Ciclo y fases del ciclo de la marcha humana
El ciclo de la marcha describe el patrón cíclico de movimiento que ocurre en la acción de caminar. Un solo ciclo de la marcha comienza cuando el talón de un pie hace contacto con el suelo y termina cuando ese mismo talón toca nuevamente el suelo.
Caminar requiere del adecuado funcionamiento de numerosos sistemas corporales, incluyendo los sistemas musculoesquelético, nervioso, cardiovascular y respiratorio. Estos sistemas brindan equilibrio, movilidad y estabilidad, así como funciones cognitivas superiores y control ejecutivo. Una pérdida de función saludable de la marcha puede ocasionar caídas, lesiones, pérdida de movimiento, libertad e individualidad, además de una disminución significativa en la calidad de vida.
Este artículo revisa la anatomía, función y terminología más utilizada en relación con el ciclo y fases de la marcha.
Ciclo de la marcha | Comienza cuando el talón de un pie hace contacto con el suelo y termina cuando ese mismo talón toca nuevamente el suelo |
Fase de apoyo |
Definición: es la fase de la marcha que va desde el golpe de talón hasta el despegue del antepié Subfases: golpe de talón, respuesta a la carga, apoyo medio, apoyo terminal, preoscilación |
Fase de oscilación |
Definición: es la fase de la marcha que va desde el despegue del antepié hasta el golpe de talón Subfases: oscilación inicial, oscilación media, oscilación terminal |
Correlaciones clínicas | Alteraciones de la marcha |
- Definición
- Fases de la marcha
- Movimiento articular y actividad muscular durante la marcha
- Análisis de la marcha
- Patrón de la marcha
- Correlaciones clínicas
- Bibliografía
Definición
En primer lugar, es importante definir exactamente qué es la marcha. La marcha se define simplemente como la acción de caminar (locomoción). Se trata de un movimiento complejo de todo el cuerpo, el cual requiere de la acción coordinada de diversos músculos y articulaciones del sistema musculoesquelético. Principalmente, incluye los movimientos de las extremidades inferiores y superiores, la pelvis y la columna vertebral.
La marcha también depende del funcionamiento correcto de otros sistemas corporales, tales como los sistemas nervioso, cardiovascular y respiratorio.
Fases de la marcha
Las dos principales fases o etapas de la marcha son:
- La fase de apoyo.
- La fase de oscilación.
Cada una de estas fases tiene subfases, las cuales se describen con más detalle a continuación.
Fase de apoyo
La fase de apoyo es la etapa del ciclo de la marcha en donde el pie se encuentra sobre el suelo y sosteniendo el peso del cuerpo. Específicamente, se puede describir como el periodo entre el momento cuando el talón del pie hace contacto con el suelo (golpe de talón) hasta el momento en el que ocurre el despegue del antepié.
La fase de apoyo consta de cinco subfases:
- El golpe de talón (contacto inicial, respuesta de contacto o aceptación de carga). En esta subfase, el talón del pie realiza un contacto inicial con el suelo. Requiere que el peso del cuerpo sea aceptado por la pierna que hace contacto con el suelo.
- La respuesta a la carga (aplanamiento del pie) es la segunda subfase, en la cual el pie se desplaza hacia adelante hasta que toda la cara plantar está en contacto con el suelo.
- El apoyo medio comienza cuando el peso del cuerpo se impulsa hacia adelante, directamente sobre la extremidad inferior, de manera que si se dibuja una línea imaginaria, el trocánter mayor del fémur queda directamente por encima de la porción media del pie. En esta etapa, todo el peso del cuerpo se encuentra equilibrado en una sola pierna.
- La siguiente subfase es el apoyo terminal (despegue del talón), que incluye levantar el talón del suelo. Esto ocurre cuando se comienza a transferir el peso del cuerpo hacia la pierna contralateral.
- La preoscilación (despegue de los dedos) es la etapa final de la fase de apoyo, la cual incluye empujar los dedos de los pies contra el piso mientras que el talón realiza una flexión plantar, creando un impulso hacia adelante.
Fase de oscilación
La fase de oscilación es la segunda fase de la marcha, en donde el pie queda libre para moverse hacia adelante. Se describe como el periodo que abarca desde el despegue del antepié hasta el golpe de talón.
Hay tres subfases en la fase de oscilación:
- La oscilación inicial (fase de aceleración) es la primera subfase, durante la cual el pie se levanta del suelo. El tobillo se dorsiflexiona y la rodilla se flexiona, de modo que el pie y los dedos del pie puedan levantarse. La cadera se flexiona también para mover la pierna hacia adelante, posicionando la pierna directamente debajo del cuerpo.
- La oscilación media es la segunda fase, en donde la pierna que no sostiene la carga pasa directamente por debajo del cuerpo y por delante de la pierna de apoyo. Al mismo tiempo, el tronco se mueve hacia delante, lo que hace que el peso del cuerpo quede directamente sobre la pierna de apoyo.
- La oscilación terminal (fase de desaceleración) es la última subfase. El pie se mueve hacia una posición por delante el cuerpo, la rodilla se extiende y el movimiento se desacelera. La extremidad inferior está ahora lista para un nuevo golpe de talón y se prepara para aceptar la transferencia del peso del cuerpo, comenzando la siguiente fase de apoyo.
Conforme la pierna se mueve, lo mismo ocurre con el resto del cuerpo. La pelvis rota hacia adelante junto con la pierna oscilante, mientras que al mismo tiempo, el tórax y la columna vertebral rotan en la dirección opuesta para mantener el equilibrio. El brazo contralateral asiste en el equilibrio y el impulso, al oscilar hacia adelante al mismo tiempo que la pierna del lado opuesto.
Movimiento articular y actividad muscular durante la marcha
La marcha es una actividad que involucra a múltiples órganos y articulaciones. La contracción muscular y la movilidad articular se consideran elementos clave en el funcionamiento de la marcha. Los músculos pueden contraerse concéntricamente (los músculos se acortan, creando movimiento y aceleración), excéntricamente (alargamiento muscular controlado, creando desaceleración) o isométricamente (el músculo se contrae sin acortarse ni alargarse, creando estabilidad).
A continuación tenemos una visión general simple de las acciones que ocurren en las articulaciones de las extremidades inferiores durante el ciclo de la marcha.
Articulación coxofemoral
La articulación coxofemoral (de la cadera) se flexiona durante la fase de oscilación y se extiende durante la fase de apoyo. La flexión en esta articulación está creada por los músculos flexores de la articulación coxofemoral para producir el movimiento oscilatorio hacia adelante de la extremidad inferior. Esta acción la realiza predominantemente el músculo iliopsoas. Este movimiento está facilitado por la contracción excéntrica de los músculos isquiotibiales (bíceps femoral, semimembranoso, semitendinoso). Los músculos extensores de la articulación coxofemoral (glúteo mayor e isquiotibiales) tienen su acción sobre la marcha al estabilizar la pelvis durante la absorción de impactos y al controlar el impulso del cuerpo hacia adelante conforme el peso se transfiere hacia adelante sobre la pierna de apoyo. Los músculos abductores de la articulación coxofemoral, principalmente el glúteo medio y el glúteo menor, actúan para estabilizar la pelvis, previniendo que la pelvis caiga sobre el lado de la pierna libre. Los músculos aductores de la articulación coxofemoral controlan el equilibrio en la pierna de apoyo.
Articulación de la rodilla
La rodilla se mantiene en una posición extendida estable conforme el pie hace contacto con el piso durante el golpe de talón mediante la contracción concéntrica del músculo cuádriceps femoral y la contracción excéntrica de los músculos isquiotibiales. La rodilla permanece (predominantemente) extendida a través de la fase de apoyo para permitir un soporte de peso estable en la extremidad inferior. Sin embargo, un pequeño movimiento de “onda de flexión” se observa en la rodilla cuando la extremidad inferior absorbe el impacto al momento de hacer contacto con el suelo. En la fase de oscilación, la rodilla se mueve de extensión a flexión y luego nuevamente a extensión. Esta acción fluida se debe a la acción articular tanto de los músculos flexores como de los músculos extensores de la articulación de la rodilla, para asegurar una aceleración y desaceleración controlada de la pierna.
Tobillo y pie
El tobillo se encuentra en dorsiflexión conforme el pie oscila para hacer contacto con el suelo en el golpe de talón. Inmediatamente después ocurre la flexión plantar, controlada por la contracción excéntrica de los músculos dorsiflexores de la articulación talocrural (tibial anterior, extensor largo de los dedos, extensor largo del dedo gordo, tercer fibular), conforme el pie se desliza anteriormente hacia la posición de aplanamiento del pie. Luego ocurre la flexión plantar forzada por medio de la acción de los músculos gastrocnemio y sóleo, creando propulsión durante las etapas de apoyo terminal (despegue del talón) y preoscilación (despegue de los dedos).
Análisis de la marcha
Este análisis es una manera de evaluar el movimiento humano y estudiar para qué sirve la marcha. La marcha puede analizarse utilizando técnicas observacionales o instrumentales. El análisis observacional es una evaluación menos objetiva por medio de la cual un observador analiza la marcha y elabora una hipótesis sobre si el movimiento de la marcha se desvía o no de la norma. En el análisis instrumental se utilizan equipos sofisticados tales como equipos computarizados de análisis de movimiento, plataformas de fuerza, fotografía estroboscópica, cinematografía, electrogoniómetros y electromiografía para evaluar variables espaciales y temporales. Estas variables incluyen movimientos y posiciones de las extremidades, ángulos de las articulaciones, trayectorias, velocidades, fuerzas generadas y actividad muscular de segmentos corporales particulares durante las diferentes fases del ciclo de la marcha. También pueden calcularse ecuaciones cinéticas y biomecánicas para determinar variaciones con relación a las normas conocidas.
Patrón de la marcha
El patrón de la marcha describe las características de la marcha de cada individuo. Estas características pueden depender de un número de variables individuales tales como edad, altura, peso, sexo, velocidad de la marcha, fuerza, flexibilidad y condición aeróbica. Los patrones de la marcha pueden evaluarse mediante un análisis de la marcha.
Las alteraciones en la marcha normal pueden estar causadas por diversas deformidades, lesiones, debilidad, enfermedades o dolor en alguna parte del cuerpo. Por ejemplo, la pérdida de la dorsiflexión puede sugerir una compresión de la raíz nerviosa a nivel de L5, una compresión del nervio fibular, un accidente cerebrovascular o una condición neurológica como la esclerosis múltiple.
Para más información acerca de las estructuras implicadas en las fases del ciclo de la marcha humana, revisa la siguiente unidad de estudio:
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Correlaciones clínicas
Alteraciones de la marcha
Las alteraciones o desórdenes de la marcha frecuentemente se presentan como variables espaciales y temporales alteradas. La disminución de la velocidad y de la longitud de la zancada pueden indicar una alteración bilateral de las extremidades, mientras que rangos anormales en la fase de oscilación pueden sugerir problemas en una sola extremidad. La edad, fatiga, dolor, lesiones musculoesqueléticas y ciertas condiciones neurológicas pueden disminuir la longitud del paso y la zancada. A continuación se presentan algunas de las marchas patológicas más comunes:
- Marcha antiálgica (cojeo): frecuentemente es el resultado de una lesión en la extremidad inferior. Los patrones alterados de la marcha incluyen una fase de apoyo más corta en la extremidad lesionada y una fase de oscilación más corta en la extremidad no lesionada. Existe una disminución en la velocidad al caminar y una cadencia disminuida.
- Marcha artrogénica: se debe a un movimiento articular anormal, con o sin dolor. Por ejemplo, en el caso de la rigidez de la articulación de la rodilla, la persona puede no ser capaz de flexionar la rodilla lo suficiente como para levantar los dedos del pie del suelo.
- Marcha atáxica: típicamente causada por disfunción cerebelosa. Se caracteriza por pasos amplios y movimientos espasmódicos, irregulares y poco coordinados. Los movimientos pueden parecer exagerados y la persona puede parecer que se tambalea o tropieza.
- Marcha hemipléjica o hemiparética: se describe como una debilidad unilateral en el lado afectado con debilidad en la flexión y la dorsiflexión. Esto ocasiona que la persona oscile la pierna parapléjica hacia afuera en un movimiento circular para poder llevar la pierna hacia adelante. La extremidad superior afectada se encuentra flexionada, aducida, rotada internamente y posicionada contra o a lo largo del tronco con el objetivo de mejorar el equilibrio. Se observa comúnmente en pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular.
- Marcha parkinsoniana: se caracteriza por la rigidez en la flexión de las principales articulaciones (coxofemoral, glenohumeral, rodilla) y bradicinesia (pasos cortos y rápidos). Esto puede observarse en condiciones neurológicas que afectan a los ganglios basales.
- Marcha de Trendelenburg: el signo de Trendelenburg es cuando, al momento de estar de pie sobre una pierna, el lado libre de la pelvis se cae hacia el suelo. Esto está causado por una debilidad en los músculos glúteo medio y menor de la pierna contralateral, de apoyo. Una caída similar de la pelvis puede observarse durante la marcha, causando una oscilación excesiva o bamboleo de la cadera, lo que se conoce como la marcha de Trendelenburg.
- Pie caído (marcha en estepaje): es una marcha neuropática en donde los músculos dorsiflexores debilitados o paralizados impiden que las personas realicen la dorsiflexión a nivel de la articulación talocrural (tobillo) durante la fase de oscilación inicial. Como consecuencia, los dedos de los pies pueden apuntar hacia el suelo, o simplemente no pueden levantarse durante la marcha. Para contrastar esto, la persona típicamente compensa con un incremento en la flexión de la rodilla y una elevación en el paso para intentar levantar el pie. Algunas causas pueden incluir esclerosis lateral amiotrófica, lesiones en la neurona motora inferior, cauda equina, compresión en la raíz nerviosa de L5 o neuropatías periféricas.
- Marcha equina (en puntillas): usualmente se observa en niños con la deformidad de pie equinovaro. En estos casos, la carga del peso se realiza predominantemente en el borde dorsolateral o lateral del pie.
- Dismetría (marcha de pierna corta): una asimetría en la longitud de las piernas puede causar una transferencia lateral hacia el lado más corto, con inclinación de la pelvis que resulta en cojeo. Las personas pueden tratar de compensar caminando en puntillas, supinando el pie o exagerando la flexión de la cadera en el lado no afectado. Las causas incluyen escoliosis, contracturas y deformidades de uno o más huesos en la extremidad inferior.
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