Video: Articulación del hombro
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Te sientes preparado para tu examen de anatomía. Ahora dominas todo lo que tiene que ver con la articulación del hombro. Sabes bien cuáles estructuras se aprecian desde su perspectiva anterior, ...
Leer másTe sientes preparado para tu examen de anatomía. Ahora dominas todo lo que tiene que ver con la articulación del hombro. Sabes bien cuáles estructuras se aprecian desde su perspectiva anterior, posterior y desde su - hmmm. ¿No has examinado las estructuras del hombro desde su perspectiva lateral? Es un ángulo poco común desde el cual estudiar anatomía, pero puede darnos información verdaderamente valiosa sobre la articulación y puede permitirnos comprender las interacciones y relaciones entre los músculos desde sus caras posterior y anterior.
En este tutorial, explicaremos la articulación del hombro desde su vista lateral, para que cuando enfrentes esas preguntas en tu próximo examen de anatomía, puedas dominarlas también.
Antes de comenzar, revisemos rápidamente los temas que veremos en este tutorial. Comenzaremos recordando qué es la articulación del hombro, incluyendo los huesos que la componen y algunas otras características adicionales.
Luego, veremos la cavidad articular e identificaremos algunas estructuras específicas que contiene. Después de eso, descubriremos algunos ligamentos asociados con esta articulación antes de avanzar a los músculos que fortalecen y facilitan el movimiento de la articulación.
Finalmente, revisaremos las bursas articulares que ayudan a liberar presión y disminuir la fricción de la articulación, antes de pasar a revisar algunas correlaciones clínicas.
¿Listo? ¡Comencemos!
Primero, revisemos rápidamente la articulación del hombro. Esta articulación, también conocida como articulación glenohumeral, se encuentra en la porción proximal del miembro superior. Es una articulación sinovial esferoidea, lo cual quiere decir que permite un gran rango de movimientos, incluyendo la flexión y la extensión, abducción y aducción, rotación medial y lateral, y también la circunducción. Por todas estas características, se considera la articulación más móvil del cuerpo. Pero, ¿Que huesos componen esta articulación?
El primer hueso que revisaremos es el húmero. La parte del húmero que forma parte de la articulación glenohumeral es la cabeza del húmero, la cual vemos aquí. Otros reparos anatómicos del húmero se relacionan con estructuras que ayudan a estabilizar la articulación - son estas dos áreas con relieve en la cara anterior del extremo proximal del húmero: el tubérculo menor y mayor.
Entre ellos, puedes encontrar al surco intertubercular del húmero. Mientras estamos acá, también quisiera mostrarte la cabeza del húmero. Todos estos reparos funcionan como sitios de inserción y origen para otras estructuras, aprenderemos sobre estas más adelante.
Aquí tenemos la escápula; coloquialmente conocida como el omóplato. Este hueso triangular plano tiene algunas estructuras clave que son particularmente relevantes a la articulación del hombro. Las revisaremos desde su cara anterior, a la cual probablemente estés acostumbrado. Posteriormente revisaremos su cara lateral, la cual es menos usual y será nuestro enfoque principal en este tutorial.
La superficie de la escápula que articula con el hombro es la cavidad glenoidea, la cual se encuentra en la cara lateral de la escápula. Revisaremos esto más adelante. En el extremo superior de la cavidad glenoidea, encontramos un proceso óseo conocido como el tubérculo supraglenoideo de la escápula. En el extremo inferior podemos ver al tubérculo infraglenoideo. Ambos tubérculos funcionan como sitios de inserción para los músculos que sostienen la articulación del hombro.
Esta proyección ósea superior al hombro es conocida como el acromion de la escápula. Intenta sentirlo tu mismo. Busca una cresta dura y larga detrás de tu hombro y síguela lateral y superiormente. Cuando llegues a su fin, justo por encima de tu articulación del hombro, habrás encontrado al acromion. Finalmente, esta estructura ósea que se proyecta anteriormente, es el proceso coracoides. Veremos la importancia de estas estructuras para lograr la estabilización de esta articulación más adelante.
La imagen que revisaremos hoy no tiene al húmero ya que fue removido de la articulación del hombro. Por esto, podemos ver la articulación perfectamente y lograr una mejor idea de cómo los músculos y ligamentos interactúan con esta.
En esta imagen vemos a la escápula y los músculos circundantes desde una vista lateral, aislados del resto del cuerpo. A la derecha de la imagen encontramos la cara anterior, y a la izquierda la cara posterior.
Desde esta vista lateral, podemos ver los mismos cinco reparos anatómicos de la escápula que acabamos de identificar. Podemos apreciar la cavidad glenoidea destacada en verde - la superficie articular de la escápula para la articulación glenohumeral. En la cara superior podemos encontrar al tubérculo supraglenoideo e inferiormente vemos el tubérculo infraglenoideo.
El proceso óseo grande destacado en este momento es aquel que logramos sentir superior y posterior a la articulación del hombro. El acromion. Es importante notar que el acromion no contribuye usualmente a la articulación glenohumeral, pero se articula con la clavícula para ayudar a formar la cintura escapular.
Y finalmente, revisaremos el proceso coracoides, el cual se encuentra destacado en pantalla. Esta proyección anterior de la escápula no articula con ningún otro hueso, pero es un lugar importante para la inserción de ligamentos que ayuda a estabilizar la articulación del hombro.
Perfecto, acabamos de cubrir lo básico. Ahora exploremos la cavidad articular en sí misma y veamos que encontramos ahí.
Sé que esta es la tercera vez que hablamos sobre esto pero prometo que será la última.
Bien, aquí podemos ver la cavidad glenoidea de la escápula destacada en verde, hablemos sobre algunas cosas adicionales. Para comprender la articulación del hombro, es mejor mirarla desde su cara anterior. Recuerda, dijimos que la articulación del hombro es una articulación esferoidea. Bueno, resulta que la cavidad glenoidea, también conocida como fosa glenoidea, es el lugar en donde encaja el húmero para formar la articulación. Sin embargo, podrás notar que su curvatura no es muy pronunciada. Adicionalmente, puedes ver que el área de superficie de la cabeza humeral es aproximadamente cuatro veces más grande que aquella de la cavidad glenoidea. Como podrás imaginar, esto resulta en un área de contacto verdaderamente pequeña entre las dos estructuras en un momento dado. Esto puede ser bueno en términos de movilidad de la articulación, pero puede comprometer su estabilidad.
Afortunadamente, existen algunas estructuras adicionales que proveen estabilidad adicional a la articulación. De hecho, la estabilidad de la articulación del hombro depende más de los músculos y ligamentos que la cubren que de sus reparos óseos. La primera estructura que vemos subrayada es el labrum glenoideo. Es un anillo fibrocartilaginoso que se adhiere al margen externo de la fosa glenoidea. Esto ayuda a profundizar la fosa y a darle una forma más funcional.
Rodeando la articulación glenohumeral, podemos encontrar la cápsula articular; la cual vemos resaltada en verde. Como todas las articulaciones sinoviales, la cápsula articular está compuesta por una capa fibrosa externa y una membrana sinovial interna. La membrana sinovial secreta líquido sinovial, el cual llena la cápsula y la lubrica. Al mirar la articulación desde su cara lateral, es fácil olvidar que las estructuras en cuestión se extienden más allá del plano de la cavidad glenoidea. La porción fibrosa de la cápsula articular envuelve la cabeza humeral y se extiende más allá del margen de la superficie articular del cuello anatómico del húmero.
La cápsula articular no hace todo el trabajo por sí misma. Anterior e inferiormente, la cápsula articular está reforzada por ligamentos que revisaremos luego, así como por otros ligamentos de soporte.
El primer ligamento que revisaremos se encuentra resaltado en verde. Es el ligamento coracohumeral. Podrás notar que su nombre hace referencia a su inserción y origen. Podemos ver su recorrido desde la cara posterior de este reparo óseo de la escápula que identificamos previamente - el proceso coracoides - y pasando por aquí, en donde continuará para insertarse en el húmero, lo cual es exactamente lo que podemos ver si pasamos a una perspectiva anterior de la articulación.
Desde esta perspectiva anterior, no podemos ver la inserción del ligamento en el proceso coracoides perfectamente. Esto se debe a que viene desde su cara posterior. Sin embargo, podemos ver adecuadamente su inserción humeral.
El ligamento procede hacia una banda anterior y posterior que se unen al tubérculo menor y al tubérculo mayor, respectivamente. El ligamento coracohumeral es importante para prevenir la luxación inferior del húmero.
Ahora, analizaremos un grupo de tres ligamentos glenohumerales; comenzando con el ligamento glenohumeral superior. En la imagen de la derecha, podemos verlo también desde su perspectiva anterior. Recorre la articulación desde el tubérculo supraglenoideo de la escápula hasta la cresta medial del surco intertubercular del húmero. Este ligamento trabaja con el ligamento coracohumeral para ayudar a prevenir la luxación inferior del húmero.
Viajando inferiormente, podemos ver al ligamento glenohumeral medio. Este ligamento atraviesa la cara anterior de la articulación, originándose desde inferior al ligamento glenohumeral superior, e insertándose en el tubérculo menor del húmero. El ligamento glenohumeral medio agrega estabilidad a la articulación.
El último de los ligamentos glenohumerales es el ligamento glenohumeral inferior. Como podrás haberlo adivinado, este es el ligamento que recorre la cara inferior de la articulación. Se origina principalmente sobre el borde inferior del margen glenoideo. Podemos ver parte de este desde esta vista anterior. Lateralmente, el ligamento glenohumeral inferior se adhiere principalmente al cuello del húmero. Una pequeña anotación que debemos hacer aquí es que todos los ligamentos que hemos discutido hasta ahora, se fusionan con la cápsula y no se distinguen fácilmente, por esto son a menudo denominados intrínsecos.
El último ligamento de soporte que revisaremos es diferente a los que ya hemos visto hasta el momento en el sentido de que se encuentra completamente separado de la cápsula articular y por esto pertenece a los denominados ligamentos extrínsecos. Es el ligamento coracoacromial. Desde una perspectiva lateral, podemos verlo hacer su recorrido desde el proceso coracoides anteriormente hacia el acromion de la escápula posteriormente. La vista anterior de la articulación nos permite ver este ligamento también. Desde ambas perspectivas, podemos ver cómo este ligamento provee un arco superior sobre el húmero.
No pensaste que los ligamentos hacían todo el trabajo para soportar la articulación del hombro, ¿o si? También recibimos una gran cantidad de ayuda desde los grupos de músculos que rodean la articulación, revisemos algunos de estos.
Comencemos con un grupo de músculos que probablemente ya es familiar para ti, probablemente por la cantidad de lesiones que escuchas sobre este. Por supuesto, estamos hablando del manguito rotador. El manguito rotador es un grupo compuesto por cuatro músculos, el cual crea una fuerza de compresión alrededor de la cabeza humeral, asegurando su estabilidad en la cavidad glenoidea en cualquier posición y ayudando a que permanezca centrada. Los músculos que componen al manguito rotador son el supraespinoso, infraespinoso, el redondo menor y el subescapular. Demos un vistazo más de cerca.
Primero, revisemos el músculo que se encuentra en el aspecto superior de la articulación. El tendón del supraespinoso - el primero de los músculos del manguito rotador. El músculo supraespinoso tiene su origen en la fosa supraespinosa de la escápula y se inserta en el tubérculo mayor del húmero. Cruza la cara superior del hombro, en donde su tendón se une a la cápsula articular.
En la próxima sección, nos toparemos con una estructura conocida como bursa, la cual ayuda a reducir la fricción entre el tendón de este músculo y las estructuras circundantes.
Desde posterior, la cápsula articular se ve reforzada por el tendón del músculo infraespinoso, el cual podemos ver resaltado en este momento. El infraespinoso tiene su origen en la fosa infraespinosa de la escápula y se inserta en el tubérculo mayor del húmero. Este tendón cruza la articulación del hombro posteriormente, fortaleciéndola al mismo tiempo.
Si nos movemos inferiormente, podemos apreciar el tendón del músculo redondo menor contribuyendo al fortalecimiento de la cápsula articular del hombro. Este músculo se origina desde el borde lateral de la escápula y también se inserta en el tubérculo mayor del húmero.
El último de los músculos del manguito rotador que revisaremos es también el único músculo en el aspecto anterior de la articulación glenohumeral. Estamos viendo, por supuesto, al músculo subescapular. Desde este aspecto anterior de la escápula y el húmero, podemos ver que el músculo subescapular se origina desde la fosa subescapular y se inserta en el tubérculo menor del húmero. Tal como el supraespinoso, este músculo también se asocia a una bursa, la cual descubriremos pronto.
Ahora, veamos los músculos que no forman parte del manguito rotador pero igualmente contribuyen a la estabilidad de la articulación del hombro. Podemos apreciar al músculo redondo mayor resaltado aquí. Cruza la articulación de manera más inferior que los otros músculos que hemos venido revisando, por lo que no se inserta ni fusiona con la cápsula articular como muchos de los otros lo hacen. Se origina desde el ángulo inferior de la escápula, la cual podemos ver en esta imagen del aspecto posterior de la articulación y se inserta en el aspecto anterior del húmero, específicamente, en el labio medial del surco intertubercular del húmero. Si volvemos a la perspectiva lateral de la articulación del hombro, podemos ver la trayectoria posterior hacia anterior del músculo incluso en este nivel.
El aspecto más inferior de la articulación es donde encontramos la cabeza larga del tríceps braquial. La cabeza larga del tríceps braquial se origina desde el tubérculo infraglenoideo, que es el reparo óseo de la escápula resaltado en la imagen de la izquierda. Viaja distalmente para unirse a las otras dos cabezas del tríceps braquial e insertarse en el olécranon de la ulna. La cabeza larga es la única que atraviesa la articulación del hombro.
El último músculo que contribuye de manera cercana a la estabilidad de la articulación glenohumeral es la cabeza larga del bíceps braquial, el tendón que podemos ver resaltado en verde. El tendón de la cabeza larga del bíceps braquial se origina desde el tubérculo supraglenoideo de la escápula. En la imagen de la izquierda, podemos ver el tendón originándose desde la cápsula articular. Luego continúa su travesía desde la cápsula articular sobre la cabeza humeral y hacia el surco intertubercular en el húmero. Finalmente se une a la cabeza corta del bíceps braquial y se inserta en la tuberosidad radial, así como en la fascia profunda del antebrazo por medio de su aponeurosis.
Ahora hablaremos un poco sobre las bursas, las cuales actúan como colchones en el espacio articular. Las bursas son estructuras pequeñas en forma de saco que se encuentran normalmente entre las articulaciones, ligamentos o tendones. La bursa más grande asociada con la articulación glenohumeral que podemos apreciar desde este ángulo, es la bursa subacromial, resaltada en verde. Estos son los bordes cortados del saco lleno de líquido. Puedes ver aquí que yace profunda respecto al ligamento coracoacromial y el acromion, por lo cual recibe su nombre. Inferior a esta, encontramos la cápsula articular y el tendón del músculo supraespinoso. Por lo tanto, la bursa subacromial crea un colchón entre estas estructuras.
Si revisamos esta misma estructura desde su cara anterior, podemos ver la bursa subacromial resaltada justo inferior al acromion y el ligamento coracoacromial. Lateralmente, la bursa subacromial se extiende profunda al músculo deltoides, por lo que también tiene una porción conocida como bursa subdeltoidea. La porción subdeltoidea es la que apreciamos aquí. Las bursas en conjunto, ayudan a reducir la fricción, proteger la cápsula articular y prevenir el desgaste del tendón supraespinoso, en particular, durante la abducción.
Es importante notar que esta bursa no se comunica normalmente con la cápsula articular. Por lo que en caso de haber una infección, probablemente esta no migre hacia la articulación glenohumeral.
La otra bursa que podemos ver desde esta vista lateral del hombro se encuentra en el aspecto anterior del mismo. Estamos hablando de la bursa subtendinosa del músculo subescapular. Justo como su nombre lo sugiere, se encuentra por debajo del tendón del músculo subescapular para reducir fricción y prevenir el desgaste del mismo. A diferencia de la bursa subacromial que revisamos hace un momento, la bursa subtendinosa del músculo subescapular normalmente tiene una apertura que permite su conexión con la articulación glenohumeral. Esto quiere decir que una infección que ocurra en ella, probablemente pase también a la articulación.
Y aquí lo tienes, las estructuras de la articulación glenohumeral vistas desde su perspectiva lateral.
Mencionamos una gran cantidad de estructuras hoy, muchas de las cuales pueden lesionarse en esta articulación tan móvil. Miremos rápidamente su correlación clínica.
La bursa subacromial, la cual puede ser apreciada resaltada aquí con la bursa subdeltoidea, puede inflamarse, causando bursitis subacromial. Esta inflamación puede resultar por sobreuso o trauma. Ya que la bursa subacromial se encuentra entre el tendón del músculo supraespinoso y el acromion, normalmente se agravan sus síntomas con la abducción del hombro, pero la bursitis subacromial puede también causar dolor cuando el paciente se apoya sobre el hombro afectado.
Aquellos que presentan lesiones en las estructuras que yacen debajo del acromion, tal como lo son la bursa subacromial y el tendón del supraespinoso, frecuentemente presentan síndrome del hombro doloroso, el cual representa dolor cuando el brazo se abduce entre sesenta y ciento veinte grados. A menos de sesenta grados, usualmente no hay mucho dolor, y una vez el brazo se abduce a más de ciento veinte grados, se siente una gran sensación de descanso. Esto ocurre porque las estructuras lesionadas se comprimen entre los sesenta y ciento veinte grados.
Ahí lo tienes. Ahora estás listo para una calificación perfecta en tu próximo examen de anatomía del hombro. Pero antes de dejarte ir, revisemos rápidamente lo que hemos aprendido hoy.
Comenzamos describiendo las características de la cavidad articular en sí, identificando la cavidad glenoidea de la escápula, la cual es la superficie articular de la misma involucrada en la articulación glenohumeral. La cavidad glenoidea gana más profundidad gracias al labrum glenoideo de la escápula - un anillo fibrocartilaginoso. Luego vimos la cápsula glenohumeral rodeando completamente la articulación.
Después revisamos los ligamentos, los cuales ayudan a fortalecer y estabilizar la articulación. Comenzamos con el más superior - el ligamento coracohumeral - viajando desde el proceso coracoides hacia el húmero. Anteriormente, identificamos tres ligamentos glenohumerales - el ligamento glenohumeral superior, el ligamento glenohumeral medio, y el ligamento glenohumeral inferior. Finalmente identificamos al ligamento coracoacromial, el cual forma un arco superior sobre la articulación del hombro.
El próximo grupo de estructuras que identificamos desde la perspectiva lateral del hombro fueron los músculos. Primero, revisamos los cuatro músculos que componen el manguito rotador. Superiormente, encontramos al tendón del supraespinoso, originándose desde la fosa supraespinosa de la escápula. Inferior a este, en el aspecto posterior de la articulación, vimos el infraespinoso, el cual se inserta en el tubérculo mayor del húmero.
Yendo hacia inferior nuevamente, encontramos al redondo menor, insertándose también en el tubérculo mayor del húmero. Finalmente, en su cara anterior, encontramos al músculo subescapular, insertándose en el tubérculo menor del húmero. El músculo más inferior que revisamos fue el redondo mayor, viajando desde la cara anterior del húmero para insertarse en el labio medial del surco intertubercular.
Originándose justo inferior a la cavidad glenoidea en el tubérculo infraglenoideo, estaba la cabeza larga del tríceps braquial. Y, finalmente, por encima, revisamos la cabeza larga del bíceps braquial desde la cápsula articular originándose desde el tubérculo supraglenoideo.
El grupo final de estructuras que identificamos fueron los cojinetes llenos de líquido conocidos como bursas. La primera fue la bursa subacromial, la cual se encuentra entre el acromion y el tendón del supraespinoso, mientras que la otra bursa - la bursa subtendinosa del músculo subescapular - se encuentra en la cara anterior, profunda al tendón del músculo subescapular.
Por último, revisamos la bursitis subacromial y el síndrome de arco doloroso que sienten aquellos con una bursa subacromial inflamada.
Esto nos trae al fin de nuestro tutorial. Espero que lo hayas disfrutado. Muchas gracias por verlo y felices estudios!