Fíbula
En este artículo abordaremos la anatomía de la fíbula (también conocida como peroné). La fíbula es un hueso largo y delgado ubicado lateralmente en la pierna. Se encuentra junto a otro hueso largo llamado tibia. Definimos hueso largo como un hueso cuya longitud es su dimensión más notoria.
Tal como otros huesos largos, la fíbula posee un extremo proximal (con una cabeza y un cuello) y un extremo distal. La fíbula y la tibia se ubican paralelamente en la pierna y poseen una longitud similar, sin embargo la fíbula es sustancialmente más delgada que la tibia. Esto nos da una idea acerca de cuánto peso soporta cada uno de los huesos. En otras palabras, la tibia, al ser más gruesa, es la encargada del soporte de las cargas, mientras que la fíbula posee otro rol.
En este artículo estudiaremos sobre la anatomía de la fíbula, su irrigación, inervación, inserciones musculares y ligamentosas, así como correlaciones clínicas.
Extremo proximal |
Vértice Cabeza de la fíbula – con la carilla articular para el cóndilo lateral de la tibia Cuello – relacionado hacia posterior con el nervio fibular común |
Cuerpo |
Tres bordes – anterior, interóseo, posterior Tres caras – medial, lateral, posterior |
Extremo distal |
Maleolo lateral Punto de inserción ligamentosa |
Articulaciones |
Articulación tibiofibular superior - articulación sinovial plana Articulación tibiofibular media - sindesmosis mediante la membrana interósea Articulación tibiofibular inferior - sindesmosis También participa en la articulación talocrural |
Irrigación | Arteria fibular |
Inervación |
Extremo proximal – ramo del nervio fibular común para la articulación de la rodilla Extremo distal - nervio fibular profundo Periostio - nervios fibulares superficial y profundo |
- Extremo proximal
- Cuerpo
- Extremo distal
- Articulaciones
- Inserciones musculares
- Irrigación e inervación
- Correlaciones clínicas
- Bibliografía
Extremo proximal
El extremo proximal de la fíbula se caracteriza por una cabeza de forma irregular y un cuello corto. Posee tres segmentos que se proyectan en diferentes direcciones: anterior, posterior y lateral. Una pregunta común de los exámenes de anatomía es ¿Con qué estructura ósea articula la cabeza de la fíbula? Hay un área redondeada y plana en la parte medial de la cabeza de la fíbula conocida como carilla articular de la cabeza de la fíbula. Se articula con una carilla complementaria localizada en la parte inferolateral del cóndilo lateral de la tibia (articulación tibiofibular proximal). La carilla también actúa como punto de inserción del ligamento capsular tibiofibular, el cual rodea la carilla articular de la fíbula.
Existe una saliente que se proyecta superiormente desde la cabeza, conocida como vértice o ápex de la cabeza de la fíbula. Esta proyección apical emerge desde la parte posterolateral de la cabeza. El cuello de la fíbula es una región estrecha ubicada justo por debajo de la cabeza de la fíbula. Otra pregunta que puede aparecer frecuentemente en los exámenes es ¿Qué estructura importante pasa alrededor del cuello de la fíbula? El nervio fibular común (también llamado peroneo común) se ubica posterior y lateral al cuello de la fíbula. Esta relación anatómica tiene consecuencias clínicas ya que un trauma en el cuello fibular podría cursar con déficit neurológico en el área inervada por este nervio.
La función del extremo proximal de la fíbula es proporcionar puntos de inserción para ligamentos de soporte de la articulación de la rodilla, Tenemos como ejemplo el ligamento colateral fibular que emerge desde el vértice de la fíbula y está rodeado por el tendón del bíceps femoral.
Cuerpo
La mayor parte de la fíbula está constituida por el cuerpo. Esta parte del hueso tiene forma prismática triangular y por ende tres bordes (anterior, interóseo y posterior) y tres caras (lateral, medial y posterior). Los bordes corresponden a los márgenes longitudinales paralelos que separan las caras entre sí, y las caras son las superficies ubicadas entre los bordes.
El borde anterior comienza en la cabeza de la fíbula y continúa hacia distal hacia el maleolo lateral, donde se divide en dos crestas que rodean la superficie subcutánea, la cual tiene forma triangular. En la cara medial se ubica el borde interóseo o medial, que es el punto de inserción de la membrana interósea de la pierna que forma parte de la sindesmosis tibiofibular o articulación tibiofibular media. Este tabique fibroso actúa como una barrera entre los músculos extensores y fibulares. Existe también un borde posterior que recorre el aspecto dorsal de la fíbula, y cuya extremidad proximal tiene una forma redondeada. Sin embargo, este borde se hace más prominente hacia distal mientras se acerca al segmento medial del maleolo lateral.
Los bordes interóseo y anterior de la fíbula actúan como límites de la cara medial. Esta cara proporciona un punto de origen para los músculos que realizan la flexión dorsal del pie y la extensión de los dedos (hacer que apunten hacia arriba).
La cara lateral está opuesta a la cara medial, entre los bordes anterior y posterior. La parte proximal de la superficie apunta hacia lateral, pero su trayecto en espiral hace que la última parte de esta cara tenga dirección posterolateral. Debido a este cambio de dirección, la parte distal de la cara lateral es continua con el surco posterior del maleolo lateral. La cara lateral da origen a los músculos fibulares (peroneos).
La cara posterior se encuentra entre los bordes posterior e interóseo. Esta cara es mucho más estrecha hacia proximal (donde los bordes posterior e interóseo están más cercanos) que hacia distal (donde ambos bordes están más alejados entre sí). Esta cara proporciona un punto de origen para los músculos que realizan la flexión plantar y la flexión de los dedos del pie (hacer que los dedos apunten hacia abajo).
Extremo distal
El extremo distal de la fíbula forma el maleolo lateral del miembro inferior, el cual es una proyección ósea palpable y visible en el aspecto lateral del tobillo, que se corresponde con otra proyección ósea ubicada en el aspecto medial llamado maleolo medial, formado por la tibia. El maléolo lateral se extiende en sentido posteroinferior, es redondeado y rugoso en su cara anterior, y posee un amplio surco hacia posterior. La cara lateral está cubierta por la piel (no hay plano muscular en esta región) y la cara medial posee un área triangular que es convexa en sentido vertical. El extremo distal de la fíbula se adelgaza progresivamente en la forma de una proyección que se articula mediante una sindesmosis con el aspecto lateral del talus.
El extremo distal proporciona inserción a numerosos ligamentos que dan soporte a la articulación del tobillo, a saber: los ligamentos tibiofibular posterior, talofibular posterior (el cual se inserta en la fosa maleolar del extremo distal de la fíbula), calcaneofibular y tibiofibular interóseo (medio). Todos ellos tienen inserción en este extremo de la fíbula y participan en la estabilidad de esta articulación.
Articulaciones
La tibia y la fíbula se articulan entre sí a través de tres articulaciones llamadas tibiofibular superior, media e inferior. La articulación tibiofibular superior es una articulación sinovial plana (permite únicamente movimientos de deslizamiento) en la cual participan las carillas articulares ubicadas en el cóndilo tibial medial y en la cabeza de la fíbula. La cápsula articular es gruesa adelante y atrás y se mezcla con las fibras del ligamento anterior de la cabeza de la fíbula, en una estrecha relación anatómica con el tendón del músculo bíceps femoral.
La tibia y la fíbula también se articulan mediante una membrana interósea conformando una sindesmosis (articulación fibrosa ligeramente móvil). Esta membrana está formada por una lámina aponeurótica delgada de fibras oblicuas, y tiene inserción en los bordes interóseos tibial y fibular. Separa los músculos posteriores y los músculos anteriores de la pierna entre sí.
La articulación tibiofibular inferior también es una sindesmosis, ubicada justo sobre la región del tobillo entre la cara medial del extremo distal de la fíbula y la incisura fibular de la tibia, ubicada hacia lateral en su extremo inferior. No existe cápsula articular pero sí ligamentos tibiofibulares anterior y posterior que se extienden entre ambos huesos.
A continuación tienes más información acerca de la tibia, fíbula, rodilla y articulación del tobillo.
Inserciones musculares
¿Cuál es la función de la fíbula? Este hueso proporciona un punto de origen para una serie de músculos que movilizan el pie, sin embargo, solo un músculo se inserta aquí. ¿Qué estructuras se fijan en la fíbula? La tabla siguiente proporciona información acerca de las estructuras que se originan e insertan en la fíbula. Los músculos están listados de proximal a distal y aquellos insertos en la superficie anterior están listados antes de los de la cara posterior.
Bíceps femoral | Se inserta en la cabeza de la fíbula |
Extensor largo de los dedos del pie | Mitad proximal de la cara medial (y cóndilo lateral del la tibia) |
Fibular largo | Cabeza de la fíbula, dos tercios proximales de la cara lateral de la fíbula, septos intermusculares. |
Extensor largo del hallux | Cara medial de la fíbula, membrana interósea |
Fibular corto | Tercio distal de la cara lateral de la fíbula |
Tercer fibular | Superficie distal anteromedial de la fíbula |
Sóleo | Cabeza de la fíbula, borde posterior de la fíbula (también borde medial y línea del sóleo de la tibia) |
Tibial posterior | Cara posterior de la fíbula, membrana interósea (y cara posterior de la tibia) |
Flexor largo del hallux | Cara posterior de la fíbula, membrana interósea |
Irrigación e inervación
Una rama de la arteria fibular proporciona al hueso sangre rica en oxígeno. Esta viaja a través de un foramen nutricio ubicado en la cara posterior de la fíbula. Este foramen se ubica a pocos centímetros del punto medio del cuerpo del hueso.
Los nervios que inervan la articulación de la rodilla (un ramo del nervio fibular común) y la articulación del tobillo (nervio fibular profundo) también inervan los extremos proximal y distal del hueso, respectivamente, mientras que los nervios fibular superficial y fibular profundo, que inervan los músculos que toman origen o inserción en la fíbula, también inervan su periostio.
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Correlaciones clínicas
Las fracturas de la fíbula se deben mayormente a trauma. Casi siempre se asocian a fracturas de la tibia adyacente o injurias de la articulación del tobillo. Sin embargo, aunque no ocurre a menudo, también se dan casos de fracturas aisladas de fíbula. La lógica dictaría que la fíbula, al ser más delgada, sería la más frecuente en fracturarse, sin embargo, la poca frecuencia de fracturas únicamente de fíbula se debe al hecho de que la fíbula no es el principal hueso responsable de soportar el peso del cuerpo. Como resultado de lo anterior, es más común ver fracturas de la tibia que de la fíbula. La naturaleza de la fractura depende del mecanismo del trauma.
Las fracturas combinadas de tibia y fíbula pueden ser el resultado de fuerzas rotacionales o angulares. Las fuerzas rotacionales normalmente generan fracturas en espiral, mientras que las fuerzas angulares generan fracturas transversas u oblicuas. Usualmente las fracturas aisladas de tibia son resultado de trauma directo sobre el hueso. A menudo hay presencia de toda la sintomatología relacionada con una fractura, como dolor localizado, hinchazón, e historia de trauma sobre la región. La inmovilización de la zona está destinada a prevenir trauma subsecuente a la piel de la región, músculos adyacentes, o estructuras neurovasculares vecinas.
Las fracturas fibulares proximales con mucha frecuencia generan daño al nervio fibular común. Esto resultará en sensibilidad reducida del aspecto lateral del antepié y debilidad muscular al realizar flexión dorsal. El pie afectado se ve con sus dedos apuntando hacia abajo, lo cual se conoce como pie caído. La fractura de Maisonneuve se produce cuando la fractura de la tibia se debe a la transmisión de fuerzas desde una lesión de tobillo. Esta normalmente incluye fractura del maleolo medial, del extremo proximal o del cuerpo de la fíbula; y una lesión en la sindesmosis tibiofibular distal.
Las fracturas distales de la fíbula a menudo generan daño en la articulación crurotalar, ya que el maleolo lateral es parte importante de esta articulación. En 1949, un cirujano belga llamado Robert Danis clasificó diferentes tipos de fracturas del maleolo lateral. La clasificación luego fue revisada y se comenzó a usar con más frecuencia en 1972 gracias a Bernhard Georg Weber (un cirujano ortopedista suizo). La clasificación de Weber, o Danis-Weber, clasifica las fracturas maleolares en relación con la articulación del tobillo.
Clasificación de Weber:
- Tipo A
- Fractura transversa bajo la parte más superior del talus (domo talar).
- Sindesmosis tibiofibular intacta
- Ligamento deltoideo (colateral medial) intacto
- Maleolo medial puede estar fracturado
- Relativamente estable
- Tipo B
- Fractura en espiral que se extiende hasta o ligeramente sobre el domo talar
- Ensanchamiento de la articulación tibiofibular distal, pero la articulación tibiofibular media puede estar intacta
- El ligamento deltoideo puede estar roto
- El maleolo medial podría estar fracturado
- Puede requerir intervención quirúrgica (reducción abierta y fijación interna [ORIF - por sus siglas en inglés])
- Tipo C
- La fractura se extiende sobre la articulación del tobillo
- Ensanchamiento de la articulación tibiofibular distal y daño en la articulación tibiofibular media
- Puede deberse a una fractura de Maisonneuve; requiere exámenes radiográficos completos
- Inestable y requiere intervención quirúrgica [ORIF]
Las fracturas fibulares por tensión son relativamente comunes, afectan a menudo el cuello de la fíbula de reclutas militares y atletas sometidos a entrenamiento vigoroso. Las lesiones metastásicas de la región pueden provocar fracturas por tensión. El tercio distal de la fíbula es el más comúnmente afectado. Sin embargo, otras partes del hueso también lo podrían estar.
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