Vesículas seminales
Las vesículas seminales son glándulas accesorias del aparato reproductor masculino.
Estas se caracterizan por ser un par de tubos contorsionados, situados entre la vejiga y el recto. Durante la pubertad, las vesículas seminales forman sacos y contribuyen con hasta el 65-75% del líquido seminal. A diferencia de lo que su nombre sugiere, las vesículas seminales no participan en el almacenamiento de espermatozoides.
Este artículo estudia la anatomía, histología y función de las vesículas seminales.
Características | Forma piramidal, 5 cm de largo (10 cm cuando están estiradas) |
Ubicación |
Cara anterior: pared posterior de la vejiga, uréteres Cara posterior: fascia rectoprostática Cara inferior: próstata Cara medial: ampolla del conducto deferente Cara lateral: plexo venoso prostático |
Irrigación | Ramas de las arterias vesical inferior y rectal media |
Inervación |
Parasimpática: plexo hipogástrico inferior Simpática: nervios hipogástrico y lumbar superior |
Histología |
Capa externa: tejido conectivo Capa media: músculo liso Capa interna: epitelio cilíndrico pseudoestratificado y células secretoras |
Función |
Contribuye con hasta el 85% del líquido semina |
Anatomía
Características
Cada vesícula seminal tiene una forma relativamente piramidal y una longitud aproximada de 5 cm. El diámetro del tubo de cada vesícula seminal es de 3-4 mm y su longitud es de 10 cm cuando está desenrollado. La cara superior de las vesículas seminales está cubierta de peritoneo, y su base está dirigida superiormente y en dirección posterolateral. En el extremo inferior, las vesículas se estrechan para formar un conducto recto que se une con el conducto deferente. El conducto deferente transporta los espermatozoides, y cuando se une con el conducto de la vesícula seminal, forma el conducto eyaculador. A continuación, el conducto desemboca en la uretra prostática, en un orificio denominado colículo seminal.
Ubicación
La cara anterior de cada vesícula seminal está en contacto con la pared posterior de la vejiga. Por otro lado, la cara posterior de cada vesícula está separada del recto por la fascia rectoprostática o de Denonvillier. Inferior a las vesículas seminales se encuentra la próstata, con los uréteres situados anteriormente a ellas. Medialmente a las vesículas seminales se encuentra la ampolla del conducto deferente, mientras que las venas del plexo venoso prostático se ubican lateralmente.
Neurovascularización
Irrigación
Las arterias que irrigan a las vesículas seminales son ramas de las arterias vesical inferior y rectal media.
Inervación
La inervación parasimpática de las vesículas seminales se deriva del plexo hipogástrico inferior, mientras que la inervación simpática proviene de los nervios hipogástrico y lumbar superior.
Histología
Al observarse con bajo aumento en el microscopio, la luz de las vesículas seminales presenta un aspecto alveolado debido a la irregularidad de la luz y los divertículos. La pared de las vesículas consta de tres capas principales. La capa externa está formada por tejido conectivo, mientras que la capa media está formada por músculo liso. También existe una capa mucosa interna.
La capa muscular lisa media se organiza en dos capas: una capa longitudinal externa y una capa circular interna. Ambas capas están inervadas por el sistema nervioso simpático.
La capa interna está formada por epitelio cilíndrico pseudoestratificado y también contiene células secretoras. Estas células secretoras tienen gotas de lípidos en su citoplasma, lo que les da un aspecto espumoso. Las células epiteliales presentan algunas variaciones en el tamaño y la forma de sus núcleos, y a menudo pueden contener gránulos de lipofuscina marrón. Aunque las vesículas seminales no almacenan espermatozoides, estos se observan con frecuencia al microscopio y se cree que entran en las vesículas por reflujo a través de la ampolla.
Función
Las vesículas seminales forman una unidad funcional con la ampolla del conducto deferente y los conductos eyaculadores. Esta unidad funcional se desarrolla lentamente tras el inicio de la pubertad. Las vesículas seminales aportan hasta el 85% del líquido seminal, mientras que la glándula prostática segrega la mayor parte del resto. Las vesículas seminales segregan un líquido amarillo, alcalino y viscoso que contiene fructosa, fibrinógeno, prostaglandinas y vitamina C, así como otras proteínas específicas.
Durante la eyaculación, el sistema nervioso simpático inerva la pared muscular de las vesículas seminales, provocando su contracción. Esto provoca la secreción del líquido seminal en el conducto eyaculador y, a continuación, en la uretra.
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Correlaciones clínicas
Vesiculitis seminal
La inflamación de las vesículas seminales se denomina vesiculitis seminal y suele ser secundaria a la prostatitis o inflamación de la próstata, pero también puede producirse de forma independiente. La vesiculitis seminal puede deberse a:
- Infección bacteriana.
- Propagación de la inflamación desde el testículo o el epidídimo
- Obstrucción de la sangre hacia la zona perineal.
- Calor excesivo.
Existen dos tipos de vesiculitis seminal: aguda y crónica. La vesiculitis seminal aguda causa dolor en la parte inferior del abdomen, mientras que la vesiculitis seminal crónica puede causar molestias en la región superior del pubis y en la zona perineal. También puede ocasionar hematospermia o sangre en el esperma, así como dolor al orinar y al eyacular. El tratamiento incluye antibióticos y abstinencia de relaciones sexuales.
Quistes de la vesícula seminal
Los quistes de las vesículas seminales son sacos llenos de líquido y pueden ser congénitos o adquiridos. Los quistes congénitos de la vesícula seminal están presentes desde el nacimiento. Estos quistes son poco frecuentes y se cree que se deben a una obstrucción en la unión de la vesícula seminal con el conducto eyaculador. Suelen ser unilaterales y se vuelven sintomáticos al principio de la vida adulta. Los quistes adquiridos suelen ser secundarios a una intervención quirúrgica o a una infección prostática y suelen ser bilaterales. Los síntomas debidos a un quiste pueden estar ausentes, pero pueden incluir:
- Disuria o dolor durante la micción.
- Hematuria o sangre en la orina.
- Dolor abdominal.
- Dolor durante la eyaculación.
La exploración física de las vesículas seminales en la práctica clínica es difícil y no suelen ser palpables. La zona superior a la próstata suele ser blanda y no presenta sensibilidad. Un quiste de vesícula seminal puede palparse en esta zona como una masa compresible.
El examen de laboratorio del líquido seminal puede realizarse con una muestra de semen. Los niveles de fructosa en el semen son una medida de la función de la vesícula seminal y unos niveles bajos o ausentes de fructosa pueden indicar una obstrucción dentro de la vesícula seminal.
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