Video: Sistema nervioso
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Leer más¡Ahhh! ¿No te parece mágico? La mejor forma de terminar el día es agarrar una cobija, relajarse y disfrutar de las estrellas. ¡Eww! ¿Algo tocó mi pierna? Los insectos no son muy agradables, pero al menos sé que mis nervios funcionan. Hablando de nervios, ¿sabías que hay más células nerviosas en tu cuerpo que estrellas en la Vía Láctea? ¿Puedes creerlo? Tal vez no sepas cómo funcionan ni qué es nuestro sistema nervioso, pero debe ser bastante importante si tenemos tantas de estas células en nuestro cuerpo ¿verdad? ¡Enrollemos la cobija y aprendamos sobre nuestro sistema nervioso!
En este video aprenderemos todo acerca del sistema nervioso. Empezaremos definiendo qué es el sistema nervioso y cuál es su función. Después exploraremos las divisiones del sistema nervioso, que incluyen el sistema nervioso central y el sistema nervioso periférico. Dentro del sistema nervioso periférico, veremos que hay dos subdivisiones más, los sistemas nerviosos autónomo y somático. Puede parecer un poco complicado en este momento, pero no te preocupes, verás que es fácil. En el camino abordaremos algunos conceptos importantes del sistema nervioso como las neuronas, los nervios, los ganglios y finalmente los plexos nerviosos. También mencionaremos algunos de los nervios principales en cada región corporal y terminaremos este tutorial hablando rápidamente de las correlaciones clínicas del sistema nervioso para ayudarte a consolidar lo que aprendiste. ¡Empecemos!
¿Qué es el sistema nervioso y por qué es tan importante? El sistema nervioso es una red de células nerviosas conocidas como neuronas y fibras nerviosas que transmiten información a través de nuestro cuerpo en forma de impulsos eléctricos. La función principal de nuestro sistema nervioso es recoger información del entorno y crear una respuesta a esta información. Sin él no podríamos movernos, percibir nuestros alrededores, saborear, oler, sentir emociones, ni siquiera pensar. El sistema nervioso incluso se asegura del funcionamiento adecuado de nuestros órganos vitales como el corazón y los riñones. Sin el sistema nervioso no podríamos funcionar.
Antes de continuar, veamos la estructura básica de la neurona. Cada neurona consta de un cuerpo celular, también conocido como soma, y de numerosos procesos que se proyectan desde el cuerpo celular conocidos como neuritas. El soma contiene muchos organelos celulares importantes y genera los impulsos nerviosos que viajan a través de nuestros nervios. Las neuritas surgen de los cuerpos celulares y transportan impulsos hacia y desde el cuerpo celular. Ellas conectan las neuronas entre sí y con otras células de nuestro cuerpo, por lo que permiten el flujo de los impulsos nerviosos.
Existen dos tipos de neuritas, conocidas como axones y dendritas. Los axones son los procesos largos que conducen impulsos desde el cuerpo celular hacia otras células, mientras que las dendritas reciben los impulsos provenientes de otras neuronas y conducen las señales eléctricas hacia el cuerpo celular. Dependiendo del tipo de neurona, el cuerpo celular se encuentra en diferentes lugares y el número de neuritas puede variar, como vemos aquí.
Ahora que sabemos un poco más acerca de la función del sistema nervioso, veamos sus componentes empezando con el sistema nervioso central.
El sistema nervioso central, abreviado como “SNC”, se compone del encéfalo y la médula espinal. El encéfalo es el centro de procesamiento principal del sistema nervioso central. Coordina el movimiento de nuestras extremidades, controla nuestras funciones vitales como la respiración y la frecuencia cardíaca e interpreta nuestros sentidos.
El encéfalo se divide en tres regiones, cada una con responsabilidades diferentes. Estas regiones son el cerebro, el cerebelo y el tronco encefálico. Echemos un vistazo a cada región.
El cerebro es la porción más grande del encéfalo y se divide en los hemisferios izquierdo y derecho. Esto lo podemos apreciar mejor desde una vista superior. Curiosamente, los hemisferios izquierdo y derecho controlan el lado opuesto del cuerpo. Por ejemplo, cuando mueves tu brazo izquierdo hacia arriba y hacia abajo, es el hemisferio derecho el que controla este movimiento.
El cerebro participa en muchos procesos del cuerpo que incluyen el movimiento, interpretación de los sentidos como la visión y la audición, pensamiento, juicio, resolución de problemas, memoria, lenguaje, emociones, capacidad para aprender y la lista continúa. El cerebro se divide en cuatro lóbulos, cada uno con funciones diferentes. Estos son el lóbulo frontal, el lóbulo parietal, el lóbulo temporal y el lóbulo occipital.
Continuemos con el cerebelo. La palabra cerebelo proviene del latín que significa “cerebro pequeño”, describiendo a la perfección este pequeño amigo que encontramos escondido debajo del aspecto posterior del cerebro. El cerebelo es el responsable de nuestro equilibrio y coordinación, asegurando que nuestros movimientos sean suaves y precisos. Un daño al cerebelo puede llevar a una marcha inestable y desequilibrada, como la que vemos en una persona que se encuentra bajo la influencia del alcohol.
La última región del encéfalo es el tronco encefálico. El tronco encefálico conecta el encéfalo con la médula espinal. En esta imagen solo podemos ver la porción distal del tronco encefálico, así que vamos a cortar el cerebro para poder ver mejor. El tronco encefálico se divide en tres regiones conocidas como el mesencéfalo, el puente y el bulbo raquídeo. Estas regiones nos proporcionan inervación sensitiva y motora de la cabeza, cara y cuello, ya que los núcleos de los pares craneales se ubican aquí. Volveremos a los pares craneales cuando veamos el sistema nervioso periférico. El tronco encefálico también controla funciones corporales importantes como la respiración, la regulación de temperatura, los reflejos visuales y auditivos, la digestión, el funcionamiento del corazón y los vasos sanguíneos y nuestra postura.
Ya que estamos familiarizados con el encéfalo, miremos el segundo componente del sistema nervioso central, la médula espinal.
La médula espinal es una continuación del tronco encefálico en el extremo distal del bulbo raquídeo, que desciende por toda la espalda dentro de la columna vertebral. La médula espinal es nuestro sistema principal de mensajería. Lleva mensajes desde el encéfalo hasta el sistema nervioso periférico y transporta señales desde el sistema nervioso periférico de vuelta al encéfalo. La única excepción a la regla son los pares craneales, que llevan información desde y hacia el tronco encefálico. A medida que la médula espinal viaja por nuestra espalda, emite 31 pares de nervios espinales que contribuyen a la formación del sistema nervioso periférico. Sin el sistema nervioso periférico, los impulsos nerviosos tan solo llegarían a la médula espinal y nunca hasta su destino.
Y ahora que hemos visto todo el sistema nervioso central, sigamos con el sistema nervioso periférico.
El sistema nervioso periférico, abreviado como “SNP”, consta de todos los componentes del sistema nervioso que encontramos fuera del sistema nervioso central. Se compone de dos tipos de nervios, los nervios espinales y los nervios craneales, también conocidos como pares craneales. Su función principal es transmitir información desde el sistema nervioso central hacia los órganos y tejidos periféricos como los músculos, la piel, los intestinos y viceversa.
Antes de continuar, hagamos una pausa y aprendamos sobre el componente principal del sistema nervioso periférico.
Me refiero a los nervios. Los nervios son estructuras en forma de cordón que llevan los impulsos eléctricos a través del cuerpo. En esencia, son fascículos de axones recubiertos que transmiten impulsos desde una neurona hasta la siguiente. Hay dos tipos de nervios dentro del sistema nervioso periférico, los nervios espinales y los pares craneales, los veremos más adelante.
Continuemos nuevamente con el sistema nervioso periférico. Este puede dividirse aún más en sistema nervioso autónomo y sistema nervioso somático.
El sistema nervioso autónomo es nuestro sistema nervioso involuntario o inconsciente. Este recibe impulsos desde el encéfalo y ocasiona una respuesta motora inconsciente. Inerva nuestro sistema digestivo, nuestras glándulas sudoríparas, nuestros pulmones e incluso el latir de nuestros corazones. El sistema nervioso autónomo en sí se divide en parasimpático y simpático. Estos sistemas trabajan juntos para mantener, de manera inconsciente, un ambiente corporal interno estable.
El sistema parasimpático suele conocerse como el sistema que controla nuestro estado de reposo, ya que ayuda a relajar nuestros cuerpos. Disminuye la frecuencia cardíaca, contrae las pupilas, estimula la secreción de saliva y la digestión y relaja los esfínteres del tracto digestivo.
El sistema nervioso simpático ocasiona nuestra respuesta de pelea o huida. Prepara nuestros cuerpos para enfrentarnos a situaciones estresantes o emergencias. Dilata las pupilas, relaja los bronquios para permitir respiraciones más profundas, aumenta la frecuencia cardíaca, enlentece la digestión y estimula la secreción de adrenalina. Todo esto ocurre sin darnos cuenta.
La otra división del sistema nervioso periférico es el sistema nervioso somático. Este es nuestro sistema nervioso voluntario y lleva inervación motora y sensitiva desde y hacia el sistema nervioso central. La inervación motora del sistema nervioso central transmitida hacia el sistema nervioso periférico genera el movimiento de nuestros músculos esqueléticos. Los impulsos motores también se conocen como impulsos nerviosos eferentes, ya que entran al sistema nervioso periférico y producen movimiento. Por su parte, los impulsos sensitivos son transmitidos desde el sistema nervioso periférico hacia el sistema nervioso central a través de impulsos nerviosos aferentes, que se alejan del sistema nervioso periférico. Las señales nerviosas llevan a movimientos como caminar o hablar, al igual que a sensaciones como el tacto, presión y vibración, todo conectado por medio del sistema nervioso somático.
Las señales nerviosas autónomas y somáticas son transportadas por los nervios espinales y craneales. Los nervios o pares craneales, como sugiere su nombre, están relacionados con la cabeza. Hay un total de 12 pares craneales que juntos proporcionan una mezcla de inervación motora y sensitiva a la cabeza y al cuello. Los 12 pares craneales se originan de unos núcleos dentro del encéfalo y se enumeran de acuerdo a su posicionamiento. Si bien todos los pares craneales inervan regiones de la cabeza y el cuello, la excepción es el décimo par craneal, el nervio vago, que desciende y también inerva algunos órganos torácicos y abdominales.
Un ejemplo de transmisión nerviosa autónoma por medio de un par craneal es la producción de saliva de la glándula parótida por la inervación parasimpática del nervio glosofaríngeo, el noveno par craneal. La capacidad de sentir nuestras yemas de los dedos cuando tocamos nuestra cara es gracias al componente somático sensitivo del nervio trigémino, el quinto par craneal.
Ahora que hemos mencionado los nervios de la cabeza y cuello, pasemos a los nervios del resto del cuerpo.
Nuestras extremidades y tronco reciben su inervación autónoma y somática por medio de los nervios espinales. Hay 31 pares de nervios espinales, que junto con sus ramos, transmiten inervación motora, sensitiva y autónoma desde la médula espinal hacia el resto del cuerpo. Aquí tenemos un corte transversal de la médula espinal. Como puedes ver, las fibras de los nervios espinales surgen de la médula espinal en dos puntos. Pueden salir ya sea anteriormente como la raíz anterior o posteriormente como la raíz posterior. Las fibras nerviosas que surgen de la raíz anterior llevan inervación motora, mientras que las fibras de la raíz posterior llevan inervación sensitiva.
A medida que los nervios espinales, que contienen tanto las raíces anteriores como posteriores, salen de la médula espinal, se dividen en cuatro ramos principales. Un ramo anterior, un ramo posterior, un ramo meníngeo y los ramos comunicantes. El gran ramo anterior proporciona la inervación motora y sensitiva a la piel y a los músculos ventrales y laterales del cuerpo. El ramo posterior más pequeño brinda la inervación motora y sensitiva a la piel y a los músculos de la espalda. Los ramos meníngeos regresan a la médula espinal para inervar los componentes de la columna vertebral y, finalmente, los ramos comunicantes llevan las fibras nerviosas autónomas desde y hacia los nervios espinales. Cada nervio espinal se denomina de acuerdo al nivel vertebral de donde surge. Por ejemplo, estos son los nervios espinales de L1 a L5, ya que surgen de las vértebras L1 a L5.
Ocasionalmente, para que cierta información llegue a su destino, se requiere de un sistema de relevo. Los sistemas de relevo en el sistema nervioso periférico se conocen como ganglios. Un ganglio es una colección de cuerpos celulares neuronales que encontramos tanto en los ramos somáticos como autónomos del sistema nervioso periférico. La información que viaja a través de un axón entra a los ganglios y es transmitida al cuerpo celular de la siguiente neurona, y esta después sale por medio de su axón.
Hay dos tipos de ganglios en el sistema nervioso periférico, los ganglios sensitivos y autónomos. Los ganglios sensitivos pueden transmitir información desde el sistema nervioso periférico hacia la médula espinal. Este tipo de ganglio se llama ganglio espinal, o a veces llamado ganglio de la raíz dorsal, ya que se asocia a la raíz posterior, o dorsal, del nervio espinal. El otro tipo son los ganglios sensitivos de los pares craneales. Aquí puedes ver el ganglio sensitivo del nervio trigémino o quinto par craneal.
Los ganglios autónomos relevan los impulsos motores provenientes del sistema nervioso central hacia los nervios autónomos que inervan los órganos diana (o blanco) dentro del cuerpo. Estos ganglios se dividen en ganglios parasimpáticos y simpáticos.
Para terminar con nuestro tutorial acerca del sistema nervioso, rápidamente mencionaré los nervios principales de cada región corporal.
Lo primero que debes saber es que la inervación de nuestras extremidades es un poco compleja. Con fines de protección, la inervación de ciertos músculos y regiones de piel en nuestro tronco y extremidades proviene de fibras de diferentes niveles de médula espinal. Es aquí donde entran en juego los plexos nerviosos. Los plexos son una red de fibras nerviosas que se originan de los ramos anteriores de varios nervios espinales. Plexo en latín significa trenza, lo que ilustra la naturaleza entrelazada de las fibras nerviosas o de los vasos en un plexo.
En nuestros cuerpos, encontramos cinco plexos nerviosos principales que son el plexo cervical, el plexo braquial, el plexo lumbar, el plexo sacro y el plexo coccígeo. Como te podrás imaginar, todos se llaman de acuerdo a su ubicación y se pueden identificar fácilmente como una gran red de fibras nerviosas. Es desde estos plexos que surgen muchos de los nervios que quizás ya conozcas.
Empecemos con el plexo cervical. Este plexo nervioso se encuentra en el cuello y se origina de las raíces nerviosas de C1 a C4. Los nervios que surgen de este plexo inervan las regiones del cuello, espalda y pecho.
Después sigue el plexo braquial, que se origina en la parte inferior del cuello desde las raíces nerviosas de C5 a T1 e inerva al miembro superior. Tres nervios importantes del miembro superior surgen de este plexo. El nervio ulnar viaja a lo largo del aspecto medial del brazo y antebrazo. El nervio radial se encuentra predominantemente posterior y lateral e inerva las estructuras en estas regiones. El nervio mediano, como su nombre lo indica, viaja a través de la línea media de la parte anterior del brazo
No hay plexos importantes en la región torácica, aquí cada nervio espinal emite un nervio intercostal que encontramos entre las costillas.
El plexo lumbar se encuentra en la zona lumbar y está formado por contribuciones de los nervios de la región torácica inferior y de la región lumbar. Consta principalmente de las raíces nerviosas de L1 a L4. Este plexo inerva algunas regiones del miembro inferior. Uno de los nervios más importantes del plexo lumbar es el nervio femoral del muslo. Este nervio brinda inervación motora y sensitiva al miembro inferior.
Justo distal al plexo lumbar encontramos al plexo sacro. Este plexo inerva las partes posteriores de los muslos, las piernas, los pies y la pelvis, suministrándoles la inervación motora y sensitiva. Este plexo se origina de las raíces nerviosas de L4 a S4. Juntos, al plexo lumbar y sacro se les conoce como plexo lumbosacro. Uno de los nervios principales que surge del plexo lumbosacro es el gran nervio ciático. Este inerva las regiones posteriores del muslo y la pierna. El nervio ciático se bifurca formando los nervios fibular común y tibial. Estos nervios descienden por la pierna inervando las regiones de esta zona.
Finalmente tenemos el plexo coccígeo, que se forma dentro de la pelvis. El plexo coccígeo se origina de S4 a S5, con aportes de los ramos anteriores del nervio coccígeo. Este plexo inerva regiones de la pelvis.
Y con eso concluimos los componentes principales del sistema nervioso. Antes de dejarte ir veamos algunas correlaciones clínicas.
Las neuronas motoras permiten la transmisión de impulsos nerviosos motores desde el sistema nervioso central hacia los músculos. La enfermedad de la motoneurona es un trastorno degenerativo que afecta las neuronas motoras tanto del sistema nervioso central como periférico. Lleva a la disminución de la inervación motora de los músculos periféricos. La causa de la enfermedad no se comprende totalmente, pero tal vez se deba a un trastorno hereditario o como resultado de una infección viral. La degeneración de las neuronas motoras de la médula espinal se conoce como enfermedad de motoneurona superior y se puede encontrar debilidad, al igual que hipertonía o aumento del tono muscular y espasticidad. La degeneración de las neuronas motoras del sistema nervioso periférico se conoce como enfermedad de motoneurona inferior. Algunos síntomas son atrofia y debilidad muscular.
Actualmente no hay cura para la enfermedad de la motoneurona, siendo el manejo de los síntomas el enfoque del tratamiento. Esto incluye la fisioterapia, la terapia respiratoria y la intervención médica con medicamentos.
Hemos llegado al final de este tutorial. Repasemos rápidamente lo que aprendimos hoy.
Aprendimos sobre el sistema nervioso, que dividimos en sistema nervioso central y sistema nervioso periférico. El sistema nervioso central contiene al encéfalo y la médula espinal. Cuando hablamos del encéfalo, descubrimos que es el centro de procesamiento principal del sistema nervioso y que está dividido en tres regiones: el cerebro, el cerebelo y el tronco encefálico. La médula espinal es nuestro mensajero principal y lleva los impulsos nerviosos desde y hacia el sistema nervioso periférico.
Después continuamos con el sistema nervioso periférico, que consta de los nervios espinales y de los pares craneales. El sistema nervioso periférico transmite mensajes desde la médula espinal a la periferia y desde la periferia de regreso a la médula espinal. Dividimos el sistema nervioso periférico en los sistemas nerviosos somático y autónomo. El sistema nervioso somático es voluntario mientras que el autónomo es involuntario, es decir, que transmite impulsos motores de manera inconsciente a los órganos diana, tales como el corazón y los pulmones. Tanto los impulsos somáticos como los autónomos se transmiten a través de los nervios espinales y los pares craneales.
Luego mencionamos a los pares craneales, que son 12, y a los nervios espinales, que son 31. Los 12 pares craneales se originan en el encéfalo y principalmente inervan estructuras en la cabeza y en el cuello. Los nervios espinales surgen de la médula espinal y contienen componentes motores, sensitivos y autónomos. Rápidamente mencionamos a los ganglios del sistema nervioso periférico que incluyen los ganglios sensitivos y autónomos. Los ganglios asisten en el relevo de impulsos nerviosos a la médula espinal, encéfalo y órganos. También vimos que los ramos anteriores de los nervios espinales se mezclan y reorganizan formando estructuras llamadas plexos, que proporcionan inervación a las extremidades y al tronco de nuestro cuerpo; y nombramos algunos de los nervios más importantes de cada región corporal.
Para finalizar, aprendimos acerca de una enfermedad debilitante del sistema nervioso, conocida como enfermedad de la motoneurona. Esta patología conduce a la degeneración de las neuronas motoras en la médula espinal del sistema nervioso central y en el sistema nervioso periférico. Hablamos de algunas causas potenciales, sus síntomas y algunos de los tratamientos disponibles actualmente.
Con esto terminamos el tutorial de hoy sobre el sistema nervioso. Gracias por tu atención, hasta la próxima y ¡feliz estudio!