Hueso navicular
El pie es la región distal del tobillo y consta de tres partes principales: el tarso, el metatarso y las falanges. La parte superior del pie se conoce como cara dorsal, mientras que la parte inferior se denomina cara plantar.
Los huesos del tarso, o pie proximal, conecta la tibia y la fíbula con el metatarso y están formados por siete huesos. Al igual que el carpo de la mano, los huesos están organizados en una fila proximal y una distal. Sin embargo, en el tarso también hay un hueso intermedio que se encuentra interpuesto entre las filas distal y proximal en el lado medial, llamado hueso navicular.
Este artículo revisa la anatomía del hueso navicular junto con sus articulaciones, irrigación, inervación y osificación, así como sus correlaciones clínicas.
Articulaciones |
Extremo proximal: talus Extremo distal: huesos cuneiformes |
Inserciones | Músculo tibial posterior, ligamentos calcaneonavicular plantar, cubonavicular plantar, cubonavicular dorsal, talonavicular dorsal |
Irrigación | Arteria plantar medial, arteria dorsal del pie |
Inervación | Nervio plantar medial, nervio fibular profundo |
Osificación | Osificación endocondral |
Correlaciones clínicas | Fracturas, osteocondrosis (enfermedad de Köhler), necrosis avascular (enfermedad de Müller-Weiss) |
- Características y articulaciones
- Inserciones y ligamentos
- Neurovascularización
- Osificación
- Correlaciones clínicas
- Bibliografía
Características y articulaciones
El navicular es un hueso en forma de barco que desempeña un papel importante en el mantenimiento del arco longitudinal medial del pie. Proximalmente, el hueso navicular consta de una cara cóncava con forma ovoide que se articula con la cabeza del talus (astrágalo). En su extremo distal, el hueso presenta algunas zonas lisas denominadas carillas articulares que se articulan con los tres huesos cuneiformes.
La carilla articular medial es más grande y se articula con el hueso cuneiforme medial. Tiene forma más o menos triangular y se compone de un vértice medial redondeado y una base lateral curva. Las dos carillas restantes, que se articulan con los huesos cuneiformes intermedio y lateral, también son de forma triangular con vértices plantares. La carilla lateral, sin embargo, puede tener forma de media luna o medio círculo en lugar de un triángulo.
Tanto la cara dorsal convexa como la cara plantar cóncava del hueso navicular son rugosas y dan origen a sitios de inserción para diferentes ligamentos. La cara medial también es rugosa y contiene una tuberosidad prominente, llamada tuberosidad del hueso navicular, la cual es palpable unos 2.5 cm distal al maleolo medial. Esta tuberosidad está separada medialmente de la cara plantar a través de un surco. La cara lateral es irregular y en ocasiones contiene una carilla para la articulación con el hueso cuboides.
Inserciones y ligamentos
El músculo tibial posterior se inserta principalmente en la tuberosidad del hueso navicular, pero bandas tendinosas discurren a través del surco para alcanzar los tres cuneiformes, el cuboides y los tres metatarsianos mediales. El ligamento calcaneonavicular plantar se inserta lateral al surco, cerca de la cara proximal del hueso, mientras que la porción calcaneonavicular del ligamento bifurcado se inserta en la cara lateral. En la cara lateral del hueso navicular se encuentran los ligamentos cubonaviculares plantar y dorsal, que unen el hueso a los tres cuneiformes. El talonavicular dorsal es otro ligamento, que es ancho y fino, y une la cara dorsal del hueso navicular con el cuello del talus.
Neurovascularización
Irrigación
La arteria plantar medial irriga la cara plantar del hueso navicular, mientras que la anastomosis entre las arterias plantar medial y dorsal del pie irriga la tuberosidad.
La cara dorsal del hueso está irrigada directamente por una rama de la arteria dorsal del pie.
Inervación
El hueso navicular está inervado por los nervios plantar medial y fibular profundo.
Osificación
La osificación endocondral es un proceso de remodelación ósea en el cual los osteoblastos, que son las células que sintetizan hueso, forman hueso nuevo. Es un proceso importante en el desarrollo óseo e implica la transformación de cartílago en hueso. El sitio donde comienza este tipo de osificación se denomina centro de osificación.
El centro de osificación del hueso navicular aparece durante el tercer año de vida. En el 5% de la población, también está presente un hueso navicular accesorio. Esta variante anatómica surge a partir de un centro de osificación diferente, ubicado cerca de la tuberosidad del hueso navicular. Existen tres tipos de hueso navicular accesorio:
- Tipo I: es un hueso sesamoideo de unos 2-3 mm de tamaño, también conocido como hueso tibial externo, que está ubicado a nivel del ligamento calcaneonavicular inferior dentro del tendón del músculo tibial posterior.
- Tipo II: es un hueso accesorio, también denominado prehallux, que se conecta con el navicular por medio de fibrocartílago o cartílago hialino (sincondrosis).
- Tipo III: es una variante fusionada del tipo II, llamada navicular cornuado, y está unido al hueso navicular por una cresta ósea. En raras ocasiones, el hueso navicular puede ser bipartito, o partido en dos partes, debido a su desarrollo a partir de dos centros de osificación, lo que puede provocar una degeneración prematura. Otro hueso accesorio que puede estar presente es un hueso talonavicular dorsal, situado en la cara dorsal de la articulación talocalcaneonavicular.
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Correlaciones clínicas
Fracturas
Las fracturas del hueso navicular son comunes en atletas jóvenes y puede provocar un dolor incapacitante en el pie. Usualmente existe un retraso en el diagnóstico, debido a que las fracturas con frecuencia no son evidentes en las radiografías. Hay dos tipos principales de fracturas del hueso navicular:
- Fracturas agudas
- Fracturas por estrés
Las fracturas agudas son el resultado de una carga axial de alta energía. En este tipo de avulsión aguda, las fracturas de la tuberosidad y del cuerpo del hueso navicular son comunes. Se recomienda el tratamiento quirúrgico para las fracturas de la tuberosidad y del cuerpo desplazadas. Las fracturas del cuerpo suelen ocurrir en conjunto con lesiones de la articulación transversa del tarso.
Las fracturas por estrés ocurren usualmente debido al estrés o sobrecarga excesiva y repetida, por lo que se relacionan con la actividad deportiva. Estas fracturas por estrés son más frecuentes en las mujeres y pueden deberse a una carga y frecuencia de entrenamiento elevadas o a un calzado inadecuado. Existen tratamientos tanto no quirúrgicos como quirúrgicos recomendados, los cuales dependen del tipo de fractura.
Enfermedad de Köhler
La enfermedad de Köhler es una osteocondrosis del hueso navicular que usualmente se presenta en niños de entre 4 y 7 años de edad. Afecta más a los niños que a las niñas y suele ser unilateral. La pérdida de irrigación en el hueso provoca la muerte del tejido óseo y su colapso. Los síntomas comunes son dolor y sensibilidad en la parte media del pie, con frecuencia acompañados de hinchazón. Los pacientes suelen presentar cojera.
Enfermedad de Müller-Weiss
La necrosis avascular del hueso navicular también puede ocurrir en adultos y se conoce como enfermedad de Müller-Weiss. Resulta en dolor crónico en la porción media del pie y es más frecuente en las mujeres. El tratamiento recomendado para esta condición es una artrodesis triple, que implica la fusión de las articulaciones talocalcánea, talonavicular y calcaneocuboidea del pie.
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