Músculos del suelo pélvico
El suelo pélvico (piso pélvico) está compuesto principalmente por gruesos músculos esqueléticos en conjunto con ligamentos adyacentes y su fascia profunda. Es un diafragma muscular en forma de cuenco que ayuda a sostener los contenidos viscerales de la pelvis. En este artículo nos enfocaremos principalmente en la musculatura del suelo pélvico y su función en general. Hay muchas preguntas importantes que debemos responder con respecto a este tema:
- ¿Cuáles son los músculos que forman el suelo pélvico?
- ¿Qué arterias y nervios nutren a los músculos del suelo pélvico?
- ¿Qué ocasiona la disfunción del suelo pélvico?
- ¿Cuál es el mejor ejercicio para el suelo pélvico?
Aquí encontrarás todas las respuestas a estas preguntas, así como información acerca de la anatomía y funciones de los músculos del suelo pélvico.
Definición | Diafragma muscular que cierra el estrecho inferior de la pelvis |
Funciones |
Previene el prolapso de los órganos pélvicos; Parto - sostiene y guía a la parte fetal presente Ayuda a mantener la continencia (tanto urinaria como fecal) |
Estructura |
Músculo coccígeo Músculo elevador del ano |
- Estructura
- Musculatura del suelo pélvico
- Vascularización e inervación
- Función
- Correlaciones clínicas
- Bibliografía
Estructura
La porción inferior de la pelvis está sellada por un diafragma muscular (también conocido como diafragma pélvico) y una membrana perineal que se conocen como suelo o piso pélvico. Existen dos (en hombres) o tres (en mujeres) aberturas en el suelo pélvico que permiten el paso de los componentes de salida de las vísceras pélvicas. Los músculos del suelo pélvico contribuyen al mantenimiento de la continencia y ayudan a prevenir la salida de los contenidos de la cavidad de la pelvis a través de su estrecho inferior.
Revisa las siguientes unidades de estudio para ampliar tu conocimiento:
Musculatura del suelo pélvico
A los músculos coccígeo y elevador del ano se les refiere colectivamente como músculos del suelo pélvico. Estos forman una capa grande de músculo esquelético que es más gruesa en algunas partes que en otras. Los músculos se insertan a lo largo de las paredes internas de la pelvis menor (pelvis verdadera) en una área condensada de la fascia obturatriz conocida como el arco tendinoso del músculo elevador del ano. Estos músculos pueden subdividirse con base en sus puntos de inserción, así como los órganos pélvicos a los cuales están asociados. Es importante notar que el músculo elevador del ano está formado por los músculos puborrectal, pubococcígeo e iliococcígeo. El músculo coccígeo (también conocido como isquiococcígeo) no es parte del elevador del ano.
La cara pélvica del músculo elevador del ano está separada de los órganos viscerales por medio de su fascia asociada. La cara perineal funciona como las paredes medial y superior de la fosa isquioanal y su receso anterior asociado, respectivamente. Hay tejido conectivo laxo presente entre el borde posterior del músculo y el cóccix. Finalmente, los puntos de salida de los órganos viscerales separan el borde medial de los dos músculos.
Revisa la siguiente unidad de estudio y conoce más sobre estos músculos:
Músculo coccígeo (isquiococcígeo)
El músculo coccígeo (isquiococcígeo) en ocasiones se considera como parte del complejo que forma al elevador de ano y no como un músculo separado. Sin embargo, este músculo en realidad es una estructura separada que se localiza en la porción más posterosuperior de este complejo muscular.
Se trata de una capa de músculo con forma triangular cuyo vértice se inserta en la punta y cara pélvica de la espina ciática, mientras que su base se inserta en la 5° porción sacra y los bordes laterales del cóccix. Las fibras restantes del músculo convergen en la línea media. Este músculo está relacionado anteriormente con la cara pélvica del ligamento sacroespinoso.
Origen | Espina ciática |
Inserción | Borde inferior del sacro, cóccix |
Acciones | Soporte de las vísceras pélvicas, flexión del cóccix |
Inervación | Ramos anteriores de los nervios espinales S4 y S5 |
Vascularización | Arterias vesical inferior, glútea inferior y pudenda |
Músculo elevador del ano
El elevador del ano es un músculo complejo que consiste en tres porciones individuales: los músculos iliococcígeo, pubococcígeo y puborrectal.
Orígenes |
Puborrectal: cara posterior de los cuerpos del pubis (también conocido como puboanal) Pubococcígeo: cara posterior de los cuerpos del pubis (lateral al puborrectal) Iliococcígeo: arco tendinoso de la fascia obturatriz, espina ciática |
Inserciones |
Puborrectal: ninguna (forma el “cabestrillo puborrectal” posterior al recto) Pubococcígeo: ligamento anococcígeo, cóccix, cuerpo perineal y musculatura de la próstata/vagina Iliococcígeo: ligamento anococcígeo, cóccix |
Inervación | Nervio del músculo elevador del ano (S4); el pubococcígeo también recibe inervación de los ramos rectales/perineales inferiores del nervio pudendo (S2-S4) |
Vascularización | Arterias glútea inferior, vesical inferior y pudenda |
Función | Estabilidad y soporte de los órganos abdominales y pélvicos; resistencia ante el incremento de presión intraabdominal; apertura y cierre del hiato del músculo elevador del ano |
Músculo iliococcígeo
La porción iliococcígea del músculo elevador del ano se encuentra anteroinferior al músculo coccígeo y posterosuperior al pubococcígeo. El músculo se extiende lateralmente hasta el arco tendinoso del músculo elevador del ano. Sus fibras posterolaterales tienen inserciones en la espina ciática (justo de forma inferior y anterior a la inserción del músculo coccígeo), mientras que sus fibras anterolaterales se insertan en el canal obturador. Las fibras de la línea media posterior se insertan en la porción inferior del sacro y el cóccix.
La mayoría de las fibras del iliococcígeo se juntan con las fibras de la mitad contralateral del músculo para formar un rafe de la línea media. El rafe (un surco en donde se unen las dos mitades del músculo) es contínuo con el ligamento anococcígeo y brinda una fuerte inserción posterior para el suelo pélvico
Músculo pubococcígeo
- El pubococcígeo es la porción intermedia del músculo elevador del ano. Sus fibras anteriores surgen de la cara posterior del arco del pubis y recorren posteriormente en el plano horizontal. Las fibras luego se decusan para unirse con las fibras del lado contralateral para formar un “cabestrillo” alrededor de las porciones distales de los órganos pélvicos. El pubococcígeo puede dividirse con base en las estructuras con las cuales sus fibras se encuentran inmediatamente asociadas: Puboperineal - fibras más internas que viajan adyacentes a la uretra y su esfínter asociado conforme sale del suelo pélvico. En algunas instancias, el músculo se conoce como pubouretral debido a que se asocia con la mitad proximal de la uretra y forma parte del complejo de su esfínter.
-
Puboprostático (hombres) y pubovaginal (mujeres) - otro grupo de fibras musculares que pasa alrededor de la porción inferior de la próstata (hombres) o de la pared posterior de la vagina (mujeres).
- Puboanal - algunas pocas fibras que cruzan hacia el lado contralateral y se mezclan con las fibras de los músculos rectales longitudinales y su fascia para formar la capa longitudinal conjunta del conducto anal.
Músculo puborrectal
El puborrectal pasa por detrás del recto a lo largo del rafe del músculo elevador del ano como un “cabestrillo muscular” que se curva alrededor de la unión anorrectal. Colectivamente, las divisiones de los músculos pubococcígeo y puborrectal se conocen como músculo pubovisceral.
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Vascularización e inervación
La división anterior de la arteria ilíaca interna es la responsable de irrigar al grupo de músculos del elevador del ano con sangre oxigenada y rica en nutrientes. Sus tres ramas terminales (pudenda, glútea inferior y vesical inferior) ingresan y perforan estos músculos para irrigarlos. El drenaje venoso está dado por las venas con los mismos nombres.
Los ramos del plexo sacro contribuyen a la inervación de los músculos del elevador del ano. El nervio pudendo, que se origina de la segunda a cuarta porción sacra de la médula espinal (S2-S4), inerva directamente al músculo pubococcígeo. Los ramos que surgen directamente de la cuarta porción sacra forman el nervio del músculo elevador del ano (S4). Los músculos coccígeo e iliococcígeo están inervados por ramos que se originan directamente de las porciones cuarta y quinta del plexo sacro (S4-S5).
Función
Los músculos del suelo pélvico son principalmente estructuras de soporte. Ayudan a mantener las vísceras pélvicas en su lugar y a prevenir que estas salgan de la pelvis ante la presencia de tensión. Esta función se logra mediante una contracción inconsciente durante el reposo y puede haber contracción consciente en momentos de aumento de presión intraabdominal (vomitar, estornudar, toser, levantar objetos pesados, espiración forzada).
La contracción de los músculos del elevador del ano también brindan una oclusión adicional para los segmentos de salida de las vísceras pélvicas. En otras palabras, los músculos ayudan al mantenimiento de la continencia tanto urinaria como fecal hasta que llegue el momento oportuno para evacuar. El músculo puborrectal es el que mejor demuestra esta función. Hay que recordar que este músculo forma un cabestrillo muscular con forma de U que se curva alrededor de la unión anorrectal. Cuando esta parte del músculo se contrae, tira de la unión anorrectal anteriormente y forma un ángulo de 90 grados entre el recto y el ano. Por lo tanto, la materia fecal no puede fluir libremente desde el recto. Para que puedan ocurrir la micción (orinar) y la defecación, los músculos que forman el elevador del ano deben de estar relajados.
Los músculos del suelo o piso pélvico también ofrecen soporte adicional durante el parto para la parte fetal presente, la parte más cercana a la salida uterina. Mantiene al feto en su lugar mientras que el cuello uterino se dilata y contrae. También ayuda a mantener al feto en el plano anteroposterior de la salida de la pelvis para brindar aún más soporte durante el proceso del parto.
Histológicamente, la mayoría de los músculos del suelo pélvico se componen de fibras musculares de contracción lenta o tipo I. La prevalencia de fibras tipo I es importante debido a la función de los músculos del suelo pélvico mencionada anteriormente. Se debe recordar que las fibras tipo I son ideales para los periodos largos de contracción, mientras que las fibras tipo II son necesarias para la respuesta rápida ante cambios fisiológicos.
Pon a prueba tu conocimiento con el siguiente cuestionario:
Correlaciones clínicas
La función del suelo pélvico es brindar soporte estructural y ayudar a mantener la continencia. Por lo tanto, cualquier alteración en estos músculos resulta en la inestabilidad de los órganos pélvicos (prolapso) y en incontinencia. Los desórdenes del suelo pélvico ocurren con mayor frecuencia en mujeres que en hombres. Esto como resultado del hecho de que la mayoría de los factores de riesgo (causas obstétricas y laxitud ligamentosa relacionada a hormonas) ocurren exclusivamente en las mujeres. Sin embargo, tanto hombres como mujeres pueden experimentar incontinencia urinaria o fecal por diferentes motivos. En el caso del prolapso de órganos, por otro lado, sigue siendo un problema principalmente ginecológico. Una de las complicaciones más preocupantes de los defectos en la musculatura del suelo pélvico es el prolapso de órganos pélvicos.
Prolapso de órganos pélvicos
El prolapso de órganos pélvicos es esencialmente una herniación de una de las vísceras pélvicas a través de sus salidas asociadas. Por ejemplo, el prolapso uterino a través del fondo de saco vaginal o el prolapso rectal a través del ano. Este trastorno está asociado con debilidad del suelo pélvico. Esta debilidad puede ser provocada por una distensión excesiva del músculo a lo largo del tiempo. Los factores de riesgo para desarrollar disfunción del suelo pélvico y el subsecuente prolapso de órganos pélvicos pueden ser no obstétricos (tos crónica, obesidad, tabaquismo, etnicidad, edad, historia de trastornos en el tejido conectivo) u obstétricos (múltiples partos, parto prolongado, parto precipitado, parto vaginal operatorio). Una historia ocupacional que indique el levantamiento de objetos pesados por largos periodos de tiempo también puede incrementar el riesgo de desarrollar debilidad del suelo pélvico con el consecuente prolapso de uno de los órganos pélvicos.
Las mujeres que experimentan prolapso de órganos pélvicos pueden sentir como una masa protruye del orificio vaginal. Pueden tener un prolapso de la pared anterior asociado con un prolapso de vejiga (cistocele), lo cual ocasiona síntomas de retención urinaria. También pueden presentar un prolapso de la pared posterior asociado con un abultamiento de la pared rectal (rectocele), lo cual ocasiona constipación (estreñimiento). Otras mujeres pueden experimentar prolapso uterino en donde el cuello uterino se extiende a través del orificio vaginal. Incluso mujeres cuyo útero ha sido removido (histerectomía) pueden sufrir prolapsos de un fondo de saco vaginal deficientemente suspendido.
Tanto hombres como mujeres pueden experimentar prolapso rectal. Esta es una condición debilitante en la que, ya sea parte de la mucosa rectal o todo el recto, descienden a través del ano. Esta condición también es más prevalente en mujeres que en hombres. La mayoría de los factores de riesgo predisponentes para el prolapso de los órganos pélvicos también incrementan las probabilidades de desarrollar prolapso rectal.
Ejercicios Kegel
La debilidad de los músculos del suelo pélvico puede ocasionar incontinencia, así como un prolapso rectal o de órganos pélvicos. Existen algunos ejercicios que pueden ayudar a mejorar los problemas con fugas urinarias o control intestinal. A las mujeres frecuentemente se les aconseja durante el embarazo, o después del parto, realizar ejercicios Kegel (también conocidos como ejercicios del suelo pélvico) para tratar de prevenir incontinencia urinaria y ayudar a las mujeres que tienen dificultades para alcanzar el orgasmo después del embarazo.
Instrucciones para los ejercicios Kegel
El objetivo de los ejercicios Kegel es aislar y entrenar a los músculos del suelo pélvico. Una buena manera de aislar estos músculos es intentando detener el proceso de micción una vez iniciado. Los músculos que se activan durante este proceso son los músculos del suelo pélvico. Estos también son los músculos que se utilizan para prevenir la salida de gases (flatulencias).
Antes de comenzar con los ejercicios se debe vaciar la vejiga. Después, se recuesta sobre la espalda y se tensan los músculos del suelo pélvico identificados anteriormente. Luego se mantiene la contracción durante 5 segundos y se relaja por otros 5 segundos. Este proceso se repite 4 o 5 veces, con una frecuencia de hasta 3 veces al día. Una vez que la persona esté cómoda manteniendo la contracción por 5 segundos se debe aumentar el tiempo a 10 segundos para cada contracción y relajación.
Evita activar los músculos del abdomen, muslo o glúteos durante este proceso y asegurarse de respirar libremente. Recuerda no usar los ejercicios de Kegel para iniciar y detener el chorro de orina de forma regular. Realizar estos ejercicios mientras se vacía la vejiga en realidad puede debilitar los músculos, lo que puede provocar un vaciado incompleto de la vejiga y las consiguientes infecciones del tracto urinario.
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