Video: Huesos del pie
Estás mirando una vista previa. Suscríbete a Premium para acceder al video completo: Descripción general del esqueleto del pie
Unidad de estudio relacionada
Artículos relacionados
Transcripción
¿Sabías que tienes un total de veintiséis huesos en el pie? Esto significa que en tus dos pies se encuentran cerca de un cuarto de todos los huesos de tu cuerpo. Sé que parece demasiado pero no te ...
Leer más¿Sabías que tienes un total de veintiséis huesos en el pie? Esto significa que en tus dos pies se encuentran cerca de un cuarto de todos los huesos de tu cuerpo. Sé que parece demasiado pero no te preocupes
Soy Ramses de Kenhub, y hoy te acompañaré mientras aprendes todo sobre los huesos del pie.
Antes de comenzar el viaje veamos rápidamente el itinerario de hoy. Primero veremos los veintiséis huesos que le dan la estructura al pie. ¡Pero no te asustes! Muchos de estos huesos pueden agruparse haciendo todo más fácil. Para que te aprendas los huesos, los dividiremos en retropié, mediopié y antepié. Los huesos del retropié y del mediopié forman un grupo óseo conocido como el tarso, mientras que el antepié consta de los metatarsianos y las falanges. Y como siempre, concluiremos con algunas correlaciones clínicas relevantes con los huesos del pie. Así que comencemos con el primer grupo de huesos, el retropié.
El retropié consta únicamente de dos huesos, el talus y el calcáneo. En este tutorial no profundizaremos mucho en ellos, pero si quieres aprender más, asegúrate de revisar el resto de la información disponible al respecto en nuestra unidad de estudio.
En esta imagen puedes ver el pie y el tobillo desde una vista lateral, el talus es el que está resaltado, además puedes ver aquí sus relaciones con los huesos vecinos e identificar las articulaciones que forma con los huesos vecinos. Medial y superiormente articula con la tibia y lateralmente con la fíbula para formar la articulación talocrural. Inferiormente articula con el calcáneo formando la articulación subtalar; y por último, la cara distal del talus articula con el navicular contribuyendo a la articulación talonavicular. Curiosamente, aunque tiene múltiples articulaciones, el talus es único, ya que no tiene inserciones musculares. No olvides estas articulaciones, las veremos nuevamente más adelante.
De forma aislada podemos estudiar el talus desde muchas perspectivas, aquí te das cuenta por qué este hueso en forma de caracol se clasifica como hueso corto. Es porque mide más o menos lo mismo de ancho que de largo. Aquí también podemos apreciar sus tres porciones principales: el cuerpo, que es la parte posterior del hueso; el cuello, que es este adelgazamiento anterior al cuerpo; y la cabeza, que es esta expansión distal del talus. Tal vez notes que todas estas porciones tienen varios reparos óseos de importancia, pero estos no serán cubiertos en el tutorial de hoy.
Aunque no entremos mucho en detalle sobre el talus, veamos rápidamente sus caras articulares. Primero tenemos la tróclea del talus, esta gran estructura triarticular en el aspecto superior del hueso, digo triarticular porque tiene tres caras articulares, una carilla superior y una carilla maleolar medial que se articulan con el extremo distal de la tibia; y una carilla maleolar lateral que se articular con el maléolo lateral de la fíbula. Estas tres articulaciones forman parte de la articulación talocrural.
En el aspecto inferior del hueso también tenemos tres caras articulares y todas se articulan con el calcáneo para formar la articulación subtalar. La primera es la carilla articular anterior para el calcáneo, aquí cerca a la cabeza del talus. La siguiente es la carilla articular media, que se encuentra en el cuello del talus y la tercera y última es la carilla articular posterior para el calcáneo, en el cuerpo del talus.
Finalmente, en la cara anterior o distal de la cabeza del talus encontramos la carilla articular navicular del talus, que como su nombre lo indica, es el lugar de articulación con el hueso navicular. Aprenderemos más sobre el hueso navicular cuando lleguemos a los huesos del mediopié. Pero antes de eso, veamos rápidamente el segundo y último hueso del retropié: el calcáneo, que se ubica inmediatamente inferior al talus.
Así como el talus, el calcáneo está cubierto por eminencias, surcos y superficies rugosas. Pero para este tutorial, solo mencionaremos algunos cuantos reparos anatómicos.
En esta imagen puedes ver que el calcáneo articula con dos huesos, afortunadamente acabamos de ver uno de ellos, así que estamos a medio camino. Sabemos de antes que hay tres puntos de articulación entre el talus y el calcáneo, los cuales colectivamente se conocen como articulación subtalar, esta de aquí. Veremos las tres caras articulares que el calcáneo presta para esta articulación en un segundo.
El otro hueso que articula con el calcáneo es el cuboides, con quien forma la articulación calcaneocuboidea. Al igual que hicimos con el talus, estudiaremos el calcáneo de manera aislada para poder ver el hueso desde diferentes perspectivas, de esta forma podemos ver todas las caras articulares que te mencioné.
En primer lugar veremos las tres contribuciones del calcáneo a la articulación subtalar, cada una de las caras articulares coincide con las tres carillas calcáneas del talus. Esta es la más anterior de las tres y, adecuadamente, es denominada carilla articular anterior para el talus del calcáneo. Si nos desplazamos un poco hacia posterior, encontramos la carilla articular media para el talus del calcáneo. Esta apenas se puede ver desde una vista posterior. Finalmente tenemos la carilla articular posterior para el talus del calcáneo.
Si bien hay muchas proyecciones en el calcáneo, solo estudiaremos una por ahora, la tuberosidad calcánea. Como puedes ver es una estructura considerable, lo suficiente para poderse apreciar desde las perspectivas superior, posterior y medial. Esta gran proyección ósea se encuentra en la parte más posterior del pie y forma el bulto del talón. ¡Y eso es todo! Hemos terminado con los huesos del retropié, ¡vamos a continuar ahora hacia los huesos del mediopié!
Estos son los huesos que se ubican anterior al talus y calcáneo e incluyen al hueso navicular, al cuboides y a los tres huesos cuneiformes, el lateral, intermedio y medial. Veamos cada uno de ellos y sus reparos óseos con más detalle.
En estas imágenes podemos ver al hueso navicular desde una vista superior e inferior, y además vemos que se ubica en el aspecto medial del pie. También aprendimos cuando estudiamos el talus que el navicular se encuentra delante del talus y se articula con él para formar la articulación talonavicular. Del mismo modo articula con otros huesos del mediopié incluyendo los huesos cuneiformes lateral, intermedio y medial, formando la articulación cuneonavicular.
Por el lado inferior del hueso navicular vemos una pequeña proyección llamada tuberosidad del hueso navicular. Este reparo óseo sirve como punto de inserción para el músculo tibial posterior.
El siguiente hueso del mediopié es el cuboides, que se localiza por el lado lateral del pie. Aprendimos de antes que el hueso cuboides articula con el calcáneo por posterior y ahora aquí vemos que articula con el hueso cuneiforme lateral del mediopié al igual que con dos huesos del antepié, el cuarto y quinto metatarsiano, los cuales mencionaremos más tarde. Por el lado inferior del cuboides, se aprecia un surco llamado surco para el tendón del músculo fibular largo, por donde pasa la estructura mencionada.
Ahora veamos los tres huesos cuneiformes, en primer lugar tenemos al cuneiforme lateral que, como sugiere su nombre, es el más lateral de los tres huesos. Articula con el cuneiforme intermedio hacia medial, con el cuboides hacia medial, con el navicular hacia posterior y con el tercer metatarsiano hacia anterior. Además, este hueso es uno de los puntos de inserción del músculo tibial posterior.
De los huesos cuneiformes, el intermedio es el de menor tamaño, y sus articulaciones son: con el hueso navicular por posterior, con el cuneiforme medial por medial y con el cuneiforme lateral por lateral, y con el segundo metatarsiano por anterior.
El último hueso del mediopié es el cuneiforme medial. Este es el más voluminoso de los tres cuneiformes y se articula posteriormente con el hueso navicular, lateralmente con el cuneiforme intermedio, y anteriormente con el primer y segundo metatarsiano. Adicionalmente es importante mencionar que este hueso sirve como punto de inserción tanto para el músculo tibial anterior como para el fibular largo.
¡Muy bien! Ahora vayamos al antepié.
El último grupo óseo del que te hablaré es el responsable de la estructura de los dedos de los pies, estos son los metatarsianos, las falanges proximales, las falanges medias y las falanges distales. Comencemos con los metatarsianos.
Estos huesos largos se enumeran del uno al cinco, uno siendo el más medial y cinco siendo el más lateral. Proximalmente, cada metatarsiano se articula con su hueso adyacente del mediopié para formar en conjunto la articulación tarsometatarsiana. Recuerda esta articulación, más adelante será de particular importancia para nuestro escenario clínico. Los extremos proximales de los metatarsianos también se articulan entre ellos formando las articulaciones intermetatarsianas; además, tienen ensanchamientos proximales que llamamos bases, los cuales se extienden hacia distal formando un cuerpo o diáfisis. En el extremo distal también encontramos otro ensanchamiento, al cual denominamos cabeza.
Los metatarsianos son estructuralmente importantes ya que contribuyen a dos arcos fundamentales del pie. El primero que ves, es el arco longitudinal. Específicamente los metatarsianos forman parte de la mitad distal de este arco. El segundo arco es el arco transverso, precisamente, son las bases de los metatarsianos lo que forman este arco.
Ahora veremos en detalle dos metatarsianos en específico, ya que ellos tienen unos reparos óseos que merecen mención. Primero está la base del primer metatarsiano, que ves en verde. En el lado lateral de la base del primer metatarsiano encontramos una pequeña proyección o eminencia que conocemos simplemente como tuberosidad del primer metatarsiano. ¿ves? No siempre los nombres anatómicos son difíciles. Este reparo óseo es importante porque es un punto de inserción para el fibular largo.
Ahora, si cruzamos al otro lado, tenemos la base del quinto metatarsiano. Vale la pena mencionar este reparo óseo porque si miramos de cerca desde una vista lateral, podemos ver la tuberosidad del quinto metatarsiano. El músculo que se inserta en este punto es el fibular corto. Si dirigimos nuestra atención hacia el extremo distal de los metatarsianos veremos el punto donde las cabezas se articulan con las falanges proximales, estas articulaciones se llaman articulaciones metatarsofalángicas.
Hablando de falanges proximales, son estas de aquí. Este grupo de cinco huesos forman la base de tus dedos de los pies. Justo distal a las falanges proximales están las falanges medias. Te darás cuenta que solo hay cuatro huesos en este grupo ya que el primer dedo, o dedo gordo, no tiene falange media. Las falanges medias sirven como puntos de inserción para el extensor corto de los dedos en su aspecto dorsal, y para el flexor corto de los dedos en su aspecto plantar.
Por último, en la punta de los dedos encontramos las falanges distales. Puedes ver en esta imagen que cada dedo tiene una falange distal así que este es otro grupo de cinco huesos, como el de las falanges proximales. En el dorso de estas falanges de los dedos segundo al quinto es donde se inserta el extensor largo de los dedos, y en la falange distal del primer dedo es donde se inserta el extensor largo del dedo gordo.
De manera similar, el lado plantar de las falanges distales también tiene inserciones musculares. Las falanges distales de los dedos dos al cinco sirven como puntos de inserción para el flexor largo de los dedos, y la falange distal del primer dedo es el punto de inserción para el flexor largo del dedo gordo. Entre todas las falanges existen pequeñas articulaciones llamadas articulaciones interfalángicas. Estas son simplemente las articulaciones entre las falanges proximales, medias y distales. ¡Y eso es todo lo que tenemos que decir sobre los veintiséis huesos de los pies!
En esta sección del tutorial usaremos lo aprendido para relacionarlo con un caso clínico. Con todas las actividades que realizamos con nuestros pies, los veintiséis huesos que tenemos están expuestos a lesiones. Una de estas lesiones es la fractura de Lisfranc. Esta ocurre cuando la articulación tarsometatarsiana se compromete. También es posible que escuches llamar esta articulación como la articulación de Lisfranc lo cual tiene sentido cuando conoces esta fractura. Recuerda que esta articulación es lo que une al mediopié con el antepié.
La fractura de Lisfranc varía notablemente en cuanto a su severidad y complejidad, desde pequeños desgarros ligamentosos hasta luxaciones mayores de las cabezas metatarsianas. Suele ser el resultado de caídas o torceduras del pie, así que los jugadores de fútbol soccer y fútbol americano son particularmente susceptibles de esta lesión.
Por ejemplo, este jugador se torció el pie durante un partido. Después empezó a sentir dolor, hinchazón e incluso notó hematomas. La médica, después de sospechar una fractura de Lisfranc, solicitó esta radiografía para confirmar su diagnóstico. ¿Puedes ver la fractura de Lisfranc? Ya que eres un experto en los huesos del pie, seguro no tuviste problemas en ver la fractura, que está justo aquí.
En cuanto al tratamiento, la médica pudo haber recetado reposo, hielo y elevación para la hinchazón; inmovilización del pie, o cirugía, según la severidad de la lesión.
¡Muy bien! Antes de dejarte ir, tomémonos un minuto para repasar rápidamente lo que aprendimos hoy.
Comenzamos con los huesos del pie, los cuales agrupamos en retropié, mediopié y antepié. De los huesos del retropié, el talus es el que se encuentra más superior o proximal. Dividimos este hueso en cuerpo, cuello y cabeza y de ahí partimos a identificar sus caras articulares. Terminamos el retropié con el calcáneo, incluyendo sus caras articulares y la tuberosidad calcánea.
Luego, discutimos los huesos del mediopié entre los cuales se encuentra el hueso navicular, cuboides y los huesos cuneiformes lateral, intermedio y medial. Hacia anterior, o distal, los huesos del mediopié se articulan con los huesos del antepié formando la articulación tarsometatarsiana.
El último grupo óseo que aprendimos fue el antepié. En este grupo se encuentran los metatarsianos y las falanges proximales, medias y distales. En los metatarsianos vimos sus bases, cuerpo y cabezas. Recuerda que la base del primer y quinto metatarsiano son de particular importancia ya que sirven como puntos de inserción muscular importantes. Además vimos que los metatarsianos contribuyen a formar los arcos longitudinal y transverso del pie.
También discutimos sobre las falanges proximales, medias y distales, y sobre las inserciones musculares que ocurren en cada una. Para terminar vimos una correlación clínica, la fractura de Lisfranc, que si recuerdas es la fractura que ocurre en la articulación tarsometatarsiana. Aprendimos sobre el mecanismo de esta lesión, sus medidas diagnósticas y las opciones de tratamiento disponibles.
¡Y eso es todo! Muchas gracias por acompañarme hasta el final y ¡feliz estudio!