Video: Núcleos talámicos
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Este es Londres. Bueno, en realidad es su espacio aéreo, el cual resulta ser uno de los espacios aéreos más ocupados y congestionados del mundo. Cada día más de 3500 vuelos despegan o aterrizan ...
Leer másEste es Londres. Bueno, en realidad es su espacio aéreo, el cual resulta ser uno de los espacios aéreos más ocupados y congestionados del mundo. Cada día más de 3500 vuelos despegan o aterrizan en uno de los aeropuertos de esta famosa ciudad. Sé lo que estás pensando, que tal vez este sea el video equivocado y en realidad no sea un video tutorial de Kenhub sobre los núcleos del tálamo, pero estás en el lugar correcto y este es el tutorial que estás esperando.
Te estarás preguntando entonces ¿por qué estoy viendo aviones? Piénsalo de esta manera, los 3500 vuelos que cruzan sobre Londres todos los días son monitoreados, controlados y direccionados por unas personas conocidas como controladores de tránsito aéreo. Así es, son estos héroes sin capa de los cielos que se esconden en sus torres de control. Estas son las personas que le dicen a dónde ir a cada piloto, cómo llegar allá, cuándo aterrizar, cuándo despegar, y hasta se aseguran de que no aterricen en la pista equivocada.
Curiosamente, tu tálamo actúa más o menos como un controlador de tránsito aéreo en tu cerebro. Le dice a los impulsos nerviosos que llegan de todas partes de tu cuerpo, incluso de otras partes de tu cerebro, a dónde deben ir y a dónde no deben ir, y cuándo pueden hacerlo. Algunas veces les dice que esperen o hasta les puede bloquear el paso para prevenir que el lugar de destino se sobrecargue.
Al igual que cualquier torre de control importante, tu tálamo tiene varios controladores trabajando, así como muchos grupos individuales de cuerpos de neuronas que se conocen como núcleos, cada uno con un papel dedicado a vías específicas dentro del cerebro. Sin los controladores de tránsito aéreo viviríamos en un mundo en caos aéreo continuo, de manera similar, sin nuestro tálamo, nuestro cerebro sería un desastre, con señales yendo a lugares equivocados, saturando nuestras vías neurológicas y finalmente llevando a sobrecargar nuestra capacidad mental para realizar básicamente cualquier tarea.
¿Ya sientes intriga? ¡Espero que sí! Acompáñame mientras exploramos los núcleos del tálamo.
Hoy hablaremos sobre qué es el tálamo, dónde se encuentra, cuáles son sus núcleos y funciones básicas. Luego profundizaremos en otras porciones del tálamo y terminaremos, como siempre, con algunas correlaciones clínicas importantes.
Comencemos presentando la imagen que más usaremos en el tutorial.
En esta imagen estamos viendo el encéfalo y tronco encefálico desde la izquierda, en un corte medio sagital y la estructura que ves en verde es el tálamo, esta estructura más pequeña de por acá son los tálamos fuera del encéfalo, siendo esta parte la anterior, esta la posterior, estas las laterales, y esta la parte media. Además hemos hecho un corte coronal en el tálamo izquierdo para que puedas ver cómo se ve por dentro. Cada tálamo nos recuerda la forma de un huevo y está formado por sustancia gris, y ambos lados se conectan por medio de la adhesión intertalámica.
El tálamo forma parte del diencéfalo junto con otras tres partes: el subtálamo, el epitálamo y el hipotálamo. En esta imagen puedes ver claramente el tálamo en relación con sus estructuras circundantes, estamos mirando al cerebro desde arriba y hemos retirado gran parte de sus hemisferios. Por aquí tenemos al fórnix que envuelve al tálamo hasta alcanzar el hipocampo.
Los tálamos se encuentran bastante centrales dentro del encéfalo, con uno a cada lado de la línea media y cubiertos por el telencéfalo y los ventrículos. Hacia anterior se encuentra el foramen interventricular y la cabeza del núcleo caudado; superior y posteriormente limita con los ventrículos laterales y con los fórnix abrazando a los tálamos; inferiormente limita con el tegmento, que es el techo del mesencéfalo; medialmente limita con la pared lateral del tercer ventrículo, y hacia lateral se encuentra la cápsula interna y los ventrículos laterales.
Eso está muy bien y todo pero, ¿para qué sirven estas estructuras con forma de huevo que tenemos en nuestro cerebro?
El tálamo es como una especie de oficina de clasificación, donde llega toda la información sensitiva que luego es redireccionada en sentido talamocortical, esto quiere decir simplemente que la información que llega al tálamo termina arriba en la corteza cerebral; y esto incluye la información de nuestros sentidos especiales como el tacto, la visión, audición, olfato y la información del cerebelo.
La información sensitiva es modulada por nuestras emociones y memoria, por el sistema límbico y por señales de nuestra corteza. Las neuronas inhibitorias que hacen sinapsis en el tálamo nos ayudan a filtrar la información sensitiva que llega a nuestra corteza para asegurarnos de que no se sobrecargue. La información motora de la corteza es transmitida y modulada en dirección opuesta, es decir en dirección corticotalámica; siendo que la consciencia, el estado de alerta, la memoria y el lenguaje también involucran al tálamo. Pero para entender adecuadamente las funciones tenemos que identificar los tipos de núcleos que se encuentran en el tálamo, así que continuaremos con eso.
Cuando hablamos de nervios, un núcleo es una colección de cuerpos de neuronas en el sistema nervioso central; y el tálamo tiene varios núcleos, uno de los cuales estás viendo resaltado en verde, pero ese lo veremos más adelante, por ahora lo que debes saber es que se pueden dividir en tres tipos de núcleos: de relevo, de asociación y los no específicos.
Comenzaremos con los núcleos de relevo. Como puedes ver, los núcleos de relevo, como el núcleo ventral lateral que está resaltado en verde, modulan y relevan los impulsos sensitivos que reciben desde diferentes lugares del cuerpo hacia áreas específicas de la corteza cerebral. Los núcleos de relevo también son responsables de transmitir señales sensitivas a la corteza.
Los núcleos de asociación, como el núcleo pulvinar que puedes ver aquí, reciben señales principalmente de la corteza cerebral, el sistema límbico, los ganglios basales y de los núcleos no específicos del tálamo; y luego envían las señales de vuelta a la corteza cerebral. Por lo tanto, la dirección es de un área específica del encéfalo a otra área específica del encéfalo, y esto facilita la comunicación entre las diferentes áreas cerebrales.
Los núcleos no específicos, como por ejemplo el núcleo reticular del tálamo que puedes ver resaltado ahora, reciben impulsos de la formación reticular, o el sistema activador en el tronco encefálico, así como de la corteza y de otros núcleos talámicos. Los núcleos no específicos envían señales de manera difusa o a lugares no específicos de la corteza cerebral y al resto del tálamo. Por lo tanto, la dirección es desde el cerebro y el tronco encefálico al tálamo y luego por todo el encéfalo.
Esto puede sonar un poco complicado pero en un segundo lo entenderás. Se cree que los núcleos no específicos son los responsables por el estado de alerta y atención, y lo logran inhibiendo ciertas vías neuronales en el encéfalo para que otras vías tengan prioridad. En otras palabras, podríamos decir que los núcleos no específicos ayudan a bloquear lo que llamamos “ruido eléctrico” para que una vía en particular pueda pasar sin interferencia. Por este motivo, el fallo de alguno de estos núcleos puede ocasionar alucinaciones, por señales que no deberían pasar pero lo logran; es decir que algo de ese “ruido eléctrico” interfiere con la vía priorizada.
Ya que hemos descrito los diferentes tipos de núcleos en el tálamo, es hora de mencionar algunos núcleos principales y luego discutirlos en detalle.
Los núcleos talámicos pueden dividirse en cinco grupos: los núcleos anteriores, en morado; los núcleos mediales, en anaranjado; y los laterales, los en rosado. Estos tres grupos se separan por la lámina medular medial, resaltada en verde. Dentro de esta lámina, encontramos los núcleos intralaminares, estos de aquí. Y finalmente, los núcleos reticulares que cubren el aspecto lateral de cada mitad del tálamo como un escudo, como puedes verlo aquí.
Comencemos con el grupo más anterior de núcleos, los núcleos anteriores.
Los núcleos anteriores son un grupo de tres núcleos: el núcleo anteroventral, el anteromedial y el anterodorsal; todos con funciones similares así que pueden considerarse como un solo grupo: los núcleos anteriores del tálamo, que puedes ver resaltados en verde. Se encuentran al frente de la lámina medular medial y se asocian de manera estrecha con el sistema límbico, lo que permite su función de crear estados emocionales, la atención, el estado de alerta y la adquisición de memoria.
Los núcleos anteriores reciben fibras aferentes de los cuerpos mamilares del hipotálamo, del neocórtex prefrontal dorsolateral y del neocórtex posterior. Los cuerpos mamilares son vitales para las funciones de memoria mientras que el neocórtex es responsable del pensamiento de orden superior y planeación. El grupo envía fibras eferentes al área límbica anterior, al giro cingular y al giro parahipocampal, todas estas estructuras forman parte del sistema límbico.
Muy bien, ahora si cruzamos la lámina medular medial en dirección posterior y medial llegamos a los núcleos mediales, los cuales constan del núcleo medial dorsal y de los núcleos medianos. El que ves resaltado es el núcleo medial dorsal, uno a cada lado, el cual se encuentra entre la lámina medular medial, lateralmente, y los núcleos medianos del tálamo, medialmente. Este es responsable de integrar la información sensitiva, motora, visceral y olfatoria y luego relacionarla con el estado emocional de la persona. Está conformado por dos partes: la porción magnocelular anteromedial y la porción parvocelular dorsolateral. Estas partes tienen un grupo de conexiones recíprocas, es decir que reciben fibras aferentes y envían fibras eferentes al mismo lugar.
Hablemos de cada porción.
La porción magnocelular anteromedial tiene conexiones recíprocas con el giro cingular ventromedial, con la corteza parietal inferior y con la corteza de la ínsula. También recibe nervios aferentes del cuerpo amigdalino y de los núcleos laterales del tálamo, y fibras eferentes de las áreas olfatorias posteriores. Con estas conexiones podemos deducir que el área magnocelular anteromedial está involucrada en la percepción del olfato, los estados emocionales, la memoria, nuestro sentido del ser e incluso la homeostasis.
La porción parvocelular posterolateral del núcleo medial dorsal tiene casi exclusivamente conexiones recíprocas y estas son con la corteza prefrontal, con el giro cingular anterior y con el área motora suplementaria. Estas áreas están involucradas en el autocontrol, la percepción de significado de estímulos, la predicción de desenlaces, lo que nos gusta degustar, los estados emocionales, la percepción del dolor y la planeación de movimientos complejos.
Ahora continuemos con el otro grupo, los núcleos medianos, también conocidos como núcleos periventriculares. Estos son tres en total, pero los consideraremos como un solo grupo ya que tienen conexiones y funciones similares.
Así como los otros núcleos mediales, este grupo tiene muchas interacciones recíprocas con el giro cingular y con la corteza orbitofrontal. Las pocas conexiones aferentes de este grupo vienen del hipotálamo, de la sustancia gris periacueductal del mesencéfalo, del tracto espinotalámico, de la formación reticular del tronco encefálico y del núcleo accumbens. Su única asociación eferente es con el hipocampo y el cuerpo amigdalino. Con estas conexiones podemos deducir que los núcleos medianos del tálamo están relacionados con la memoria, las emociones, el estado de alerta, la atención y la percepción del dolor.
Suficiente con el centro del tálamo, ahora veamos sus lados.
Los núcleos talámicos laterales se encuentran, como te podrás imaginar, laterales a la lámina medular medial y son el grupo que más se divide, encontramos así dos grupos: el dorsal y el ventral, los cuales a su vez se dividen aún más, y algunas de estas subdivisiones se dividen más todavía. Cada área es un núcleo con conexiones específicas y funciones diferentes. Comencemos con el grupo dorsal.
El grupo lateral dorsal de núcleos consta del núcleo lateral dorsal , el núcleo lateral posterior y el pulvinar. Recuerda que “dorsal” cuando nos referimos al encéfalo quiere decir hacia la parte superior del cráneo, mientras que ventral quiere decir hacia inferior, hacia el cuerpo. Esta orientación cambia en el tronco encefálico y en la médula espinal, pero no hablaremos de estas estructuras hoy.
El núcleo lateral dorsal es el núcleo más anterior del grupo lateral dorsal y recibe señales del área pretectal y del colículo superior. También tiene varias conexiones de naturaleza desconocida con otras áreas, las cuales son: el giro cingular, la corteza parahipocampal, la corteza parietal y el presubículo.
El área pretectal se ha visto implicada en los reflejos oculares como la contracción pupilar, el sueño MOR y la inhibición de las vías del dolor; y el colículo superior es responsable de la capacidad de fijar y seguir un objeto en movimiento con la mirada. El tálamo probablemente integra estímulos de estas áreas con información proveniente de otras áreas, como los nervios periféricos, el cerebelo y la corteza, para permitir o inhibir estos reflejos e impulsos. Las emociones, el dolor, el estado de alerta, la memoria y la información sensitiva también se integra con esta información incluso si la naturaleza de estas conexiones es desconocida.
El núcleo lateral posterior se encuentra detrás del núcleo lateral dorsal como puedes notar en la imagen, y este recibe señales del colículo superior, tiene conexiones recíprocas con los lóbulos parietales, y conexiones de naturaleza desconocida con el giro cingular y la corteza parahipocampal. Esto nos indica que tiene funciones similares a aquellas del núcleo lateral dorsal, específicamente la integración de las emociones, la percepción del dolor, el estado de alerta, la memoria y la información sensitiva solo que sin las conexiones ópticas y sus funciones.
Y ahora, el último núcleo del grupo lateral dorsal, el pulvinar del tálamo. El pulvinar es la parte trasera del tálamo, siendo la protrusión más posterior que ves resaltada en verde. Puede considerarse como un grupo de cuatro núcleos distintos, pero son muy pequeños y tienen conexiones similares, así que consideraremos al pulvinar como un solo núcleo. Sus conexiones aferentes incluyen al colículo superior, a la retina y a la corteza de asociación; y proporciona inervación eferente a las cortezas parietal, temporal, occipital y prefrontal, así como al giro cingular.
El pulvinar también se comunica recíprocamente con otros núcleos del tálamo.
Las funciones exactas del pulvinar se desconocen, pero dado que tiene una gran cantidad de conexiones, principalmente con las cortezas, podemos deducir que estas son bastante complejas. Sus funciones se relacionan con la visión, particularmente con la atención visual; al igual que con el lenguaje y se cree que juega un papel en el pensamiento, memoria, sensaciones y el dolor. Las lesiones del pulvinar pueden desencadenar alucinaciones y problemas del lenguaje, esta es una de las maneras principales como aprendemos sobre las funciones de un área específica, viendo los síntomas que genera su disfunción.
Y con eso terminamos los núcleos laterales dorsales del tálamo, es hora de continuar con el grupo ventral lateral.
Por convención, cuando nombramos los núcleos talámicos la palabra ventral viene antes de lateral mientras que en el grupo dorsal la palabra dorsal viene después de lateral, y esa es simplemente la forma de hacerlo. Así que el grupo ventral lateral de núcleos se encuentra hacia ventral e inferior del grupo lateral dorsal, anterior al pulvinar y lateral a la lámina medular medial. ¿Y a quienes incluye este exclusivo grupo?
Son cuatro núcleos en este grupo y son los núcleos; ventral anterior, ventral lateral, ventral posteromedial y ventral posterolateral. Comencemos con el más anterior del grupo, el núcleo ventral anterior.
Este núcleo recibe conexiones aferentes del globo pálido y de la sustancia negra para ayudar a que nuestros movimientos voluntarios sean fluidos y de la corteza premotora para ayudar en nuestra coordinación visoespacial.
Existen conexiones recíprocas con los núcleos intralaminares y desde el núcleo ventral anterior las señales van hacia el lóbulo frontal y a la corteza parietal anterior.
De estas conexiones podemos inferir que el núcleo ventral anterior tiene un papel importante en la integración de señales de planeación y en el inicio de los movimientos, y además nos ayuda a movernos fluida y seguramente en nuestro entorno. Así que todos esos movimientos torpes que a veces tenemos pueden deberse a la rebeldía temporal del núcleo ventral anterior.
Las conexiones eferentes con la corteza nos indica que tiene un papel en el envío de información sobre los movimientos y coordinación a nuestra consciencia, pero claro, para ser realmente coordinados debemos sintetizar información desde el cerebelo, lo que nos lleva al núcleo ventral lateral.
Justo caudal al núcleo ventral anterior encontramos al núcleo ventral lateral, el cual recibe señales aferentes del cerebelo, el globo pálido, el tracto espinotalámico, los núcleos vestibulares y la corteza motora precentral. Y las áreas que reciben señales eferentes del núcleo ventral lateral incluyen la corteza motora suplementaria, la corteza premotora lateral y el área cuatro de Brodmann, es decir la corteza motora primaria.
El núcleo ventral lateral releva las señales motoras y de propiocepción desde el cerebelo y emite todo el tiempo señales para relevar información sobre movimientos activos y pasivos. Moviéndonos caudalmente llegamos a los núcleos ventrales posteriores, los cuales constan de un núcleo ventral posteromedial y uno posterolateral, justo anterior al núcleo pulvinar.
Veamos primero al núcleo ventral posteromedial. Este núcleo recibe un grupo principal de señales desde el tracto trigeminotalámico que transmite el dolor, la temperatura y el tacto grueso de las áreas inervadas por el nervio trigémino, es decir la cara y la piel cabelluda hasta el vértice del cráneo, que es donde se encuentran los huesos frontal, parietales y occipital en la parte más alta de tu cabeza.
Desde el núcleo ventral posteromedial, las señales son relevadas a las áreas 1 y 3b de Brodmann, es decir a la corteza somatosensorial primaria, y a la corteza somatosensorial secundaria y de la ínsula. Por ende, el núcleo ventral posteromedial releva señales de dolor, temperatura y tacto grueso de la cara y la cabeza para ser registradas en nuestra consciencia.
¿Y el otro núcleo ventral posterior?
El núcleo ventral posterolateral es prácticamente el protagonista del tálamo. Este recibe señales del tracto espinotalámico, responsable de transmitir las sensaciones de dolor, temperatura y tacto grueso de todo nuestro cuerpo; y del lemnisco medial dorsal, que es la vía que transmite el tacto fino, la vibración y la propiocepción desde la columna dorsal. Desde este núcleo, las señales van a los mismos lugares que las señales del núcleo ventral posteromedial, es decir a la corteza somatosensorial primaria y secundaria, y a la corteza de la ínsula. El núcleo ventral posterolateral releva señales de dolor, temperatura y tacto grueso del cuerpo.
Los dos núcleos ventrales posteriores se organizan en laminillas curvas y cada laminilla es responsable de un área corporal específica, como por ejemplo la mano. Las neuronas atraviesan la laminilla de acuerdo a la profundidad del tejido del que proceden, a esto se le denomina profundidad sensorial.
Por ejemplo, una señal que pasa por la porción más ventral de la laminilla corresponde a las fibras que provienen de las estructuras más superficiales de la mano, mientras que las fibras que provienen de las estructuras más profundas pasan a través de la región anterodorsal de la misma laminilla. Esto nos permite distinguir entre los llamados dolores, o sensaciones, profundos y superficiales.
Las fibras eferentes de los núcleos ventrales posteromedial y lateral viajan a través del brazo posterior de la cápsula interna y de la corona radiada.
Continuemos con dos núcleos que se encuentran un poco más caudales e inferiores. Los cuerpos geniculados medial y lateral, que en conjunto se les denomina metatálamo, a veces son considerados parte del grupo lateral de núcleos del tálamo, pero no se incluyen en los grupos dorsal ni ventral. El término geniculado se debe a que tienen forma parecida a una rodilla y protruyen de la cara ventrolateral del tálamo justo inferior al pulvinar, y cada uno tiene conexiones y funciones diferentes, comencemos con el cuerpo geniculado medial.
Por aquí escondido debajo del pulvinar, el cuerpo geniculado medial recibe conexiones aferentes del colículo superior e inferior y de los núcleos cocleares del tronco encefálico. Y envía fibras eferentes a la corteza auditiva, a la corteza de la ínsula, y a la porción opercular.
La función del cuerpo geniculado medial es relevar las señales auditivas para ser percibidas conscientemente e integrarlas a nuestra memoria y para modular nuestro nivel de alerta. ¿Te sientes más alerta? ¡Las señales de tu cuerpo geniculado medial ayudaron!
El cuerpo geniculado lateral ha sido muy estudiado y consta de seis láminas que se enumeran de ventral a dorsal. Las láminas uno, cuatro y seis reciben señales de la hemirretina nasal contralateral, mientras que la lámina dos, tres y cinco reciben información de la hemirretina temporal ipsilateral. También hay células interlaminares, que se denominan células coniocelulares, las cuales específicamente transfieren información de los conos de luz azul de longitud de onda corta.
El cuerpo pasa la información a las fibras eferentes que se dirigen a la corteza visual primaria en el lóbulo occipital. Queda claro que el cuerpo geniculado lateral releva información visual de nuestras retinas a nuestra corteza occipital para procesarla y, específicamente, las láminas uno y dos relevan señales sobre el movimiento, la percepción de profundidad gruesa y el brillo; y las láminas de la tres, a la seis relevan la información acerca de los colores, la percepción de la profundidad fina, la textura y las figuras. En resumen: el cuerpo geniculado medial releva la audición mientras que el cuerpo geniculado lateral releva la visión.
Hemos mencionado la mayoría del cuerpo del tálamo pero todavía quiero enseñarte dos pequeños grupos de núcleos, los intralaminares y los reticulares.
Primero veamos a los núcleos intralaminares, los cuales se encuentran dentro de la lámina medular medial, que es esta de aquí. La lámina medular medial está formada por sustancia blanca organizada en forma de Y cuando la vemos desde arriba. Y por aquí ves los núcleos intralaminares en color verde, los cuales se incluyen en el sistema reticular activador ascendente no específico que se refiere a sus conexiones con los núcleos reticulares del tronco encefálico y a su inervación difusa con el cerebro; se cree que es responsable por controlar nuestro estado de alerta y atención.
Ahora veamos las conexiones de cada grupo empezando con la parte anterior. En primer lugar, los núcleos intralaminares son no específicos y se dividen en dos grupos, uno anterior y otro posterior. Los anteriores reciben fibras aferentes del tracto espinotalámico, de los núcleos reticulares del tronco encefálico, del colículo superior y de los núcleos del área pretectal; y se comunican de manera recíproca y difusa con la corteza, además envían fibras eferentes al cuerpo estriado.
Los núcleos intralaminares posteriores reciben señales aferentes de la porción inferior del globo pálido, de la porción reticular de la sustancia negra, de los núcleos pedunculopontinos y del tracto espinotalámico; tienen conexiones recíprocas con las áreas motora, premotora y motora suplementaria, y como sus contrapartes anteriores envían señales eferentes al cuerpo estriado.
En conjunto, los núcleos intralaminares transmiten estímulos para los estados de alerta y de despertar, y son vitales en la integración sensitivo-motora. Además, los núcleos intralaminares posteriores están involucrados en el lenguaje y la motivación.
Por último pero no menos importante están los núcleos reticulares. Los núcleos reticulares del tálamo son dos laminillas curvas de sustancia gris que envuelven al tálamo en sus aspectos laterales, uno de cada lado, y se les denomina reticulares gracias a su apariencia de red fibrosa que proviene de la palabra en latín reticulum que significa pequeña red. Cada núcleo se separa del tálamo por una delgada lámina conocida como lámina medular externa, esta de aquí, la cual se compone principalmente de neuronas GABAérgicas. La función de los núcleos reticulares del tálamo es sobre todo inhibitoria.
Los núcleos reticulares no se comunican con la corteza, en lugar de eso forma conexiones interneuronales recíprocas con vías que pasan por el cerebro, las más notables son la vía tálamocortical, que va desde el tálamo hasta la corteza; la vía corticotalámica, que va de la corteza al tálamo; la vía talamoestriada, del tálamo al cuerpo estriado; y la vía palidotalámica, que va del globo pálido al tálamo.
Todas estas conexiones permiten a los núcleos reticulares monitorear y controlar la actividad de estas vías. Se puede observar que las neuronas de los núcleos reticulares se activan en respuesta a las señales sensitivas, y además, filtran la información que es relevada al tálamo inhibiendo señales extrañas.
Muy bien, hemos terminado con los núcleos del tálamo. ¡Excelente trabajo!
Ahora veamos un poco cómo se relaciona el tálamo y sus núcleos con la clínica, usaremos un infarto talámico como ejemplo.
En esta imagen podemos ver al cerebro desde abajo, con una arteria penetrante resaltada en verde, la arteria coroidea anterior, y es esta una de las responsables de los infartos talámicos también conocidos como accidentes cerebrovasculares. Un accidente cerebrovascular puede ser isquémico, por irrigación insuficiente, o hemorrágico, por sangrado de la arteria irrigante.
Un infarto isquémico ocasiona la muerte de las neuronas del lugar afectado porque las células no pueden sobrevivir sin el aporte de oxígeno y nutrientes por un tiempo prolongado. Por otro lado, el daño del infarto hemorrágico se debe al efecto irritante de la sangre, a la presión y efecto de masa que ocasiona la sangre que se acumula en el cráneo comprimiendo otras regiones del cerebro. Los trastornos que ocurren después de un accidente cerebrovascular se correlacionan con el área afectada.
Debido a las funciones de los núcleos talámicos que ya mencionamos, un infarto de los núcleos ventrales posteromedial y posterolateral bloquearía completamente la transmisión de la información sensitiva táctil, o si en lugar de ello el infarto ocurre en los núcleos mediales, observaríamos una alteración sensitivo-motora. Conocer estos trastornos y luego correlacionarlos con los hallazgos en la autopsia o con las imágenes por resonancia magnética resulta de gran utilidad para describir las funciones de las áreas específicas del tálamo
El tratamiento del infarto isquémico y hemorrágico es muy diferente. Para el isquémico, se puede usar la trombolisis, la cual consiste en la degradación del coágulo que impide la irrigación de la zona, generalmente esto es seguido por anticoagulación a largo plazo. En cambio, en el infarto hemorrágico, el objetivo principal es frenar el sangrado ya que este puede llevar a la discapacidad e incluso a la muerte, es por esto que la detección temprana y el manejo adecuado es crucial para mejorar el pronóstico. Conocer los tipos de infarto y sus posibles presentaciones nos da una mayor capacidad para reconocerlos y tratarlos rápidamente.
Ahora sí hemos terminado, pero antes de dejarte ir resumamos rápidamente lo que aprendimos hoy. Primero mencionamos al tálamo como un todo, su ubicación sobre el tronco encefálico, sus límites, su papel en la transmisión, modulación y filtración de las señales motoras y sensitivas, y también en el estado de alerta, la memoria y el lenguaje.
Después mencionamos y describimos la ubicación, las conexiones aferentes, eferentes y recíprocas, al igual que las funciones de cada núcleo talámico. Comenzamos con los núcleos anteriores, luego los mediales, que constan del núcleo medial dorsal y los núcleos medianos; después los núcleos laterales dorsales, que son el núcleo lateral dorsal, el lateral posterior y el pulvinar, continuamos con los núcleos ventrales laterales, que pueden dividirse en el núcleo ventral anterior, el ventral lateral, el ventral posteromedial y el ventral posterolateral, luego vimos a los cuerpos geniculados, de los cuales hay un cuerpo medial y otro lateral, los núcleos intralaminares, que tiene un grupo anterior y otro posterior, y por último los núcleos reticulares. Para concluir, usamos el caso de un infarto talámico para mostrarte la importancia clínica de conocer los núcleos talámicos
¡Gracias por ver este tutorial de Kenhub, que tengas un excelente día y feliz estudio!