Video: Mandíbula
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¡La señorita Kenhub contra la Señorita Mandíbula! ¡Y aquí vamos! Unos cuantos golpes aquí y allá y ooh! Un puñetazo a la puerta para la señorita Mandíbula. Aunque no pareció molestarla ¡Ohhh! ...
Leer más¡La señorita Kenhub contra la Señorita Mandíbula! ¡Y aquí vamos! Unos cuantos golpes aquí y allá y ooh! Un puñetazo a la puerta para la señorita Mandíbula. Aunque no pareció molestarla ¡Ohhh! Otro, y otro! Sabes lo que dicen, la mandíbula es el hueso más fuerte del cráneo y Miss Mandíbula parece ser tan sólida como una roca.
Sin embargo, esto tiene que hacer sonar algunos dientes. Está bien, esto se está poniendo algo brutal. Por qué no tomamos un descanso y descubrimos un poco más sobre la anatomía de la increíblemente fuerte mandíbula.
Hoy vamos a empezar aprendiendo todo sobre la anatomía de la mandíbula. Comenzaremos echando un vistazo a las principales divisiones de la mandíbula que incluye el cuerpo de la y las dos ramas. Exploraremos los reparos anatómicos óseos y los forámenes dentro de cada división. También echaremos un vistazo a las articulaciones adyacentes y funciones principales. Finalmente, terminaremos el tutorial de hoy con un rápido vistazo a algunas correlaciones clínicas sobre la mandíbula para ayudarnos a consolidar nuestro conocimiento.
La mandíbula es un hueso también llamado maxilar inferior. Es el hueso móvil más grande, fuerte e inferior del cráneo.
La mandíbula a menudo es considerada como una parte del viscerocráneo; sin embargo, en la literatura, no está incluida como parte del esqueleto facial. La mandíbula, como ya mencionamos, consta de un cuerpo anteriormente y dos ramas posteriormente.
Comencemos echando un vistazo al cuerpo de la mandíbula.
El cuerpo de la mandíbula tiene forma de U que se extiende posteriormente a cada lado. Contiene dos bordes, una porción alveolar, también conocida como el borde superior, y una base, también conocida como el borde inferior. También tiene dos caras, una cara externa y una cara interna.
La porción alveolar de la mandíbula ancla los 16 dientes; claro, si no decidiste seguir una carrera como boxeador, ¿cierto? “Alveolar” se origina del término en latín “alveus” que significa pequeña cavidad o agujero, refiriéndose a la cavidad donde se ubica cada diente.
Los otros 16 dientes superiores se encuentran anclados en el maxilar. El maxilar, también conocido como maxilar superior, es un hueso del viscerocráneo que se ubica justo superior a la mandíbula. Los dientes superiores contactan con los dientes inferiores cuando cierras la boca. Separando cada alvéolo dental se encuentra una lámina fina de hueso conocida como tabique interalveolar de la mandíbula. Estos tabiques aseguran que cada diente tenga suficiente espacio para erupcionar.
Continuemos hacia el borde inferior del cuerpo de la mandíbula, que es conocido como la base de la mandíbula. Esta estructura es un borde libre que se extiende posterolateralmente desde la línea media. Ahora, si giramos el cráneo y miramos la mandíbula desde atrás, puedes ver que cerca de la línea media de la base de la mandíbula, existen dos depresiones superficiales, una de cada lado, conocidas como las fosas digástricas de la mandíbula. Estas son los lugares de inserción de los vientres anteriores de los músculos digástricos izquierdo y derecho.
Ahora que hemos revisado los bordes del cuerpo de la mandíbula, echemos un vistazo a los reparos anatómicos óseos de la cara externa del cuerpo de la mandíbula. Pero antes de hacer eso, necesitamos volver un poco en el tiempo, hasta el desarrollo fetal.
Durante el desarrollo fetal, la mandíbula en realidad consta de dos estructuras cartilaginosas, una mitad derecha y una mitad izquierda. Estas estructuras osificadas comienzan a fusionarse formando la mandíbula ósea alrededor de los dos años de edad. Después que los huesos se han fusionado, una cresta ósea fina e inconstante en la línea media de la mandíbula permanece tanto en la cara interna como en la externa. Esta cresta ósea es conocida como la sínfisis mandibular. Debes saber que no es una verdadera sínfisis ya que no hay cartílago entre los dos lados de la mandíbula. Podemos sentir esta estructura si colocamos nuestro dedo entre la punta de nuestra barbilla y el labio inferior y movemos nuestro dedo de un lado al otro. ¿Alguna vez notaste como algunas personas tienen un pequeño hoyuelo o hendidura en la barbilla? Esto ocurre como resultado de una falla en la fusión completa de los dos lados de la mandíbula.
Inferiormente, la sínfisis mandibular se divide para encerrar una elevación ósea triangular inferior a la sínfisis mandibular conocida como la protuberancia mentoniana. El término mentón se origina de la palabra en latín mentum que simplemente significa barbilla. Así que esta estructura, como el nombre sugiere, contribuye a la prominencia de la barbilla.
A cada lado de la protuberancia mentoniana se encuentran los tubérculos mentonianos de la mandíbula. Si miramos de cerca la protuberancia mentoniana, podemos ver que la base de este triángulo se encuentra deprimida en el centro pero elevada a ambos lados para formar los tubérculos mentonianos. Estas dos protuberancias en las caras externas del cuerpo de la mandíbula también contribuyen a la prominencia de la barbilla.
Luego, encontramos los dos pequeños agujeros que podemos ver en la cara externa del cuerpo de la mandíbula. Estos son los forámenes mentonianos, que se encuentran a mitad de camino entre la porción alveolar y la base de la mandíbula y superolateral a la protuberancia mentoniana. El foramen izquierdo y derecho se ubican inmediatamente debajo del segundo premolar inferior de cada lado. Este pequeño agujero forma el orificio externo del conducto mandibular el cual transporta el nervio alveolar inferior y los vasos. Cuando estas estructuras salen del conducto mandibular, se convierten en el nervio y vasos mentonianos.
Ahora aislemos la mandíbula para poder observar el último reparo anatómico en la cara externa del cuerpo de la mandíbula que son las líneas oblicuas. Las líneas oblicuas son dos crestas óseas que se extienden desde el borde anterior de la rama en dirección anteroinferior hacia el tubérculo mentoniano. El aspecto distal de estas crestas proporcionan el lugar de inserción para los músculos depresores del ángulo de la boca.
Ahora veremos los reparos anatómicos óseos de la cara interna del cuerpo de la mandíbula.
Los primeros reparos anatómicos que encontramos en la cara interna son las espinas mentonianas, también conocidas como procesos geni. Las espinas mentonianas son dos procesos pequeños de la línea media encontrados en el aspecto posterior de la sínfisis mandibular. Pueden ser divididos en espina mentoniana superior y espina mentoniana inferior.
La espina mentoniana superior proporciona el lugar de inserción para uno de los músculos extrínsecos de la lengua, el músculo geniogloso, mientras que la espina mentoniana inferior proporciona la inserción para los músculos genihioideos derecho e izquierdo.
La cara interna de la mandíbula está dividida por las líneas milohioideas, que se extienden desde debajo del tercer molar inferior en una dirección anteroinferior hacia el borde inferior de la sínfisis mandibular. Como su nombre lo sugiere, las líneas milohioideas proporcionan los lugares de inserción para los músculos milohioideos derecho e izquierdo que dan soporte al piso de la boca.
Sobre el tercio anterior de las líneas milohioideas están las fositas sublinguales izquierda y derecha. La fosita sublingual es una hendidura ósea a cada lado de la cara posterior de la sínfisis mandibular. Esta pequeña depresión que podemos ver resaltada aquí proporciona un pequeño espacio para que se ubique la glándula salival sublingual.
Inferior a los dos tercios posteriores de la línea milohioidea se encuentra otra hendidura ósea conocida como la fosita submandibular. También es una fosa pareada lo que significa que tenemos a la fosa izquierda aquí y a la fosa derecha aquí. Estas fosas pareadas contienen otro par de glándulas salivares conocidas como las glándulas submandibulares.
Ahora que hemos explorado las caras y bordes del cuerpo de la mandíbula, continuemos posteriormente hacia las ramas de la mandíbula.
Las dos amplias ramas ascienden posteriormente a cada lado desde el cuerpo de la mandíbula. Cada rama tiene forma de cuadrilátero y consta de cuatro bordes, un borde inferior, un borde posterior, un borde anterior y un borde superior. También puedes encontrar dos caras, una cara medial y una cara lateral.
Empezaremos revisando los bordes.
El borde inferior de la rama es una estructura ósea recta y gruesa la cual se continúa con la base de la mandíbula. El borde posterior de la rama es ligeramente redondeado y por lo general completamente cubierto por la glándula parótida como podemos ver aquí. El borde inferior de la rama de la mandíbula se extiende posteriormente para encontrar el borde posterior en el ángulo de la mandíbula.
Las divisiones de la mandíbula son altamente variables en diferentes libros de texto, por ende, algunos recursos identifican el ángulo de la mandíbula como el ángulo donde el cuerpo y la rama se encuentran. Sin embargo, para este tutorial, lo clasificaremos estando formado por la intersección entre los bordes inferior y posterior de la rama.
En esta perspectiva lateral del cráneo, podemos ver claramente el borde inferior ligeramente horizontal intersectando con el borde posterior vertical de la rama para formar el ángulo de la mandíbula. Este ángulo, también conocido como el ángulo goniaco, puede variar entre 110 a 130 grados y puede variar según edad, sexo y etnia. Está generalmente evertido o sea hacia afuera en hombres pero frecuentemente invertido o hacia dentro en mujeres.
El borde anterior de la rama es más fino que su contraparte posterior y está continuo con la línea oblicua del cuerpo de la mandíbula. El borde superior es el más complejo de la rama mandibular, así que vamos a echar un vistazo a algunas estructuras relevantes aquí.
El borde superior consta de dos procesos óseos separados por una incisura ósea. El proceso coronoides es una extensión ósea triangular que se proyecta en dirección anterosuperior. Su borde anterior se continúa con el borde anterior de la rama. Este proceso es un lugar de inserción importante para los músculos de la masticación, específicamente para el músculo temporal y masetero.
Inmediatamente posterior al proceso coronoides está la incisura mandibular. Esta es la hendidura ósea en el aspecto superior de la rama que se extiende entre los dos procesos del borde superior. Estas incisuras pareadas crean una vía para el paso de los nervios y vasos maseterinos.
Los procesos condilares se extienden posterosuperiormente desde la unión de los bordes superior y posterior de cada rama. Pueden ser encontrados posterior a la incisura mandibular como podemos ver aquí. Cada proceso condilar está formado por la cabeza de la mandíbula y el cuello de la mandíbula.
Como mencioné brevemente, el aspecto superior del proceso condilar es conocido como la cabeza de la mandíbula. Esta es una superficie ósea redondeada que se articula con la porción escamosa del hueso temporal formando la articulación temporomandibular.
La articulación temporomandibular conecta la rama de la mandíbula al neurocráneo cuando la boca está abierta y cerrada. Entre las dos caras articulares de la articulación temporomandibular se ubica un disco articular fibrocartilaginoso. Este disco separa la articulación en dos compartimentos. La porción superior de la articulación permite la protrusión y retrusión de la mandíbula mientras que la porción inferior de la articulación permite movimientos de elevación y depresión.
La cabeza de la mandíbula está soportada y se continúa inferiormente con el cuello de la mandíbula. Este forma el aspecto inferior del proceso condilar y se continúa inferiormente con la rama de la mandíbula. En el aspecto anterior del cuello de la mandíbula está una pequeña hendidura conocida como la fosita pterigoidea. Esta pequeña fosa proporciona el lugar de inserción distal para el músculo pterigoideo lateral.
Ahora que ya vimos los bordes de la rama de la mandíbula, echemos un vistazo a cada una de sus caras.
Como ya lo sabemos, la rama de la mandíbula tiene una cara lateral o externa y una cara medial o interna. La cara lateral es una placa plana de hueso que se encuentra en los aspectos externos tanto de la rama izquierda como de la derecha. La mayoría de la cara lateral está cubierta por el músculo más fuerte del cuerpo humano, el músculo masetero, que es uno de los músculos de la masticación.
La cara lateral del ángulo de la mandíbula contiene un área rugosa conocida como la tuberosidad maseterina. Este es un punto de inserción importante para el músculo masetero. La cara medial se encuentra en el aspecto interno de cada rama de la mandíbula. Existen algunos reparos anatómicos óseos en su superficie y echaremos un vistazo de cerca a estos.
Lo sé, más reparos óseos… ¡Pero oye! Así es cuando aprendes anatomía ósea.
En la porción central de la cara medial de la rama está un pequeño foramen conocido como el foramen mandibular. Este forma el orificio interno del conducto mandibular y permite el paso del nervio alveolar inferior y los vasos.
Anterior al foramen mandibular está una pequeña proyección ósea conocida como la língula de la mandíbula. Esta proporciona un lugar de inserción para el ligamento esfenomandibular que colabora en el soporte de la mandíbula y los músculos de la masticación.
Luego, continuamos con el surco milohioideo de la mandíbula. Los surcos milohioideos se extienden en dirección anteroinferior desde el aspecto inferior de cada foramen mandibular. Cada surco milohioideo presenta una depresión oblicua que permite el paso del nervio y la arteria milohioidea. Estos viajan a través de este surco para inervar e irrigar los músculos milohioideos y el vientre anterior del músculo digástrico.
El último reparo óseo que veremos hoy está ubicado en la cara medial del ángulo de la mandíbula. Aquí podemos encontrar una rugosidad ósea conocida como la tuberosidad pterigoidea. Este es un punto de inserción importante para el músculo pterigoideo medial.
Ahora que vimos la anatomía de la mandíbula, echemos un rápido vistazo a su función principal.
Como ya lo debes haber notado, la mandíbula es fundamental en el proceso de la masticación. Los músculos de la masticación se adhieren a las caras de la mandíbula provocando movimientos de la misma a nivel de la articulación temporomandibular. Los movimientos incluyen elevación y depresión así como protrusión y retrusión de la mandíbula. Estos movimientos nos permiten abrir y cerrar la boca cuando masticamos la comida y hablamos, por supuesto, no al mismo tiempo.
Y eso es todo sobre la anatomía de la mandíbula. No te vayas a ningún lugar aún porque tenemos una correlación clínica de la mandíbula justo para tí.
De vez en cuando, es posible que tengamos que sacar un diente o tal vez podríamos perder un diente en una pelea como vimos anteriormente. Cuando perdemos un diente permanente de la mandíbula, puede ocurrir, con el tiempo, una reabsorción del hueso alveolar. Los osteoclastos rompen el hueso liberando los minerales de regreso al torrente sanguíneo. Este es un proceso natural; sin embargo, este proceso puede ser acelerado por deficiencias dietéticas como por ejemplo de vitamina D, o como resultado de enfermedades de pérdida de la densidad ósea como osteopenia, osteoporosis y raquitismo.
Con el tiempo, gradualmente las estructuras inferiores de la mandíbula pueden encontrarse más cerca al borde superior debido a la reabsorción extensa y destrucción. En algunos casos, la reabsorción ósea puede llegar al nivel del foramen mentoniano llevando a su erosión completa. Las estructuras neurovasculares que pasan por este foramen son expuestas y tienen riesgo de lesión. El tratamiento incluye suplementos y fármacos que disminuyen las deficiencias de vitaminas. En reabsorciones óseas más avanzadas, se puede realizar un injerto óseo o de encía.
Y ya casi terminamos nuestro video tutorial. Antes de finalizar, hagamos un rápido resumen para recordar lo que aprendimos hoy.
Comenzamos este video tutorial con el cuerpo de la mandíbula. Aquí exploramos la porción alveolar que está asociada con los tabiques interalveolares. Continuando hacia el aspecto inferior del cuerpo de la mandíbula encontramos la base. La fosa digástrica puede ser encontrada aquí, cerca de la línea media.
Luego, revisamos la cara externa del cuerpo de la mandíbula e identificamos en el centro, la sínfisis mandibular. Inmediatamente lateral a la sínfisis mandibular, encontramos la eminencia conocida como la protuberancia mentoniana que está delimitada a cada lado por los tubérculos mentonianos. Superior y lateral a estas estructuras encontramos los forámenes mentonianos, que permiten el paso del nervio y los vasos mentonianos.
Las estructuras finales externas del cuerpo de la mandíbula que vimos fueron las líneas oblicuas que se extienden desde el borde anterior de la rama hasta el tubérculo mentoniano. En la cara interna del cuerpo de la mandíbula, encontramos las espinas mentonianas que se encuentran en el aspecto posterior de la sínfisis mandibular. La cara interna de la mandíbula está dividida por líneas milohioideas oblicuas emparejadas. Estas líneas forman el lugar de inserción para los músculos milohioideos.
Inmediatamente superior a la línea milohioidea, identificamos la fosita sublingual que es el lugar donde se ubica la glándula sublingual. Inferior a la línea milohioidea, encontramos el último reparo anatómico óseo de la cara interna, la fosita submandibular, que alberga otra glándula salivar, la glándula submandibular.
Después, encontramos las ramas pareadas de la mandíbula - izquierda y derecha. Aquí definimos sus cuatro bordes y dos caras. Comenzamos con el borde posterior que generalmente está totalmente cubierto por la glándula parótida seguido por el borde inferior que se continúa con la base de la mandíbula. En este punto, identificamos el ángulo de la mandíbula que está formado por la intersección de los bordes posterior e inferior de la rama. Luego continuamos con el borde anterior que es continuo con la línea oblicua del cuerpo de la mandíbula.
El último borde de la rama es el borde superior que contiene tres reparos anatómicos óseos, el proceso coronoides, la incisura mandibular y el proceso condilar. La punta del proceso condilar es conocida como la cabeza de la mandíbula. La cabeza de la mandíbula se articula con el hueso temporal a nivel de la articulación temporomandibular. Dando soporte a la cabeza de la mandíbula está el cuello de la mandíbula. El cuello de la mandíbula es la porción inferior del proceso condilar. En el aspecto anterior del cuello de la mandíbula se halla una pequeña hendidura conocida como la fosita pterigoidea que proporciona la inserción distal del músculo pterigoideo lateral.
Luego exploramos las caras de las ramas comenzando con la cara lateral. La cara lateral está cubierta en gran parte por el músculo masetero. En la cara lateral del ángulo de la mandíbula, identificamos la tuberosidad maseterina que es el lugar de inserción del músculo masetero.
Continuando en la cara medial, identificamos el foramen mandibular que forma el orificio interno del conducto mandibular. Este es donde el nervio alveolar inferior y los vasos pasan. Inmediatamente anterior al foramen mandibular está la língula de la mandíbula que actúa como el lugar de inserción para el ligamento esfenomandibular. Luego encontramos el surco milohioideo que se extiende en dirección anteroinferior desde el aspecto inferior del foramen mandibular.
El último reparo de la rama es la tuberosidad pterigoidea, ubicada en el aspecto medial del ángulo de la mandíbula.
Después de estudiar la anatomía de la mandíbula, terminamos con la correlación clínica. Aprendimos sobre la reabsorción del hueso alveolar que puede ocurrir como resultado de la pérdida de dientes inferiores o mandibulares.
Eso es todo por hoy. ¡Gracias por ver este videotutorial y felices estudios!