Video: Hueso etmoides
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¡Hola! Soy Ramsés, de Kenhub. Te doy la bienvenida a este tutorial donde hablaremos acerca del hueso etmoides. En esta imagen estamos observando el interior de la mitad derecha del cráneo. Desde esta ...
Leer más¡Hola! Soy Ramsés, de Kenhub. Te doy la bienvenida a este tutorial donde hablaremos acerca del hueso etmoides. En esta imagen estamos observando el interior de la mitad derecha del cráneo. Desde esta perspectiva, podemos ver una distinción entre esta región resaltada aquí que conocemos como el viscerocráneo, y esta otra que conocemos como el neurocráneo.
Y ahora tal vez te preguntes, ¿qué es el viscerocráneo? El viscerocráneo es esencialmente un término colectivo usado para referirnos a los huesos de la cara. Por otra parte, el término neurocráneo se refiere a los huesos que rodean al encéfalo, incluyendo el etmoides. El hueso etmoides es uno de los huesos más complicados del cráneo - seguramente ya lo notaste tan solo con verlo. Así que vamos a estudiar cada una de sus estructuras de forma individual en este tutorial.
Antes de continuar quisiera aclarar que, aunque el etmoides cumple con la condición de rodear al encéfalo como todos los huesos del neurocráneo, algunos autores lo consideran parte del viscerocráneo, ya que la mayor parte de su volumen se encuentra en esta región. Sin embargo, esto no altera para nada el contenido de nuestro videotutorial. Ahora sí, continuemos.
Ahora echemos un vistazo al hueso etmoides por sí solo, y para esto veremos una perspectiva posterior del cráneo como la que tenemos ahora en pantalla - la vista posterior - así que ahora lo estamos viendo desde atrás. El hueso se muestra ahora desde atrás. Aquí vemos dos estructuras en forma de cubo conocidas como laberintos etmoidales o masas laterales. Más adelante veremos que estos laberintos son prácticamente huecos.
Ahora, entre los dos laberintos etmoidales podemos ver en color verde esta delgada lámina de hueso que se proyecta inferiormente. Esta es la lámina perpendicular del hueso etmoides y forma parte del tabique nasal que separa las cavidades nasales derecha e izquierda. En pacientes que presentan fisura labiopalatina, la forma de la lámina perpendicular muchas veces presenta anomalías, pero en un importante porcentaje de la población también puede existir una condición que usualmente se conoce como tabique nasal desviado.
Ahora observamos un corte sagital a través de la línea media del cráneo y cavidad nasal y puedes ver la cavidad nasal justo aquí. La estructura resaltada en verde es la cara medial del laberinto del hueso etmoides, que forma parte de la pared lateral de la cavidad nasal. Como puedes ver, esta cara posee dos proyecciones curvas conocidas como cornetes nasales. Tenemos dos cornetes nasales, el cornete nasal superior y el cornete nasal medio, y bajo ellos se forman espacios llamados meatos nasales superior y medio, respectivamente.
Existe un tercer cornete nasal independiente: el cornete nasal inferior, que se articula con cuatro huesos: el proceso frontal del maxilar anteriormente; el proceso unciforme del etmoides y el hueso lagrimal anteromedialmente; y la lámina perpendicular del hueso palatino posteromedialmente. Desde luego, el espacio bajo el cornete nasal inferior forma el meato nasal inferior.
Ahora tomemos un momento para observar estos tres cornetes nasales individualmente - los cornetes nasales superior y medio son proyecciones de las caras mediales del laberinto etmoidal a cada lado de la cavidad nasal, mientras que el cornete nasal inferior es un hueso separado, inferior a los otros dos cornetes de arriba. Estos cornetes nasales forman seis conductos aéreos a través de las cavidades nasales derecha e izquierda.
Al conducto aéreo más superior se le conoce como receso esfenoetmoidal, y lo puedes ver aquí limitado tanto por el hueso esfenoides como por el hueso etmoides.
En esta imagen, el receso esfenoetmoidal está resaltado en verde. El conducto que se encuentra directamente por debajo del cornete nasal superior es el meato nasal superior - justo aquí. Hay otro conducto entre los cornetes nasales medio e inferior llamado meato nasal medio - que también puedes ver aquí - y, finalmente, tenemos al meato nasal inferior que vemos aquí por debajo del cornete nasal inferior.
Un dato que te puede interesar: el espacio que queda entre los cornetes y el tabique nasal se denomina meato nasal común.
Los cornetes nasales tienen un papel interesante en la respiración. Se encargan de aumentar el área de superficie en tus cavidades nasales y de rotar el aire que pasa por la nasofaringe. La rotación del aire inhalado incrementa el contacto con la mucosa nasal, lo cual es extremadamente importante ya que ayuda a humidificar el aire y a filtrarlo de microbios u otros cuerpos extraños dañinos que podríamos llegar a inhalar. Saturar el aire inhalado con agua previene que los tejidos de tus pulmones se sequen cuando respiras muy rápido o muy profundo.
Ahora vemos el interior del cráneo como si le hubiéramos quitado la parte superior del neurocráneo - que es la parte del cráneo que protege al encéfalo. El hueso etmoides está justo aquí en esta imagen. Lo estamos viendo desde una perspectiva superior y, superiormente, el etmoides se caracteriza por la presencia de esta estructura que vemos aquí en color verde, conocida como la crista galli. A cada lado de la crista galli podemos ver este elemento perforado por forámenes. Es la lámina cribosa, y hablaremos de ella un poco más adelante.
Voy a añadir la imagen del encéfalo a la imagen de la vista superior del cráneo, y ahora podemos ver esta estructura de aquí que se conoce como la duramadre. La duramadre es la capa más externa y gruesa que cubre al encéfalo. Esta se pliega sobre sí misma y sobre ciertas áreas creando así separaciones y regiones en el encéfalo. Ahora bien, la crista galli es el punto anterior de inserción de uno de estos pliegues: la hoz del cerebro, que vemos aquí. Este pliegue de la duramadre separa los hemisferios cerebrales derecho e izquierdo.
Ahora, como ya mencionamos, a cada lado de la crista galli hay una pequeña lámina de hueso repleta de forámenes llamada lámina cribosa. Estos forámenes son vitales para la olfacción, que no es más que el término médico elegante para referirnos al sentido del olfato.
Ahora echaremos un vistazo más de cerca a la lámina cribosa y a nuestro primer par craneal, el nervio olfatorio. En esta imagen observamos al hueso etmoides desde cerca. Aquí podemos ver la lámina cribosa en color verde, separando las cavidades nasales de la cavidad craneal. Conforme inhalas aire se estimulan los receptores en la parte más alta de tu mucosa nasal conocida como epitelio olfatorio. Los axones de estas neuronas sensitivas especiales se proyectan superiormente a través de los forámenes hasta alcanzar los bulbos olfatorios que se encuentran en la cara superior de la lámina cribosa.
Cuando se observan desde un corte sagital, podemos ver que los bulbos olfatorios se parecen un poco a un cepillo de dientes, sus axones serían las cerdas del cepillo pasando a través de la lámina cribosa. A partir de aquí, las señales sensitivas siguen su trayecto por el tracto olfatorio para procesarse en la corteza olfatoria del cerebro. Una breve correlación clínica aquí es que las fracturas en el piso de fosa craneal anterior pueden involucrar a la lámina cribosa, lo que puede provocar una fuga de líquido cefalorraquídeo por la nariz, una condición que se conoce como rinorrea de líquido cefalorraquídeo.
Viendo al hueso etmoides ahora desde arriba, observamos aquí los dos laberintos etmoidales, la lámina cribosa y la crista galli en el centro. En esta imagen, la porción más lateral de los laberintos etmoidales está resaltada en verde. Este reparo óseo se conoce como lámina orbitaria. La lámina orbitaria del hueso etmoides se articula con los huesos frontal y maxilar para formar parte de la pared medial de la órbita, que es la cavidad donde se encuentran tus globos oculares.
Ahora vámonos al interior de la órbita desde una perspectiva lateral y veámosla por dentro y sin el globo ocular, para poder ver los huesos que están más cerca del aspecto lateral de la nariz. Aquí tenemos el puente nasal y aquí está la frente. También puedes ver aquí una pequeña parte de tu pómulo, formado por el hueso cigomático, y desde esta perspectiva vemos la lámina orbitaria formando la pared medial de la órbita. Hay dos forámenes pequeños entre la lámina orbitaria y el hueso frontal - que es el hueso que estamos resaltando aquí. Estos son los forámenes etmoidales anterior y posterior. Estos forámenes etmoidales permiten el paso a los vasos y nervios etmoidales anteriores y posteriores que acabamos de añadir a la imagen. Los vasos y nervios etmoidales se distribuyen por la cavidad nasal, las celdillas etmoidales y estructuras adyacentes.
Continuando hacia dentro del cuerpo del hueso etmoides, podemos ver las celdillas etmoidales que forman parte de los cuatro senos paranasales. Los senos paranasales son espacios llenos de aire dentro de los huesos ubicados alrededor de tu cavidad nasal. Están los senos maxilar, esfenoidal, frontal y etmoidal, pero hablaremos de ellos más a detalle en otros tutoriales. Las celdillas etmoidales de cada seno están compuestas por múltiples cámaras de aire cubiertas por mucosa respiratoria. En el hueso etmoides, estas cámaras de aire de las celdillas etmoidales que vemos en color verde en esta imagen se nombran de acuerdo con su ubicación relativa a la pared lateral de la cavidad nasal. Las celdillas etmoidales anteriores, que son las que vemos aquí se abren hacia el conducto frontonasal, las celdillas etmoidales medias que se muestran ahora se abren hacia la bulla etmoidal - de la que hablaremos más adelante - y las celdillas etmoidales posteriores se abren hacia la pared lateral del meato nasal superior.
Las celdillas etmoidales reciben su inervación mediante ramos de los nervios oftálmico y maxilar. Si agentes externos tales como virus o bacterias entran a las celdillas, pueden ocasionar que el paciente desarrolle sinusitis, o infección de los senos paranasales. Si alguna vez has tenido sinusitis, probablemente sabrás que el bloqueo de moco en un seno paranasal provoca un muy, muy mal dolor de cabeza.
La bulla etmoidal que ahora vemos señalada y que ya habíamos mencionado antes, es una pequeña protuberancia inferior al cornete nasal medio. La bulla está formada por un abultamiento de las celdillas etmoidales medias hacia la pared lateral de la cavidad nasal, y es aquí en donde las celdillas etmoidales medias se abren hacia la cavidad nasal. Esta protuberancia crea un pequeño surco conocido como el hiato semilunar, justo inferior a la bulla. La abertura del seno maxilar se localiza en el piso del hiato semilunar. En relación con las celdillas etmoidales y la bulla etmoidal, un pequeño surco se extiende anteriormente desde abajo de la bulla. Lo podemos ver aquí ahora - este es el surco conocido como el infundíbulo etmoidal.
El infundíbulo cursa superiormente y se estrecha para formar un conducto a través de las celdillas etmoidales que se abre hacia el seno frontal. Este conducto es el conducto frontonasal y en el caso de las fracturas de cráneo, por ejemplo las ocurridas en un accidente de auto, tanto el infundíbulo etmoidal como el conducto frontonasal deben evaluarse cuidadosamente. Si las fracturas en el conducto frontonasal no son tratadas, el paciente puede desarrollar meningitis o abscesos cerebrales. En algunos casos es necesario realizar injertos óseos para prevenir estas complicaciones.
Demos un vistazo ahora a esta área verde que se extiende posterior e interiormente a los laberintos etmoidales - el proceso unciforme del hueso etmoides. El proceso unciforme es una pequeña proyección ósea que forma una pequeña porción de la pared del seno maxilar y se articula con los cornetes nasales inferiores. Un dato interesante acerca del proceso unciforme es que se ha convertido en un importante punto de referencia quirúrgico gracias al desarrollo de la cirugía nasal endoscópica. Identificar y remover el proceso unciforme permite un mejor acceso a la bulla etmoidal, seno frontal y trayecto de salida del seno maxilar.
Y eso es todo acerca del hueso etmoides, pero antes de terminar me gustaría hacer un resumen rápido de lo que hablamos hoy. En este video observamos la estructura del hueso etmoides. Primero le echamos un vistazo a los laberintos etmoidales o masas laterales del etmoides. Estos laberintos están mayormente huecos. Las láminas perpendiculares forman parte del tabique nasal. Después revisamos los cornetes nasales. Estos consisten en los cornetes nasales superior, medio e inferior. El conducto de aire más superior es el receso esfenoetmoidal. Por debajo de cada cornete nasal, tenemos los meatos nasales superior, medio e inferior.
La crista galli del hueso etmoides es el punto de inserción craneal de la hoz del cerebro. A cada lado de la crista galli está la lámina cribosa, y aquí los forámenes de la lámina son vitales para la olfacción junto con el epitelio olfatorio, bulbos olfatorios, tracto olfatorio y corteza olfatoria del cerebro. La lámina orbitaria del hueso etmoides se articula con los huesos frontal y maxilar para así conformar la pared medial de la órbita. Luego vimos los forámenes etmoidales anterior y posterior en entre el etmoides y el frontal, dentro de la órbita. Estos forámenes permiten el paso de los vasos y nervios etmoidales anteriores y posteriores.
Continuando hacia dentro del cuerpo del hueso etmoides, aprendimos que las celdillas etmoidales anteriores se abren hacia el conducto frontonasal, las celdillas etmoidales medias se abren hacia la bulla etmoidal y las celdillas etmoidales posteriores se abren hacia la pared lateral del meato nasal superior. Las celdillas etmoidales reciben su inervación mediante ramos de los nervios oftálmico y maxilar.
También aprendimos que la bulla etmoidal está formada por un abultamiento de las celdillas etmoidales medias hacia la pared lateral de la cavidad nasal. El surco que se extiende anteriormente desde la bulla etmoidal se llama infundíbulo etmoidal. El infundíbulo etmoidal forma el conducto frontonasal, que se abre a través de las celdillas etmoidales hacia el seno frontal. Finalmente, observamos el proceso unciforme, una pequeña proyección ósea que forma una porción de la pared del seno maxilar y se articula con el cornete nasal inferior.
¡Y con eso terminamos este tutorial acerca del hueso etmoides! Gracias por acompañarnos y espero que nos veamos en el siguiente video.