Video: Músculos del suelo de la pelvis
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¿Ya hiciste ejercicio hoy? ¿Trabajaste los bíceps? Qué tal unas sentadillas. ¿Y el suelo de la pelvis? Así es. Me escuchaste bien, suelo de la pelvis. ¿Sabías que puedes fortalecer esos músculos ...
Leer más¿Ya hiciste ejercicio hoy? ¿Trabajaste los bíceps? Qué tal unas sentadillas. ¿Y el suelo de la pelvis? Así es. Me escuchaste bien, suelo de la pelvis. ¿Sabías que puedes fortalecer esos músculos también? Considerando que son los músculos que te ayudan a aguantar cuando tienes que correr al baño, vale la pena que los conozcas. Veamos cuáles son estos músculos y luego te daré unos consejos para fortalecerlos.
Te doy la bienvenida a nuestro tutorial sobre el suelo de la pelvis.
Antes de comenzar, déjame darte una visión general sobre lo que aprenderemos hoy. Iniciaremos hablando sobre qué es realmente el suelo de la pelvis incluyendo sus funciones. Luego veremos los huesos de la pelvis enfocándonos específicamente en los puntos de origen e inserción de los músculos. Después veremos el suelo de la pelvis, identificando sus músculos, para continuar con otros músculos de la zona relacionados con el suelo de la pelvis, incluyendo los músculos de las paredes de la pelvis, los del espacio perineal profundo, al igual que algunos del espacio perineal superficial para terminar con un músculo de la región anal. Finalmente veremos cómo ejercitar los músculos del suelo de la pelvis.
¡Comencemos!
Entonces, ¿qué es esta estructura que estamos estudiando y para qué sirve? En ambas imágenes podemos ver una parte del suelo de la pelvis resaltado de verde. A la izquierda una imagen de la pelvis femenina, y a la derecha una imagen de la pelvis masculina. Las dos imágenes son desde una vista lateral.
El suelo de la pelvis, también conocido como el diafragma pélvico, es una estructura importante con muchas funciones incluyendo el soporte de los órganos pélvicos. Podemos apreciarlo en ambas imágenes. En los dos sexos soporta a la vejiga y a los intestinos, mientras que en el sexo femenino también soporta el útero. Adicionalmente, el suelo de la pelvis ayuda a mantener una presión intraabdominal óptima y está involucrado tanto en la continencia urinaria como fecal en ambos sexos.
Muy bien, es hora de nombrar algunas estructuras.
En primer lugar, tenemos a los huesos de la pelvis. La pelvis como un todo consta de varios huesos que mencionaremos en un momento. También se conoce como cintura pélvica y conecta el esqueleto axial con los miembros inferiores. Posteriormente en la línea media se encuentra el sacro. El sacro es una fusión de cinco vértebras sacras y se une con los huesos coxales en ambos lados. Inferior al sacro está la parte más caudal de la columna vertebral, el cóccix. Más adelante veremos cómo algunos músculos del suelo de la pelvis se insertan en esta estructura.
Cada uno de los huesos coxales en realidad se compone de tres huesos que se unen a nivel del acetábulo creando un espacio donde encaja la cabeza del fémur. Primero veamos el más grande, el ilion; la porción inferior del hueso coxal es el isquion y la porción anterior es el pubis. Usaremos esta imagen a lo largo del tutorial, así que asegurémonos de conocer las estructuras óseas.
Esta es la pelvis y el suelo de la pelvis desde una vista superior, el aspecto posterior está arriba en tu pantalla y el aspecto anterior está abajo. Posteriormente, en la línea media, está el sacro. A cada lado del sacro encontramos un ilion y anteriormente podemos ver dos huesos del pubis. Desde aquí no podemos ver muy bien el isquion, pero sí podemos ver una proyección ósea del isquion llamada espina ciática en ambos lados.
Esta es otra imagen con la que nos debemos familiarizar. Estamos viendo la pelvis y el suelo de la pelvis desde una vista inferior. El aspecto posterior otra vez está arriba en tu pantalla y el aspecto anterior está abajo, con el sacro posteriormente en la línea media. Ahora podemos ver al cóccix proyectándose inferiormente desde el sacro. A cada lado del sacro podemos ver a los huesos ilíacos y anteriormente a los huesos del pubis. El isquion es mucho más fácil de ver desde aquí, con las espinas ciáticas proyectándose aquí. La otra característica de los isquiones que podemos ver son las tuberosidades del isquion, que son estas que se proyectan hacia tí.
Muy bien, ahora comencemos con los músculos del suelo de la pelvis.
El suelo de la pelvis se compone del músculo elevador o levantador del ano, el cual a su vez se compone de tres músculos: el puborrectal, el pubococcígeo y el iliococcígeo. El suelo de la pelvis incluye a otro músculo denominado músculo coccígeo. Podemos ver en esta imagen que estos músculos ocupan completamente la porción inferior de la pelvis donde proporcionan el soporte a los órganos de la pelvis. Así que profundicemos un poco en cada uno de estos músculos.
Primero, podemos ver todo el músculo elevador del ano resaltado en verde. Recuerda que consta de tres músculos que más o menos se terminan mezclando entre ellos, el puborrectal, el pubococcígeo y el iliococcígeo.
El primer segmento del elevador del ano que veremos es el puborrectal. Este músculo, resaltado en verde, debe su nombre a sus inserciones y relaciones. Pubo, en referencia al hueso del pubis, y rectal, en referencia al recto. El puborrectal se origina de la cara posterior de los cuerpos de los huesos del pubis. A partir de ahí se extiende para formar una U alrededor del recto en la unión anorrectal. Esto es diferente de la mayoría de inserciones de los músculos esqueléticos, donde la inserción suele ser en los huesos. Al rodear la unión anorrectal, el músculo puborrectal mantiene la continencia fecal. Cuando este músculo se relaja, el ángulo entre el recto y el ano, llamado ángulo anorrectal, aumenta, lo que permite que suceda la defecación.
Tal vez hayas notado que el músculo puborrectal tiene dos orificios. El que se encuentra posterior permite el paso del canal anal y por esto se llama orificio anal. Pero, ¿y el orificio anterior? Este orificio se llama hiato urogenital y permite el paso de la uretra, en ambos sexos, y de la vagina en el sexo femenino. En cuanto a la inervación, el músculo puborrectal es inervado por el nervio del músculo elevador del ano, el cual se origina de los ramos anteriores de S3, S4 y a veces con una pequeña contribución de S5.
El segundo componente del músculo elevador del ano es el pubococcígeo y, adivinaste, este también se llama de acuerdo a sus inserciones. Se origina de los cuerpos de los huesos del pubis lateral al origen del puborrectal. Posteriormente, se inserta en el cóccix y en el ligamento anococcígeo. Similar al puborrectal, este es inervado por el nervio del músculo elevador del ano, pero también recibe fibras de los ramos del nervio pudendo, tales como los nervios anales inferiores o los ramos perineales.
El último componente del músculo elevador del ano es el iliococcígeo. Este nombre es un poco engañoso ya que sugiere que se origina del ilion, pero en realidad el iliococcígeo se origina del isquion, específicamente, de la espina ciática. También se origina de esta estructura de aquí, el arco tendinoso del músculo elevador del ano. Afortunadamente el nombre sí indica su inserción. Posteriormente se inserta en el cóccix y en el ligamento anococcígeo. Como el resto del elevador del ano, el iliococcígeo es inervado por el nervio del músculo elevador del ano.
El último músculo del suelo de la pelvis, que no forma parte del elevador del ano, es el que puedes ver resaltado. Este es el músculo coccígeo, que a veces se llama isquiococcígeo. Este músculo se origina de la espina ciática y viaja posteriormente para insertarse en el cóccix y en la porción inferior del sacro. Desde esta vista inferior podemos ver la inserción del coccígeo en el sacro, que está resaltado de verde.
El coccígeo se sobrepone al ligamento sacroespinoso, que puedes ver en esta otra imagen. Este ligamento tiene unas inserciones parecidas, en el sacro y en la espina ciática. Algunas veces, este músculo y este tendón pueden mezclarse. El coccígeo, siendo parte del suelo de la pelvis, lleva el cóccix hacia anterior después de la defecación. En otras especies, su función principal es la de mover la cola. Es inervado por el nervio del músculo elevador del ano, al igual que los músculos del elevador del ano, que componen el resto del suelo de la pelvis.
Antes de continuar, déjame recordarte las funciones del suelo de la pelvis. Estos músculos trabajan juntos para dar soporte a los órganos de la pelvis. Adicionalmente, el suelo de la pelvis ayuda a mantener una presión intraabdominal óptima y está involucrado en la continencia urinaria y fecal en ambos sexos.
Hay dos músculos adicionales que técnicamente no hacen parte del suelo de la pelvis pero ayudan a formar las paredes de la cavidad de la pelvis. ¡Demos una mirada!
En primer lugar tenemos a este músculo que está resaltado, el piriforme. Se encuentra superior y posterior al músculo coccígeo y se origina medialmente en la cara anterior del sacro para salir de la pelvis lateralmente hacia el trocánter mayor del fémur. En la imagen puedes ver que el músculo piriforme conforma la pared posterolateral de la cavidad de la pelvis. Este músculo es un rotador lateral y abductor del muslo, y es inervado por el nervio del músculo piriforme.
El segundo músculo, que forma la pared anterolateral de la cavidad de la pelvis es el músculo obturador interno. De forma similar al piriforme, éste se origina dentro de la pelvis y sale de ésta para insertarse en el fémur. Específicamente, el obturador interno se origina de la cara posterior de la membrana obturatriz y de su hueso circundante para luego insertarse en el trocánter mayor del fémur. Al igual que el piriforme, el obturador interno realiza rotación lateral y abducción del muslo. Su inervación viene del nervio del músculo obturador interno
Ahora que hemos repasado los músculos del suelo y de las paredes de la pelvis, movámonos hacia abajo para identificar otros músculos de esta región. Lo que podemos ver aquí es el elevador del ano, que como ya sabemos forma parte del suelo de la pelvis y soporta todos los órganos de la pelvis. Inferior al elevador del ano, podemos ver otros músculos. Estos son los músculos del periné. El periné es un espacio en forma de diamante que se encuentra inferior al músculo elevador del ano, entre los muslos.
Las cuatro esquinas de este diamante son: el cóccix hacia posterior, la sínfisis del pubis hacia anterior, y las dos tuberosidades del isquion en los lados. Si conectamos los cuatro puntos a través de las ramas isquiopubianas y de los ligamentos sacrotuberosos veremos el diamante que te decía. El periné puede dividirse en dos triángulos si dibujamos una línea entre ambas tuberosidades del isquion. Esto forma un triángulo urogenital anterior, que contiene estructuras relacionadas con el tracto genitourinario, y un triángulo posterior o triángulo anal, que contiene estructuras relacionadas con el tracto gastrointestinal.
El triángulo urogenital puede ser a su vez subdividido en dos partes. En esta imagen estamos viendo la pelvis y periné del sexo femenino en un corte coronal. Esta es la vejiga, en el espacio sobre la pelvis, la cual está limitada inferiormente por el suelo de la pelvis e inferior a esta está el periné y ya que nos encontramos anteriormente este es el triángulo urogenital. La línea divisoria entre los dos espacios dentro del triángulo urogenital es esta estructura de aquí, la membrana perineal.
La membrana perineal divide al triángulo urogenital en dos partes, el espacio perineal profundo y el espacio perineal superficial justo inferior. Para resumirte, en el triángulo urogenital desde el suelo de la pelvis hacia inferior encontramos al espacio perineal profundo, luego a la membrana perineal e inferior a esta al espacio perineal superficial.
Continuemos con los músculos. Comencemos con el espacio perineal profundo. Este espacio contiene dos músculos: el músculo transverso profundo del periné y el esfínter externo de la uretra. Empecemos con el transverso profundo del periné, este que ves resaltado. En esta imagen estamos viendo la pelvis desde abajo, como la hemos visto ya unas cuantas veces, pero ahora los músculos del suelo de la pelvis se ven cubiertos por estos músculos perineales hacia anterior.
El músculo transverso profundo del periné, que es todo un trabalenguas, es justo lo que sugiere su nombre. Es un músculo profundo, que corre transversalmente desde las ramas isquiopubianas para insertarse en las paredes vaginales en el sexo femenino, en la próstata en el sexo masculino, y en el cuerpo perineal en ambos sexos. Y finalmente, es un músculo del periné.
El músculo transverso profundo del periné da soporte al suelo de la pelvis, que, recuerda, se encuentra superior a este músculo. También estabiliza al cuerpo perineal. Es inervado por los ramos profundos del nervio perineal, que a su vez es ramo del nervio pudendo.
El segundo músculo del diafragma urogenital es el esfínter externo de la uretra, el cual puedes ver resaltado en verde en el aspecto anterior del periné. Este esfínter rodea la porción membranosa de la uretra comprimiéndola para mantener la continencia urinaria hasta que es relajada de manera voluntaria durante la micción, acto también conocido como orinar. El esfínter externo de la uretra es inervado por los ramos profundos del nervio perineal.
Ahora bajemos para ver los músculos del espacio perineal superficial. Estos músculos se encuentran superficial, o inferior, a los músculos del espacio perineal profundo que acabamos de ver. El primero se ubica a los largo del límite posterior del triángulo urogenital. Este es el músculo transverso superficial del periné. Este músculo, similar a su contraparte profunda, viaja transversalmente a través del periné. Se origina de ambas tuberosidades del isquion y se inserta medialmente en el cuerpo perineal. Este músculo estabiliza al cuerpo perineal y es inervado también por los ramos profundos del nervio perineal.
Ahora veremos el primero de un total de dos músculos eréctiles. Este es el bulboesponjoso del sexo femenino, más adelante veremos los del sexo masculino. Este músculo se origina del cuerpo perineal en el sexo femenino. En este corte coronal de la pelvis femenina, podemos ver al elevador del ano aquí formando el suelo de la pelvis. Inferior a este está el músculo transverso profundo del periné, que como podemos ver corre entre los dos isquiones. En los lados del orificio de la uretra encontramos a los dos bulbos del vestíbulo.
Cada uno de los bulbos del vestíbulo está envuelto por un músculo bulboesponjoso. Los bulbos del vestíbulo son los puntos de inserción anteriores para los dos músculos bulboesponjosos del sexo femenino. El músculo viaja junto a ellos para insertarse en la porción anterior. Este músculo también se inserta en la membrana perineal, en el cuerpo del clítoris y en el cuerpo cavernoso. Su función consiste en asistir en la erección del clítoris y de los bulbos del vestíbulo, y dar soporte al cuerpo perineal. Los bulboesponjosos son inervados por los ramos profundos del nervio perineal.
En el sexo masculino también existe el músculo bulboesponjoso, pero es un poco diferente. Los dos músculos se unen en el sexo masculino a lo largo de su línea media en el rafe del pene ya que no hay orificio vaginal. Así es que se originan del cuerpo perineal y del rafe del pene en el sexo masculino. En el sexo masculino, el bulboesponjoso viaja junto al cuerpo esponjoso y se inserta en su porción anterior. También se inserta en la membrana perineal, en los cuerpos cavernosos, y en la fascia del bulbo del pene. En el sexo masculino, el músculo bulboesponjoso comprime el bulbo del pene durante la micción y la eyaculación, asiste en la erección del pene y da soporte al cuerpo perineal. Igual que el bulboesponjoso del sexo femenino, es inervado por los ramos profundos del nervio perineal.
El segundo de los músculos eréctiles son los dos isquiocavernosos. Este músculo es más parecido en ambos sexos. Tanto en el sexo masculino como en el femenino, este músculo se origina de los ramas isquiopubianas. En el sexo femenino, los isquiocavernosos cubren al pilar del clítoris y, como los bulboesponjosos, estos músculos asisten en la erección del clítoris. En el sexo masculino, los isquiocavernosos cubren al pilar del pene, el cual podemos ver aquí en este corte coronal de la pelvis masculino. Al igual que los bulboesponjosos, estos músculos también asisten en la erección del pene. En ambos sexos, estos músculos son inervados por los ramos profundos del nervio perineal.
Ahora continuemos con la región anal del periné para identificar al último músculo de este tutorial. Este es el esfínter externo del ano, que como sabes, se encuentra en el triángulo anal del periné. El esfínter externo del ano se origina de la piel y la fascia alrededor del ano y está anclado al cuerpo perineal y al ligamento anococcígeo. Este músculo, como te podrás imaginar, mantiene la continencia fecal. Podemos relajar voluntariamente este músculo para la defecación.
Este corte sagital nos ayuda a ver la relación del esfínter externo del ano con el suelo de la pelvis, que se encuentra inferior a este. El esfínter externo del ano es inervado por el nervio rectal inferior, que es un ramo del nervio pudendo.
¡Muy bien! Ahora lo que todos estábamos esperando, cómo ejercitar el suelo de la pelvis.
El suelo de la pelvis puede debilitarse de varias maneras incluyendo durante el parto o con el sobrepeso. Unos músculos débiles del suelo de la pelvis pueden llevar a la incontinencia urinaria o fecal, pero los ejercicios de Kegel pueden ser de gran ayuda. Así que, ¿cuáles son estos ejercicios?
Para ejercitar estos músculos primero: deja de orinar a medio camino. Los músculos que necesitas para hacer esto son tus músculos del suelo de la pelvis. Segundo: vacía tu vejiga y luego recuéstate sobre tu espalda y aprieta tus músculos del suelo de la pelvis, tal como si estuvieses dejando de orinar nuevamente. Tercero: mantén la contracción por cinco segundos, y cuarto: relaja por cinco segundos. Quinto: repite esto de cuatro a cinco veces. No es muy difícil, ¿verdad? ¡Esperemos que no termines sudando! Tal vez te preguntes ¿estos ejercicios también sirven para el sexo masculino? ¡Y la respuesta es sí! Tanto para el sexo masculino como femenino realizar estos ejercicios varias veces al día puede traer muchos beneficios. Y ahora eres un experto en los músculos del suelo de la pelvis.
Antes de dejarte ir, resumamos rápidamente lo que aprendimos hoy. Primero vimos el suelo de la pelvis como tal, también llamado diafragma pélvico, que está compuesto por el músculo elevador del ano y el coccígeo. Vimos las tres porciones del elevador del ano identificando cada una. El músculo puborrectal es la primera porción del elevador del ano que vimos, este va desde el hueso del pubis y forma una U alrededor del recto. Después identificamos la segunda porción, el pubococcígeo, que va desde el hueso del pubis hasta el cóccix posteriormente.
La última porción del elevador del ano es el iliococcígeo, cuyo nombre es curioso ya que viaja desde el isquion, en lugar del ilion como su nombre sugiere, posteriormente hasta el cóccix. Y finalmente nombramos al coccígeo, que no hace parte del elevador del ano pero sí del suelo de la pelvis.
Lo siguiente que hicimos fue ver los músculos de las paredes de la pelvis. En primer lugar está el piriforme, que forma la porción posterolateral de la pared. Anterolateralmente encontramos al obturador interno. Después continuamos con el periné comenzando con los músculos del espacio perineal profundo, un espacio que está inmediatamente inferior al suelo de la pelvis. Este músculo ancho es el transverso profundo del periné, que viaja transversalmente entre las dos ramas isquiopubianas. Anteriormente, encontramos al esfínter externo de la uretra, el cual asiste en la continencia urinaria.
El siguiente grupo de músculos que vimos están en el espacio perineal superficial, el cual está inmediatamente inferior al espacio perineal profundo. En este espacio, en el triángulo urogenital, mencionamos tres pares de músculos. El primer par fue el músculo transverso superficial del periné, el segundo fueron los bulboesponjosos, que se encuentran en la línea media en el sexo masculino, y finalmente, el último par fueron los isquiocavernosos, los cuales viajan desde los isquiones hasta los pilares del pene o del clítoris.
El último músculo de este tutorial lo encontramos posteriormente en la región anal, el esfínter externo del ano, el cual nos ayuda a mantener la continencia fecal.
Y con eso terminamos nuestro tutorial sobre los músculos del suelo de la pelvis.
Espero que lo hayas disfrutado. Gracias por quedarte hasta el final y ¡feliz estudio!