Sistema extrapiramidal
El sistema extrapiramidal es una parte importante del sistema motor del cuerpo (aparato locomotor) que atraviesa el tegmento del tronco encefálico, a diferencia del sistema piramidal, cuyas fibras pasan por las pirámides bulbares. El sistema extrapiramidal está involucrado en la iniciación y activación selectiva de los movimientos voluntarios, así como de su coordinación. Este sistema además regula los movimientos involuntarios (reflejos), mientras que el sistema piramidal controla únicamente los movimientos voluntarios (sistema nervioso somático). Su lesión provoca signo de Babinski positivo.
Los componentes principales del sistema motor extrapiramidal son los núcleos de los ganglios basales. Entre las estructuras involucradas están los núcleos del cerebelo y del tronco encefálico, al igual que la formación reticular mesencefálica. Todas estas estructuras comparten conexiones complejas que modulan la actividad motora del cuerpo, motivo por el cual el sistema extrapiramidal suele describirse como el sistema motor de modulación
Como los núcleos específicos que tienen funciones extrapiramidales están bien analizados en sus artículos respectivos, aquí nos enfocaremos en las conexiones entre ellos, las cuales permiten que todo este sistema funcione. Las cuatro vías principales que conectan dichas estructuras son los tractos reticuloespinal, vestibuloespinal, rubroespinal y tectoespinal.
En este artículo se discutirá la anatomía y función del sistema extrapiramidal.
Definición | El sistema extrapiramidal incluye una serie de vías en el sistema nervioso central que controla los movimientos involuntarios y mantiene la postura |
Estructuras | Ganglios basales, cerebelo, núcleo vestibular, núcleo rojo, sustancia negra, núcleo subtalámico, formación reticular |
Tractos | Tracto reticuloespinal, tracto vestibuloespinal, tracto rubroespinal, tracto tectoespinal |
Funciones | Calibración de movimientos voluntarios, regulación de movimientos involuntarios (reflejos), mantenimiento de postura |
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Estructura y componentes
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Tracto reticuloespinal
- Tracto vestibuloespinal
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Tracto rubroespinal
- Tracto tectoespinal
- Funciones
- Correlaciones clínicas
- Bibliografía
Estructura y componentes
El sistema extrapiramidal se compone de una serie de núcleos interconectados que se encuentran dentro de la sustancia blanca del encéfalo. En términos generales, estos núcleos reciben los impulsos nerviosos de la corteza motora cerebral y envían proyecciones al tronco encefálico y médula espinal.
Los núcleos extrapiramidales son los siguientes:
- Ganglios basales
- Núcleos profundos del cerebelo
- Núcleos del tronco encefálico: núcleo rojo, sustancia negra, núcleos vestibulares y formación reticular
Estas estructuras se comunican entre sí por medio de varios circuitos neuronales. Los tres circuitos más importantes que empiezan en los ganglios basales son las vías directa, indirecta e hiperdirecta de los ganglios basales. Estas tres vías conectan a los ganglios basales con la corteza cerebral, tálamo, subtálamo y tronco encefálico, y además regulan la iniciación y terminación de los movimientos, al igual que la selección de los movimientos apropiados y la supresión de los inapropiados.
El siguiente componente importante es el cerebelo. El cerebelo tiene numerosas conexiones con el tronco encefálico, especialmente con los núcleos reticulares y vestibulares, y con el tálamo. Está principalmente a cargo de la coordinación de los movimientos
Si buscas materiales de estudio integral sobre los ganglios basales y el cerebelo, asegúrate de revisar estas unidades de estudio:
Una vez los núcleos del sistema extrapiramidal terminan de procesar los impulsos nerviosos, las señales que envían se transmiten a través de cuatro vías principales. Estas vías descienden del tronco encefálico hacia la médula espinal y llevan los “mensajes extrapiramidales” hacia abajo para ser ejecutados. Estas vías son:
- Tracto reticuloespinal
- Tracto vestibuloespinal
- Tracto rubroespinal
- Tracto tectoespinal
Tracto reticuloespinal
El tracto reticuloespinal es una de las vías del sistema corticorreticuloespinal. Este sistema incluye todas las vías que reciben impulsos de la corteza cerebral, comienzan dentro de la formación reticular del tronco encefálico y terminan en la médula espinal. Básicamente, este tracto controla los movimientos corporales involucrando la formación reticular.
El tracto reticuloespinal se origina de los núcleos reticulares del puente inferior y bulbo raquídeo. Se divide en dos tractos; el tracto reticuloespinal medial (pontino) y el tracto reticuloespinal lateral (medular).
El tracto reticuloespinal medial se origina de la formación reticular del puente. Sus fibras descienden ipsilateralmente a través del tronco encefálico y terminan en la médula espinal ventromedial (cordón anterior) haciendo sinapsis con las neuronas de esta región. Esta porción de la médula espinal contiene neuronas motoras alfa y gamma, las cuales inervan a los extensores del tronco y a los miembros superiores. La actividad del tracto reticuloespinal medial calibra los movimientos voluntarios de estos músculos haciendo sinapsis con las neuronas motoras alfa que los inervan, pero también tiene efecto en sus reflejos y tono muscular por medio de las neuronas motoras gamma.
El tracto reticuloespinal lateral se origina de la formación reticular medular. Una parte de sus fibras decusan y descienden por el lado contralateral, mientras que las fibras restantes continúan su descenso ipsilateralmente. Sus fibras terminan en el cordón anterior y porción anterior del cordón lateral a lo largo de toda la médula espinal. Hace sinapsis con las interneuronas en la zona intermedia de la sustancia gris, que se conocen por ser inhibidoras de la actividad de las neuronas motoras alfa y gamma. Por este motivo, la función del tracto reticuloespinal lateral es casi completamente opuesta a la del tracto reticuloespinal medial, ya que inhibe la actividad de los músculos extensores del tronco y a los miembros superiores, mientras que facilita la actividad de los músculos flexores de estas regiones.
Las funciones exactas de los tractos reticuloespinales aún está en discusión, sin embargo, de acuerdo con la mayoría de los autores, se cree que principalmente influyen en el tono de los músculos posturales. En otras palabras, estos tractos envían impulsos motores para regular la rigidez de los músculos antigravitacionales. Algunos investigadores creen que este tracto también controla la respiración por medio de la acción de las neuronas motoras de los nervios frénicos e intercostales. Adicionalmente, posiblemente afecta la sudoración y otras respuestas autónomas.
Tracto vestibuloespinal
El tracto vestibuloespinal también se origina del bulbo raquídeo y del puente. Dependiendo de su núcleo de origen, se divide en los tractos vestibuloespinales medial y lateral:
- El tracto vestibuloespinal medial se origina de los núcleos vestibulares mediales (de Schwalbe) ubicado en el bulbo raquídeo. Se proyecta hacia la médula espinal, enviando impulsos eferentes a las neuronas motoras que inervan los músculos del cuello y de los miembros superiores.
- El tracto vestibuloespinal lateral se origina del puente, específicamente de los núcleos vestibulares laterales (de Deiter). Desde aquí, envía fibras eferentes ipsilateralmente a las láminas VII y VIII de la médula espinal. Estas láminas contienen neuronas motoras e interneuronas que controlan a los músculos extensores y permiten mantener la postura corporal.
En general, la función principal de ambos tractos es regular la postura y el equilibrio. Específicamente, están a cargo de mantener el equilibrio mientras una persona se prepara para cierto movimiento. Además, cuando dicho movimiento inicia, estos tractos están enviando impulsos continuos para sincronizar el movimiento en ejecución con una postura adecuada.
Tracto rubroespinal
El tracto rubroespinal se origina de las neuronas en la porción caudal del núcleo rojo, el cual a su vez se encuentra en el centro del tegmento del mesencéfalo. Este tracto principalmente transmite señales que recibe el núcleo rojo de los centros motores en la corteza y cerebelo. El tracto rubroespinal luego decusa y desciende contralateralmente por la porción ventrolateral de la médula espinal para luego terminar en las láminas V a VII de la médula, donde hace sinapsis con las neuronas motoras que inervan a los músculos flexores del cuerpo.
La función principal del tracto rubroespinal es mantener el tono muscular de estos músculos y modular sus movimientos que son dirigidos por el sistema piramidal.
Ya casi es hora de revisar lo que has aprendido sobre el sistema extrapiramidal. ¿Sabías que el recuerdo activo es muy importante al aprender anatomía?
Tracto tectoespinal
El tracto tectoespinal (coliculoespinal) se origina de los colículos superiores, ubicados en el dorso del mesencéfalo. Se proyecta inferiormente a las porciones cervical y torácica superior de la médula espinal. Sus fibras terminan en las astas de sustancia gris contralateral anterior, específicamente en las láminas VI a VIII. A través de los colículos superiores, el tracto tectoespinal recibe estímulos auditivos de la vía auditiva e impulsos visuales que vienen desde la retina y de los centros de asociación cortical visual.
Por este motivo, el tracto tectoespinal representa el vínculo crucial entre los estímulos visuales y auditivos y los movimientos musculares. En otras palabras, este tracto suele activarse por un sonido fuerte y súbito, movimientos o luces brillantes que aparecen en el campo visual. Cuando se activa, envía señales eferentes para activar los músculos de la cabeza, cuello y miembros superiores que ajustan la posición corporal y reaccionan en concordancia con el estímulo externo. Es por esto que este tracto es fundamental para la protección y tareas que requieran de una guía visual (mano-ojo) o auditiva (oído-mano).
Para más detalles sobre los tractos de la médula espinal, incluyendo los extrapiramidales, echa un vistazo a nuestra unidad de estudio sobre el corte transversal de la médula espinal.
Funciones
El sistema extrapiramidal tiene un rol importante en el ajuste y calibración de los movimientos voluntarios dirigidos por el sistema piramidal, al igual que en el control de los movimientos involuntarios y tono postural. En resumen, las funciones del sistema extrapiramidal son:
- Mantenimiento y ajuste de la postura
- Planificación y preparación de los movimientos involuntarios
- Calibración y ajuste de los movimientos voluntarios, volviéndolos más precisos y apropiados
- Control de las reacciones reflejas
- Control de los movimientos voluntarios automáticos (e.g., caminar, andar en bicicleta)
- Inhibición de los movimientos involuntarios
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Correlaciones clínicas
Síndromes extrapiramidales
Los síndromes extrapiramidales son conjuntos de síntomas que suelen ocurrir luego de la ingesta crónica de algunos tipos de medicación psiquiátrica. Se pueden catalogar como manifestaciones agudas o crónicas del tratamiento antipsicótico. Los signos agudos suelen aparecer en las primeras semanas del tratamiento e incluyen: acatisia, distonía y parkinsonismo; los signos crónicos suelen manifestarse a los muchos años de uso de antipsicóticos y se les refiere como disquinesia tardía.
- Acatisia es la sensación de aumento de ansiedad e irritabilidad combinado con la dificultad para mantenerse quieto (necesidad de movimiento).
- La distonía se caracteriza por contracciones involuntarias de los músculos oponentes flexores y extensores, lo que resulta en movimientos extraños y poco naturales de los ojos, lengua, cuello o extremidades.
- El parkinsonismo es la combinación de signos que caracterizan a la enfermedad de Parkinson (temblor, rigidez y/o bradikinesia) pero son de aparición temprana e inducidos por medicamentos.
- La diskinesia tardía se caracteriza por movimientos repetitivos, involuntarios e hiperkinéticos (e.g., masticar, protruir la lengua, movimientos vermiculares de la lengua (como un gusano), chasquido o fruncido de labios).
Enfermedades extrapiramidales
Las enfermedades extrapiramidales son alteraciones del sistema nervioso central que se caracterizan por movimientos excesivos o anormales en los pacientes conscientes. Los daños a los ganglios basales, tronco encefálico o conexiones cerebelosas pueden ser causados ya sea por trauma, procesos autoinmunes, causas genéticas o lesiones iatrogénicas (cirugía o medicamentos), aunque lo más común es que sea idiopático, es decir, de causa desconocida.
Las alteraciones de movimiento se caracterizan ya sea por actividad excesiva (hipercinética) o reducida (hipocinética). La alteración de movimiento hipokinético más común es la enfermedad de Parkinson. De forma menos frecuente están la bradicinesia o alteraciones parkinsonianas que ocurren en diferentes enfermedades infecciosas o vasculares. La corea, temblor, mioclono y tics representan las alteraciones del movimiento hiperkinético, los cuales causan movimientos involuntarios adicionales y a veces interfieren con los movimientos voluntarios.
Estas enfermedades tienen diferente etiología, tratamiento y pronóstico, pero su presentación clínica es muy similar. Los signos clásicos de las enfermedades extrapiramidales (o también signos extrapiramidales) son diferentes movimientos involuntarios, como temblores o espasmos, alteraciones posturales, discapacidades en movimientos voluntarios, deterioro cognitivo (con frecuencia en relación a la memoria) y enfermedades psiquiátricas.
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