Video: Tejido muscular esquelético
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¡Hola! Soy Ramses de Kenhub, bienvenidos a este videotutorial de histología donde tendremos la oportunidad de estudiar el tipo de tejido muscular más conocido y mencionado de todo el cuerpo humano. ...
Leer más¡Hola! Soy Ramses de Kenhub, bienvenidos a este videotutorial de histología donde tendremos la oportunidad de estudiar el tipo de tejido muscular más conocido y mencionado de todo el cuerpo humano. Así es, hoy hablaremos sobre el tejido muscular esquelético. Comencemos con algo de información básica sobre este tipo de tejido muscular.
Como quizás ya sabes, el tejido muscular puede ser dividido en tres tipos diferentes: en esta micrografía podemos ver al músculo esquelético, el protagonista de nuestro tutorial de hoy, que también se conoce comúnmente como músculo voluntario, debido a que está bajo el control voluntario del sistema nervioso somático. El segundo tipo de músculo que puedes ver aquí en tu pantalla, es el músculo cardíaco. Tal como su nombre lo indica, este tipo de músculo se encuentra en el corazón. Lo impresionante de este tipo de músculo son las contracciones musculares altamente sincronizadas de sus células, lo cual transforma al corazón en una bomba que envía sangre al resto del cuerpo. Por último, el tercer tipo de músculo se conoce como músculo liso, visible aquí en esta micrografía. Este tipo de músculo también se conoce como músculo involuntario, ya que su actividad no se inicia ni se mantiene de manera consciente.
Antes de comenzar veamos rápidamente los puntos que tocaremos el día de hoy. En primer lugar, revisaremos la organización general del tejido muscular esquelético para comprender cómo es que nuestros músculos son capaces de producir las fuerzas que generan. Después de esto, veremos las capas de tejido conectivo que se encuentran en el tejido muscular esquelético para luego estudiar un poco sobre las fibras o células musculares y sus estructuras asociadas. Por último, veremos los delgados filamentos que encontramos en el tejido muscular esquelético. Todo esto será más claro a medida que avancemos en nuestro videotutorial. ¿Estás listo? Perfecto, comencemos.
Es importante destacar rápidamente que la mayoría de las preparaciones histológicas que veremos el día de hoy en nuestras pantallas están teñidas con hematoxilina y eosina. Esta ténica tiñe el citoplasma de la célula de un color rosado o rojizo y los núcleos de un color púrpura oscuro. Puedes notar ambos en esta imagen.
Empecemos revisando las propiedades generales del tejido muscular esquelético. La mayor parte del músculo esquelético se encuentra unido a los huesos por tendones, fascículos de fibras de colágeno con una resistencia a la tracción impresionantemente alta. Esto debe ser así ya que cuando el músculo esquelético se contrae, puede producir mucha fuerza. Pero claro, sabemos que un músculo no es solo una fibra muscular gigante. Está formado por varias fibras individuales. Veamos su organización tisular y así te podrás dar cuenta que justamente es esta forma lo que le permite al músculo esquelético funcionar de la manera que lo hace.
Músculos como el bíceps braquial, son como una bolsa que está llena de pequeñas fibras musculares individuales y largas. Estas fibras se agrupan en fascículos o haces más grandes denominados fascículos musculares, que como te puedes imaginar, es el segmento resaltado en verde. Cuando varios fascículos musculares se agrupan, conforman el músculo propiamente dicho, es decir la totalidad de lo que observas en esta imagen. Aquí podemos ver la imagen completa desde una perspectiva transversal de las fibras musculares y los fascículos que componen el tejido muscular esquelético, como lo hemos mencionado anteriormente. Podemos ver uno de los varios fascículos, resaltado en verde.
¿Pero cómo exactamente estas fibras y fascículos son capaces de actuar como una unidad? Fácil, las capas de tejido conectivo que se encuentran en el tejido muscular esquelético nos darán la respuesta. Las describiremos desde la más externa a la más interna.
El tejido conectivo que rodea a todo el músculo esquelético se denomina epimisio. Podemos ver una porción del epimisio resaltada en verde. Esta capa externa es específicamente un tipo de tejido conectivo denso irregular con fibras elásticas, ya que necesita estirarse y contraerse. Estas acciones son realizadas en conjunto al tejido muscular que se encuentra debajo.
Un poco más hacia el interior podremos encontrar al perimisio, una capa de tejido conectivo que rodea los fascículos musculares individualmente. En tu pantalla podrás ver un segmento del perimisio resaltado en verde. Puedes imaginar al perimisio como una envoltura de plástico que rodea al fascículo muscular y lo mantiene íntegro.
La siguiente capa de tejido conectivo se conoce como tejido conectivo interfascicular. Este llena los espacios entre los fascículos que están envueltos por dicho perimisio, y sirve para proveer aún más integridad estructural al músculo esquelético. En realidad el tejido conectivo en esta capa se encuentra un poco más compacto de lo que podemos apreciar en esta imagen, sin embargo al realizar la preparación histológica, las células se encogen, provocando que se vea un espacio vacío falso.
Por último, resaltado en verde, podemos ver al endomisio. Esta capa de tejido conectivo se encuentra compuesta por fibras colágenas, es laxo y rellena los espacios entre las fibras musculares. En esta imagen se evidencia al endomisio en un corte longitudinal. Para que puedas identificarlas, las fibras colágenas se pueden reconocer fácilmente ya que tienen una forma característica de garabato, tal como lo puedes observar en esta imagen. Aquí podemos ver el endomisio entre las fibras musculares dentro de un fascículo muscular.
Un tipo de célula que podemos encontrar en el tejido conectivo son los fibroblastos, elementos clave de este tejido ya que son capaces de producir las fibras colágenas, que son el tipo de fibras más abundante del tejido conectivo. En esta imagen puedes ver los núcleos de los fibroblastos resaltados en verde. Podemos encontrar estas estructuras en el tejido conectivo ubicado dentro del tejido muscular, que se aprecia teñido con más intensidad.
Alrededor de todas estas estructuras, fuera del tejido muscular y superficialmente al epimisio, podemos encontrar la grasa perimuscular, constituida por adipocitos o células grasas que ayudan a aislar y amortiguar los músculos de nuestro cuerpo. En el interior de estas células podremos la gota lipídica propia de los adipocitos, donde se almacena la grasa. Cabe mencionar que al realizar la preparación histológica de este tejido, la gota lipídica se pierde. Por esta razón, son descritas como células de paredes finas con un núcleo que se encuentra en la periferia.
Y en esta imagen, podemos observar solo a un adipocito, resaltado en verde. Como ya hemos mencionado, un adipocito es una célula grasa que durante la preparación histológica pierde la grasa o la gota lipídica, y en su lugar se aprecia un espacio vacío.
Ya que tenemos una comprensión básica sobre las características histológicas y la organización del músculo esquelético, revisemos ahora las partes más pequeñas de este tejido, comenzando por su unidad funcional, la fibra o célula muscular.
Antes de continuar, quisiera recordarte que el término fibra muscular es el nombre que reciben las células musculares, y no debe confundirse con miofibrilla, un elemento de la fibra muscular que exploraremos más adelante.
En esta imagen, podemos observar una fibra muscular destacada en verde. Estas células tienen forma tubular y sus núcleos se encuentran en la periferia. Esta imagen muestra un grupo de células musculares resaltadas en verde, donde podemos apreciar sus núcleos claramente.
Ahora veamos otras dos estructuras asociadas, la primera de estas estructuras recibe el nombre de sarcolema. Este es el nombre que recibe la membrana de la fibra muscular. Podemos observar al sarcolema resaltado aquí en verde. Como dato curioso, debes saber que el sarcolema, aunque no lo podamos ver en esta imagen como tal, posee invaginaciones que se adentran en la célula muscular. Esta característica permite la propagación adecuada de un potencial de acción a través de la fibra muscular para asegurar contracciones sincronizadas y eficientes.
La otra estructura que está asociada a la célula muscular es el sarcoplasma que es esencialmente el citoplasma de la fibra muscular. Aquí lo puedes ver resaltado aquí en verde, ocupando el interior de las células musculares. El sarcoplasma tiene una alta concentración de iones de calcio, lo que permite que nuestros tejidos musculares se contraigan. En el sarcoplasma también podemos encontrar una alta concentración de glicosomas que almacenan glucógenos para el uso de energía y mioglobina, la cual contiene reservas de oxígeno. Todas estas características son las que facilitan la producción de energía adecuada para un tejido tan exigente de energía como lo es el tejido muscular.
Otra estructura del sarcoplasma y de la cual depende la función contráctil de este tejido, son las miofibrillas. La fibra muscular contiene cadenas de estas estructuras tubulares formadas por las unidades contráctiles de la célula, que reciben el nombre de sarcómeros. Esta imagen muestra una miofibrilla resaltada en verde. Podemos pensar en ella como un conjunto de tubos que, si continuaran saldrían de tu pantalla. De la misma manera, dentro de la miofibrilla existen diversas proteínas que interactúan entre sí para poder generar contracciones. Estas proteínas se organizan en filamentos que cuando son observados al microscopio, dan origen a las estrías transversales del tejido muscular esquelético.
Ahora veamos los diferentes tipos de filamentos que se encuentran en el músculo esquelético. Una de las características histológicas que nos permite reconocer al músculo esquelético cuando lo observamos en una preparación histológica bajo el microscopio óptico, es la presencia de estrías. Son bandas que se alternan de un color claro a oscuro al ser preparadas con la tinción de hematoxilina y eosina. Esto se debe a los filamentos finos de actina de la fibra muscular que están organizados de una manera tal que provoca este patrón de color.
Tomemos un poco de tiempo para poder revisar estos filamentos más de cerca en la siguiente preparación histológica. Las bandas A son el nombre que se le otorga a los filamentos gruesos de miosina que acabamos de mencionar. La miosina teñida con hematoxilina y eosina se observa de un color más oscuro al compararlo con la actina. Esto provoca líneas oscuras dentro de las estrías. Toda esta franja o filamento recibe el nombre de banda A, algunos de los que puedes ver en este momento resaltados en verde.
Las bandas más claras dentro de las estrías se conocen como bandas I y están constituidas en su totalidad por filamentos finos de actina. Estos filamentos interactúan con la miosina de los filamentos gruesos para poder generar las contracciones musculares.
Por último, pero no menos importante, revisemos unas estructuras conocidas como los discos Z. Como quizás lo recuerdas, un sarcómero es una unidad contráctil de una célula muscular esquelética y los discos Z, los cuales puedes ver resaltados en verde, indican los límites del sarcómero.
Utilicemos este diagrama de aquí para mostrar los discos Z de manera más clara y para que también puedas integrar lo que has aprendido hasta ahora sobre los filamentos del músculo esquelético.
Cada sarcómero está constituido por filamentos proteicos de actina y miosina. En este diagrama podemos ver aquí los filamentos gruesos de miosina que forman la banda A, más oscura y los filamentos finos de actina que forman la banda I, más clara. Los sarcómeros crean contracciones en el tejido muscular cuando los filamentos gruesos de miosina se deslizan entre los filamentos de actina juntando los filamentos de esta manera. Como puedes ver aquí, el disco Z también juega un papel importante como punto de anclaje para los filamentos finos que ayudan a la contracción del tejido.
Ya que hemos cubierto las características del tejido muscular esquelético sano, veamos su histopatología en un trastorno que se conoce como distrofia muscular.
La distrofia muscular es un tipo de trastorno genético que se describe como el debilitamiento y atrofia del tejido muscular. Al microscopio, esto se ve como una reducción en la cantidad y la organización de las fibras musculares. La atrofia o reducción de estas fibras en la distrofia muscular, provoca la aparición de núcleos desorganizados y desplazados hacia el centro. Como recordarás, en una fibra muscular saludable los núcleos se encuentran en la periferia. La degradación de estas fibras musculares provoca músculos debilitados y atrofiados, por lo que los pacientes con este tipo de trastorno pierden poco a poco su masa muscular y desafortunadamente, acaban perdiendo su capacidad para caminar, moverse y respirar.
Con esto hemos llegado al final de nuestro videotutorial sobre el tejido muscular esquelético. Antes de dejarte ir, me gustaría hacer un pequeño resumen sobre lo que hemos visto el día de hoy.
Lo primero que hicimos fue revisar la organización general del tejido muscular esquelético, comenzando por las fibras musculares las cuales en conjunto forman los fascículos musculares, los que a su vez, conforman el músculo completo. Después, revisamos las varias capas de tejido conectivo que rodean al músculo esquelético y lo ayudan a mantener su integridad estructural. Empezando desde fuera hacia dentro, observamos primero al epimisio, quien rodea a todo el músculo esquelético para luego estudiar el perimisio, el cual envuelve los fascículos musculares. Después, vimos el tejido conectivo interfascicular, el cual rellena los espacios entre dichos fascículos musculares.
La capa más interna de tejido conectivo se conoce como el endomisio y rellena el espacio entre las fibras musculares. Las otras estructuras relacionadas con las capas de tejido conectivo que hemos observado son los fibroblastos quienes producen las fibras colágenas, estructura clave para la integridad del músculo.
Por último, revisamos la grasa perimuscular la cual amortigua al músculo. Asimismo, pudimos ver la estructura general del tejido adiposo y de los adipocitos individuales, así como su aparente espacio vacío que representa la gota lipídica, cuando es teñido con hematoxilina y eosina. Después revisamos la fibra o célula muscular y algunas de sus estructuras como los núcleos, el sarcolema o membrana celular, y el sarcoplasma o el citoplasma de la fibra muscular. Por último, revisamos las miofibrillas, fibras compuestas por sarcómeros, unidades contráctiles de la célula muscular esquelética.
Pudimos también revisar más de cerca a los filamentos que contribuyen a la contracción del músculo esquelético. En primer lugar, las bandas A, compuestas por gruesos filamentos de miosina. En segundo lugar, tenemos las bandas I, que son más claras que las bandas A y están compuestas por filamentos finos de actina. Por último, conocimos las líneas z, que actúan como puntos de anclaje para los filamentos de actina y representan los límites entre los sarcómeros, las unidades contráctiles de la célula.
Y con esto terminamos este videotutorial. Gracias por acompañarme. ¡Feliz estudio!