Video: Vista lateral del encéfalo
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En el videotutorial de hoy iremos a los años 30 para conocer a esta persona: el Dr. Wilder Graves Penfield, un neurocirujano que en su época fue catalogado como el mejor canadiense vivo; y es conocido ...
Leer másEn el videotutorial de hoy iremos a los años 30 para conocer a esta persona: el Dr. Wilder Graves Penfield, un neurocirujano que en su época fue catalogado como el mejor canadiense vivo; y es conocido por sus técnicas de tratamiento de la epilepsia, al igual que por su rol en el mapeo funcional del encéfalo. El Dr. Penfield sabía que en muchos de sus pacientes con epilepsia, las convulsiones se originaban de regiones de tejido encefálico con cicatrices o daños estructurales y se dio cuenta que era bastante frecuente la presencia de algo conocido como ‘aura’ en estos pacientes, una sensación de tipo olor, gusto o pensamiento específico justo antes del inicio de una convulsión.
Por ejemplo, uno de los pacientes del Dr. Penfield curiosamente describía el olor a tostadas quemadas antes del inicio de sus crisis. Así es que Penfield ayudó a desarrollar una técnica innovadora y poco convencional para la época conocida como procedimiento de Montreal, en la cual retiraba una porción del cráneo del paciente mientras este estaba despierto. Luego, estimulaba diferentes áreas del encéfalo con un electrodo tomando nota de lo que el paciente sentía en cada punto, hasta eventualmente encontrar el lugar del encéfalo que producía el aura y por lo tanto, el tejido encefálico afectado que originaba las convulsiones. Una vez identificado el problema, el Dr. Penfield lo extraía con la esperanza de reducir el riesgo de futuras convulsiones. Y no, esto no es ciencia ficción.
A lo largo de su carrera profesional y después de experimentar en muchos, muchos cerebros, el Dr. Penfield aprendió mucho sobre las funciones de diferentes regiones de la corteza cerebral y, eventualmente, desarrolló un mapa funcional del cerebro. Pero en el videotutorial de hoy vamos a dejar a un lado la exploración cerebral del Dr. Penfield ya que desafortunadamente no pudimos encontrar a nadie que estuviera dispuesto a que le abriéramos la cabeza. Tomaremos un enfoque un poco más conservador y usaremos esta imagen del encéfalo como nuestra guía. Soy Ramses del equipo de Kenhub, y en el videotutorial de hoy exploraremos la vista lateral del encéfalo.
Comencemos con una rápida introducción al encéfalo, recuerda que estos son sus aspectos anterior, posterior, superior e inferior. Y hablando de la anatomía general en primer lugar, empecemos con esta estructura de aquí abajo, el cerebelo.
El cerebelo se encarga principalmente de funciones tales como la coordinación de la actividad muscular y sus movimientos, y nos ayuda a mantener nuestra postura al estar de pie. Delante del cerebelo se encuentra el tronco encefálico, el cual funciona principalmente como centro de relevo de la información hacia y desde las regiones superiores del cerebro y el resto del cuerpo. El tronco encefálico puede dividirse en tres porciones que son: el mesencéfalo, el puente, y el bulbo raquídeo. No los puedes ver en nuestra imagen ya que se encuentran cubiertos por el cerebro, el cual es el centro de procesamiento superior en nuestro encéfalo. El día de hoy nos enfocaremos específicamente en la anatomía de superficie del cerebro.
En este corte coronal del encéfalo, podemos ver que el cerebro se divide en dos hemisferios, uno izquierdo y uno derecho, los cuales están separados por la fisura longitudinal cerebral. Cada hemisferio tiene tres caras, la cara superolateral, la cara medial y la cara inferior. Por ende, cuando lo vemos desde una perspectiva lateral, vemos específicamente la cara superolateral del encéfalo.
¿Me creerías si te dijera que cuando miramos la superficie del encéfalo, en realidad solo podemos ver aproximadamente un tercio del área de superficie real de la corteza cerebral? Esto se debe en gran parte a la presencia de estas elevaciones o pliegues, llamados giros; y depresiones conocidas como surcos. Y claro, el objetivo de tener estos pliegues es aumentar el área de superficie para acomodar miles de millones de neuronas y sinapsis, las cuales son necesarias para facilitar nuestro procesamiento cognitivo superior. Si nuestros encéfalos no tuviesen estos surcos y giros, serían más o menos del tamaño de una pelota de baloncesto lo cual no funciona muy bien desde el punto de vista práctico.
Los surcos de la corteza cerebral sirven para diferenciar un giro del otro, mientras que algunas ranuras más grandes, conocidas como fisuras, definen y demarcan la corteza cerebral en subdivisiones, las cuales llamamos lóbulos. Y estos son el lóbulo frontal, el parietal, el temporal, el occipital y el lóbulo de la ínsula o simplemente ínsula, el cual está escondido por aquí, pero hablaremos un poco más de esto más adelante.
Los cuatro lóbulos superficiales se nombran de acuerdo a su hueso craneal superpuesto. Por ejemplo, el lóbulo frontal se encuentra profundo al hueso frontal, el lóbulo occipital se encuentra profundo al hueso occipital, y así para los demás lóbulos. Cuando miramos la corteza cerebral desde una perspectiva lateral, como estamos haciendo ahora, podemos identificar tres extremos más o menos puntiagudos que denominamos polos. Y estos son: el polo frontal, ubicado en el extremo anterior del lóbulo frontal, el polo occipital, ubicado en el extremo posterior del lóbulo occipital y, finalmente, el polo temporal, que se encuentra en el extremo anterior e inferior del lóbulo temporal.
Ahora echemos un vistazo más de cerca a los giros y surcos principales de cada lóbulo comenzando anteriormente con el lóbulo frontal. El lóbulo frontal se encarga de controlar una gran variedad de funciones, tales como el movimiento o control muscular al igual que de las funciones cognitivas superiores como la planeación, concentración y el lenguaje así como el razonamiento y el control ejecutivo, es decir que nos ayuda a evitar que hagamos cosas de las que nos podamos arrepentir cuando estamos enojados o molestos. Interesantemente, el lóbulo frontal termina su desarrollo posterior a la adolescencia, ¡lo que explica muchas cosas!
El lóbulo frontal está limitado posteriormente por el surco central, antiguamente llamado cisura de Rolando, la cual corre anterolateralmente hacia el surco lateral o cisura de Silvio, que define el borde inferior del lóbulo frontal.
Ahora veamos algunas subdivisiones del lóbulo frontal. Esto que ves resaltado en verde es el surco precentral, el cual corre paralelo y un poco anterior al surco central, y todo lo que ves entre ellos es el giro precentral. El giro precentral alberga la corteza motora primaria que, haciendo honor a su nombre, controla la función motora.
Nuestro amigo Penfield también descubrió que la función motora se organiza topológicamente, es decir que cada parte del cuerpo se encuentra representada en un área específica de la corteza, como puedes ver en la imagen de la derecha. En la región anterior del giro precentral, hay dos surcos que corren en dirección anteroposterior, y estos son el surco frontal superior e inferior. Estos surcos dividen esta región en tres giros: el giro frontal superior, que se asocia con la risa, memoria de trabajo e introspección; el giro frontal medio y el giro frontal inferior.
Dos surcos verticales llamados ramo anterior del surco cerebral lateral y ramo ascendente del surco cerebral lateral, dividen el giro frontal inferior en tres porciones: la porción orbitaria, la porción triangular y la porción opercular.
Lo sé, lo sé, es mucha terminología pero si puedes recordar estos puntos clave ¡te irá excelente en tu examen de neuroanatomía!
Quiero que prestes atención particularmente a esta porción triangular que ves resaltada porque es en este lugar donde solemos encontrar las áreas 44 y 45 de Brodmann, la cuales conocemos comúnmente como el área de Broca. Y este lugar es el responsable de la producción y articulación del habla. Aprenderás más sobre esto más adelante en este videotutorial.
Continuaremos con el siguiente lóbulo cerebral, el lóbulo temporal.
El lóbulo temporal corresponde a esta área justo aquí, en verde, que se encuentra en su mayoría inferior al surco lateral. Tiene dos surcos principales que son: el surco temporal superior aquí, y el surco temporal inferior, que lo encontramos paralelo e inferior a este. Estos dos surcos dividen el lóbulo temporal en tres giros principales que son: el giro temporal superior, el giro temporal medio, y el giro temporal inferior.
Una región de especial interés en este lóbulo es esta de aquí ubicada en el extremo posterior del giro temporal superior: el área de Wernicke o área 22 de Brodmann. Esta área es el centro de control de la comprensión e interpretación del lenguaje. El área de Wernicke se encuentra usualmente en el hemisferio izquierdo del cerebro, sin embargo, no siempre es así.
Muy bien, es hora de continuar con el siguiente lóbulo cerebral, hablemos del lóbulo parietal.
El lóbulo parietal es responsable principalmente del procesamiento de los sentidos como el tacto, el dolor y la presión, algo que conocemos como sensibilidad somática o general. Si alguna vez tienes la mala fortuna de herirte con un clavo, será tu lóbulo parietal el que te avise.
Viendo la anatomía del lóbulo parietal, podemos ver que este está limitado anteriormente por el surco central y posteriormente con este surco de aquí, el surco parietooccipital, el cual se logra ver mejor desde el aspecto medial de los hemisferios cerebrales. Inferiormente, el lóbulo parietal se define por el ramo posterior del surco lateral continuándolo con una línea imaginaria inferior al surco parietooccipital.
Dentro del lóbulo parietal, el surco poscentral corre posterior al surco central definiendo así al giro poscentral entre ellos, el cual alberga la corteza somatosensitiva primaria. Tal como en la corteza motora primaria, la corteza somatosensitiva primaria también se organiza topológicamente en diferentes áreas de la corteza dedicadas a ciertas regiones corporales.
El resto del lóbulo parietal se divide en dos porciones primarias las cuales están divididas por el surco intraparietal, que corre anteroposteriormente. De este modo, sobre el intraparietal, encontramos el lóbulo parietal superior.
Algunos giros importantes del lóbulo parietal inferior son el giro supramarginal, que es esta parte de aquí envolviendo el extremo del ramo posterior del surco lateral, y el giro angular, el cual abarca esta sección sobre el surco temporal superior.
Continuemos con el lóbulo occipital.
La próxima vez que estés mirando a los ojos de tu pareja, asegúrate de tomarte un minuto para agradecerle a tu lóbulo occipital. ¡Así es! Esta es la parte del cerebro donde se encuentra la corteza visual primaria, que procesa los estímulos visuales provenientes de la retina para producir la imagen del mundo que conocemos.
El lóbulo occipital es el más pequeño de los cuatro lóbulos pares del encéfalo y, topológicamente, se ubica posterior al lóbulo parietal y temporal, separado de estos por una línea imaginaria que se extiende desde el surco parietooccipital hasta la incisura preoccipital.
Desde una vista lateral, unos de los surcos que podemos identificar en el lóbulo occipital es el surco occipital lateral que, como podemos ver en la imagen, divide al lóbulo occipital en los giros occipitales superior e inferior.
Y ahora que hemos hablado sobre los cuatro lóbulos superficiales del cerebro, es hora de mencionar una quinta área conocida como lóbulo de la ínsula.
Si hay un tipo de comida que me encanta es la comida tailandesa. Es muy pero muy buena y lo que más me gusta es la combinación de sabores, entre agridulce con salado y picante, es toda una explosión de sabores que verdaderamente enciende mis papilas gustativas, y hace lo mismo con mi corteza sensorial gustativa, la cual se encuentra parcialmente en el lóbulo de la ínsula.
Como puedes ver en esta imagen, este lóbulo solo puede verse con la retracción del surco lateral, y a veces se le describe como el quinto lóbulo cerebral. Sin embargo, algunos autores pueden describirlo simplemente como una zona distinta en lugar de como un verdadero lóbulo. Pero eso no lo discutiremos hoy.
Bien, viendo su anatomía podemos ver que la ínsula está superpuesta por los lóbulos circundantes: el frontal, parietal y temporal, que la esconden. Y las áreas colindantes se conocen como opérculos, y hay tres en total: el opérculo frontal, el opérculo parietal y el opérculo temporal. Igual a los demás lóbulos, la superficie de la ínsula puede dividirse en giros más pequeños y, en este caso, el surco divisorio es este de aquí llamado surco central de la ínsula. Anterior al surco se encuentran los giros cortos de la ínsula y posterior a estos encontramos a los giros largos de la ínsula.
Y con esto hemos mencionado todos los reparos anatómicos y divisiones principales del cerebro desde la vista lateral del encéfalo.
Antes de dejarte ir, tomémonos un minuto para ver las correlaciones clínicas de una de las regiones que aprendimos hoy.
Tal vez recuerdes que mencionamos esta pequeña parte del encéfalo conocida como área de Broca, y si haces un esfuerzo podrás recordar que esta es responsable de la producción del habla y que suele ubicarse en el hemisferio izquierdo del cerebro en la mayoría de las personas. Esta parte del encéfalo recibe su irrigación por medio de la rama terminal superior de la arteria cerebral media, que ves resaltada en verde ahora.
Y ¿qué pasaría si a alguien se le ocluye esta arteria con un coágulo por ejemplo? Pues como te podrás imaginar, nos referimos a esto comúnmente como derrame o accidente cerebrovascular. Un derrame que afecte el área de Broca puede resultar en una condición que llamamos afasia de Broca o afasia no fluida o expresiva. Y como el área de Broca es principalmente responsable por la formación de frases, la afasia de Broca disminuye esta habilidad.
Por ejemplo, si un paciente con afasia de Broca quisiera decir: “yo trabajaba en una oficina, me encargaba de la contabilidad”, diría algo más como “trabajaba… oficina… contabilidad…” Como puedes ver, estos pacientes dependen de las palabras clave para poder transmitir sus mensajes pero con frecuencia pueden omitir palabras funcionales como las preposiciones o los artículos, como por ejemplo: durante o para. Estos pacientes a menudo expresan frustración al hablar, ya que suelen ser conscientes de su dificultad.
Aunque por lo general la comprensión del lenguaje se encuentra intacta en los pacientes con afasia de Broca, algunos pueden tener dificultades en entender el orden o las secuencias de las frases. Por ejemplo, “me mordió un perro”, puede entenderse como “yo mordí a un perro”. Un dato interesante es que a pesar de que estos pacientes pierden la capacidad de hablar de manera fluida, su capacidad de cantar permanece intacta, y con esto se ha pensado que hablar y cantar tienen vías neuronales diferentes.
Además, estudios más recientes sugieren que las personas que tartamudean presentan disminución del flujo sanguíneo en el área de Broca y en las regiones relacionadas con la corteza motora primaria, pero al cantar o hablar al compás de un ritmo externo, la tartamudez se reduce de manera marcada.
De hecho, los estudios funcionales del encéfalo han mostrado que el encéfalo presenta mayor activación del hemisferio derecho al cantar. Y muchos pacientes que han recibido terapia de canto, o lo que se conoce como terapia de entonación melódica, han demostrado mejoría en la producción del lenguaje, esto sugiere que estas actividades ayudan a activar los centros de procesamiento del lenguaje en el hemisferio derecho.
¡Todo esto es interesantísimo! Nuestros cerebros son impresionantes, por no decir más.
Muy bien, ya estamos a punto de llegar al final de nuestro videotutorial pero antes de terminar, hagamos un resumen rápido de lo que aprendimos hoy.
Comenzamos identificando los cuatro lóbulos superficiales del encéfalo, que son: el frontal, el temporal, el parietal y el occipital. El primero que describimos fue el lóbulo frontal, vimos que este está limitado posteriormente por el surco central e inferiormente por el surco lateral, siendo su extremo anterior el llamado polo frontal. Aprendimos sobre sus surcos y giros principales incluyendo al surco precentral, que define al giro precentral, el cual alberga la corteza motora primaria. También identificamos los surcos frontales superior e inferior, los cuales separan los giros frontales superior, medio e inferior. Y luego nos enfocamos específicamente en el giro frontal inferior, donde vimos que se subdivide en tres porciones: la porción orbitaria, la porción triangular y la porción opercular.
Después continuamos con el lóbulo temporal, donde aprendimos que está limitado superiormente por el surco lateral y anteriormente por el polo temporal. En su extremo posterior, vimos que el lóbulo temporal se extiende hasta alcanzar este punto de aquí, la incisura preoccipital. Viendo sus subdivisiones, primero identificamos a los dos surcos principales que son el surco temporal superior y el inferior, los cuales definen a los tres giros más importantes: el giro temporal superior, medio e inferior.
Continuando con el lóbulo parietal, el cual se ubica posterior al surco central, este lóbulo contiene a la corteza somatosensorial primaria y está limitado por este surco de aquí, el surco poscentral. Otros reparos importantes del lóbulo parietal incluyen el surco intraparietal, que separa al lóbulo parietal superior del lóbulo parietal inferior. Y cuando aprendimos sobre este último, vimos que tiene dos giros importantes: el giro supramarginal y el giro angular.
En el extremo posterior de cada hemisferio cerebral vimos rápidamente al lóbulo occipital, el cual está limitado anteriormente por una línea imaginaria que va desde el surco parietooccipital hasta la incisura preoccipital. Como la mayor parte del lóbulo occipital se encuentra sobre el aspecto medial de los hemisferios, solo mencionamos un surco: el surco occipital lateral, este surco separa los giros occipitales superior e inferior.
Finalmente, separamos el surco lateral para revelar al lóbulo de la ínsula donde identificamos a la corteza circundante como los opérculos, específicamente: el opérculo frontal, el opérculo parietal y el opérculo temporal. Luego, enfocándonos en la ínsula, identificamos el surco central de la ínsula, el cual separa los giros cortos de la ínsula de los giros largos de la ínsula.
¡Y eso es todo! Ya puedes respirar y relajarte, hemos llegado al final del videotutorial. Espero que lo hayas disfrutado, asegúrate de visitar la página de kenhub.com para ver los cuestionarios, artículos y atlas sobre este tema y muchos más.
Hasta la próxima y ¡feliz estudio!