pie se orienta hacia medial. La eversión, por otro lado, es el movimiento opuesto y puede también ser llamado pronación.
Ahora que hemos hablado sobre los huesos, las articulaciones y sus movimientos, es tiempo de que revisemos los ligamentos. Demos un vistazo entonces a los medios de unión de esta articulación. Hay diez ligamentos que necesitamos estudiar hoy: siete de ellos son más superficiales y los otros tres son más profundos y están específicamente relacionados con la articulación subtalar.
Puede parecer mucho para recordar, pero hay dos consejos que todo estudiante de anatomía debe saber, ya que nos pueden ayudar a organizar mejor estos ligamentos y por ende a recordarlos mejor. Uno de ellos es que estos ligamentos están agrupados según el lado de la articulación al cual pertenecen, y el segundo es que todos se nombran según los huesos en los que se insertan.
Comenzaremos con el lado medial o tibial. En esta imagen podemos ver cuatro ligamentos resaltados. Estos son conocidos colectivamente como ligamento colateral tibial, ligamento colateral medial, o ligamento deltoideo. Demos una mirada a cada uno de sus componentes por separado.
El ligamento más anterior, que podemos ver ahora resaltado en verde, se denomina ligamento tibiotalar anterior. Recuerda que estos ligamentos se nombran según los huesos en los que se insertan. Hacia posterior podemos ver otro ligamento que va de la tibia al talus y es el ligamento tibiotalar posterior.
El siguiente ligamento va desde la tibia al hueso navicular. Como no hay otro con estas inserciones, no necesitamos agregar anterior o posterior a su nombre, y lo llamaremos ligamento tibionavicular. Finalmente, este ligamento que ves aquí va desde la tibia al calcáneo, por lo cual se denomina ligamento tibiocalcáneo.
El segundo grupo de ligamentos está ubicado en el aspecto lateral o fibular del tobillo. Consta de tres ligamentos que están destacados en verde aquí. Estos tres reciben el nombre de ligamento colateral fibular o lateral. Veremos cada uno de ellos en detalle.
El primero, resaltado en verde en esta imagen, va desde la cara anterior de la fíbula hasta el talus y se denomina ligamento talofibular anterior. Probablemente, has notado que el nombre de este ligamento está invertido con respecto a los del aspecto medial de la articulación. Esto se debe a que acorde a la terminología actual, los nombres de los ligamentos mediales comienzan con la inserción proximal o la tibia, mientras que los del aspecto fibular o lateral comienzan con la inserción distal.
Al observar la articulacion desde su aspecto posterior, podemos ver otro ligamento que también va desde la fíbula al talus. Este recibe el nombre de ligamento talofibular posterior. Finalmente, la última parte del ligamento colateral fibular va desde la fíbula al hueso calcáneo y, por tanto, le llamamos ligamento calcaneofibular.
El tercer y último grupo de ligamentos es específico de la articulación subtalar, por lo tanto todos van desde el talus al calcáneo. El primer ligamento se puede ver en esta vista medial. Ya que este ligamento une ambos huesos y debido a su ubicación, se denomina ligamento talocalcáneo medial.
Los otros dos ligamentos pueden verse en esta perspectiva medial de la articulación, donde nuevamente podemos ver al talus y al calcáneo. El ligamento que está resaltado ahora es el ligamento talocalcáneo lateral. El último ligamento de este grupo se puede ver ahora destacado en verde y se llama ligamento talocalcáneo interóseo. Estos tres ligamentos estabilizan la articulación talocalcánea o subtalar.
Hemos terminado de revisar la anatomía del complejo articular del tobillo. En la correlación clínica de hoy me gustaría hablar sobre una lesión común que afecta a esta zona, el esguince de tobillo. Por lo general, los esguinces son lesiones causadas por un estiramiento excesivo o por desgarro de un ligamento. A pesar de que cualquier ligamento de esta articulación puede sufrir un esguince, algunos son más propensos que otros.
Los componentes del ligamento colateral fibular son más débiles en general que los del ligamento colateral tibial, y, por lo tanto, sufren lesiones más a menudo. La lesión ocurre normalmente cuando el pie experimenta una inversión excesiva. En este evento, los ligamentos laterales están sobreexigidos y pueden lesionarse. Es lo que se conoce comúnmente como torcedura de tobillo. De los ligamentos laterales, el ligamento talofibular anterior es el más propenso a lesionarse.
Así hemos llegado al final de nuestro tutorial, pero antes de dejarte ir, me gustaría hacer un resumen de lo que hemos aprendido hoy.
Comenzamos revisando los huesos involucrados en la articulacion crurotalar. Primero estudiamos la tibia, la fíbula y el talus. Además identificamos al calcáneo y al navicular, que sirven como puntos de inserción para ligamentos de refuerzo de la articulación. Luego analizamos el concepto de mortaja maleolar, la cual está formada por el maleolo medial y la superficie articular inferior de la tibia; así como por el maleolo lateral de la fíbula. Vimos cómo la tróclea del talus se articula con la mortaja maleolar y luego conocimos la otra articulación que forma parte de este complejo articular: la articulación subtalar, que se forma entre el talus y el calcáneo, y es el sitio donde ocurren los movimientos de inversión y eversión.
Luego estudiamos los ligamentos involucrados en la estabilización de la articulación. Comenzamos con el ligamento colateral tibial o deltoideo y conocimos sus cuatro componentes, los ligamentos tibiotalares anterior y posterior, y los ligamentos tibionavicular y tibiocalcáneo. El segundo grupo de ligamentos que identificamos se concocen colectivamente como el ligamento colateral fibular, y son los ligamentos talofibular anterior, calcaneofibular y talofibular posterior. El último grupo de ligamentos que aprendimos es específico de la articulación subtalar y son los ligamentos talocalcáneo medial, talocalcáneo lateral y talocalcáneo interóseo.
Por último, estudiamos unas pocas correlaciones clínicas. Aprendimos sobre los esguinces de tobillo y los ligamentos que sufren esta lesión con más frecuencia.
Esto nos trae al final de nuestro tutorial. Gracias por quedarte conmigo hasta el final, nos vemos pronto y ¡feliz estudio!