Video: Hueso esfenoides
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¡Hola! Soy Ramses de Kenhub y te doy la bienvenida a nuestro tutorial sobre el hueso esfenoides. En este video daremos una mirada al hueso esfenoides y a todas sus estructuras y reparos óseos. Para ...
Leer más¡Hola! Soy Ramses de Kenhub y te doy la bienvenida a nuestro tutorial sobre el hueso esfenoides. En este video daremos una mirada al hueso esfenoides y a todas sus estructuras y reparos óseos. Para poder comprender bien a este hueso, primero lo veremos como un todo. Luego, revisaremos sus cuatro partes principales que son el cuerpo, las alas menores, las alas mayores y los procesos pterigoides. Cuando estudiemos cada una de estas partes, profundizaremos más en su anatomía y reparos óseos.
El hueso esfenoides es uno de los huesos más complejos del cuerpo humano, e incluso hubo quienes lo llegaron a conocer como “hueso avispa” debido a su forma ¿qué opinas? De cualquier manera, este hueso es importante ya que forma la mayor parte de la fosa media de la base del cráneo, como podemos ver en esta imagen. Arriba a la derecha podrás ver una imagen de referencia para que puedas orientarte en la imagen principal que presentaremos en pantalla. En esta imagen inferior, puedes ver los dientes superiores orientados hacia arriba. Todo lo que has visto resaltado en verde es parte del hueso esfenoides.
Desde una vista interna, el hueso esfenoides contribuye a formar el piso de las fosas craneales anterior y media. En esta imagen podemos ver el cráneo desde arriba, con la parte superior o calvaria removida. Aquí vemos un corte sagital del cráneo y podemos observar la mitad izquierda del esfenoides destacada en verde.
Todas las imágenes que hemos visto hasta ahora nos muestran hasta dónde se extiende el hueso esfenoides en cada dirección, y como puedes ver, es una estructura bastante compleja. En este tutorial revisaremos cada una de las importantes estructuras que contiene este hueso.
Como ya mencionamos, el hueso esfenoides se compone de cuatro partes principales, y en esta vista anterior podemos ver su cuerpo resaltado en verde en el centro de la imagen. Ahora vemos las alas menores en verde y cómo se proyectan lateralmente desde la cara superior del cuerpo. Ahora podemos ver las alas mayores y observar cómo estas conforman la porción más lateral del esfenoides. Finalmente, aquí vemos resaltados los procesos pterigoides que se proyectan inferiormente desde el cuerpo del esfenoides.
A lo largo de este tutorial veremos primero los reparos óseos específicos de cada una de las partes de este hueso. Luego daremos una mirada a estos elementos en una imagen del cráneo para poder identificar sus relaciones con otros huesos y reparos anatómicos del cráneo.
Comencemos estudiando los reparos óseos del cuerpo del hueso esfenoides. Aquí podemos observar el cuerpo del esfenoides desde una vista anterior a la izquierda y desde una vista posterior a la derecha. El cuerpo del esfenoides es la porción central del hueso y anteriormente ayuda a conformar la cavidad nasal, mientras que lateralmente forma parte de la pared medial del conducto óptico.
En esta vista superior de la cavidad craneal podemos ver dónde se encuentra el cuerpo del hueso esfenoides en relación con otros huesos del cráneo. En dirección anterior se articula con el etmoides en la línea media, en dirección lateral con el frontal y hacia posterior se articula con la porción basilar del hueso occipital. También desde esta vista podemos apreciar algunos reparos óseos, como esta depresión en el medio del cuerpo que se denomina silla turca, término que se debe a su similitud con una silla de montar. La parte central de la silla turca contiene a la glándula hipófisis.
El límite anterior de la silla turca contiene una eminencia conocida como el tubérculo de la silla, mientras que hacia la derecha vemos su límite posterior, que recibe el nombre de dorso de la silla. En esta imagen tenemos una vista posterior del dorso de la silla.
Ahora podemos ver una porción del dorso de la silla que se conoce como proceso clinoides posterior. Desde una vista superior podemos ver estos procesos a la derecha y a la izquierda destacados en verde. Los procesos clinoides posteriores, junto con los procesos clinoides anteriores previamente mencionados en este tutorial, sirven como puntos de inserción para el diafragma sellar o de la silla turca, un repliegue de la duramadre que cubre por encima a la glándula hipófisis. Los procesos clinoides anteriores son parte de las alas menores del esfenoides, por lo que los revisaremos en un momento.
Dentro del cuerpo del esfenoides podemos encontrar a los senos esfenoidales resaltados en verde, y como son estructuras pareadas, tenemos uno derecho y otro izquierdo separados uno de otro en la línea media por un septo o tabique. En esta vista mediosagital podemos observar la cercanía de estos con la cavidad nasal anteriormente y con la silla turca posteriormente.
Desde una perspectiva anterior, podemos identificar dos reparos óseos más.En primer lugar tenemos la cresta esfenoidal que recorre la cara anterior del cuerpo, la cual se articula con la lámina perpendicular del hueso etmoides, que forma parte del tabique o septo nasal. A cada lado de la cresta esfenoidal podemos ver el cornete esfenoidal, estructura que conforma la pared anterior de los senos esfenoidales y parte de la pared posterior de la cavidad nasal. Los senos esfenoidales se comunican con la cavidad nasal a través de aberturas en el cornete esfenoidal.
Finalmente, desde una vista anterior, podemos ver el pico esfenoidal, una pequeña eminencia aguda y triangular que vemos nacer desde la parte más baja de la cara anterior. Esta estructura es continua a la cresta esfenoidal y se articula inferiormente con el vómer.
El último reparo asociado con el cuerpo del esfenoides que identificaremos es el surco carotídeo, que puede observarse en esta vista posterior destacado en verde. Este surco discurre a lo largo de las caras laterales del cuerpo del esfenoides y aloja a la arteria carótida interna a lo largo de su paso por el interior del seno cavernoso.
Ahora daremos una mirada a las alas menores del hueso esfenoides, las cuales podemos ver en una vista anterior en la imagen de arriba y desde una perspectiva posterior en la imagen de abajo. Las alas menores del esfenoides emergen desde el cuerpo en dirección superior y lateral, formando al momento de su nacimiento el conducto óptico, el cual contiene al nervio óptico y a la arteria oftálmica.
En esta vista anterior del esfenoides dentro del cráneo podemos ver las alas menores resaltadas en verde y podemos distinguir cómo estas ayudan a conformar el techo de la órbita. En la vista superior podemos ver la cara superior de las alas menores y cómo contribuyen a la formación de la fosa craneal anterior.
Esta parte del ala menor que ahora vemos en verde ya había sido brevemente mencionada, son los procesos clinoides anteriores. Estos sirven de punto de inserción para el diafragma sellar o de la silla, que es un repliegue de la duramadre.
A continuación daremos una mirada a las alas mayores del esfenoides, que podemos observar destacadas desde una vista anterior arriba y desde una perspectiva posterior abajo. Emergen desde el cuerpo del esfenoides en sentido posterior y lateral y poseen numerosas caras que contribuyen a formar otras tantas superficies del cráneo. Hablaremos de estas caras en un momento, pero primero demos un vistazo a las alas mayores y desde dónde podemos verlas en este cráneo articulado.
En esta vista anterior del cráneo con el esfenoides, podemos ver las alas mayores resaltadas en verde y cómo estas ayudan a formar la pared lateral de la órbita mediante su cara orbitaria. Aquí en el aspecto lateral del cráneo podemos ver la cara temporal del ala mayor, y en esta vista superior podemos ver la cara cerebral que forma parte de la fosa craneal media.
Al observar las alas mayores en las imágenes previas podemos darnos cuenta de su importancia. Forman parte de múltiples cavidades y regiones del cráneo, se articulan con una gran cantidad de otros huesos y poseen dentro de ellas numerosos reparos óseos. Para poder estudiarlas en detalle de manera ordenada, primero revisaremos las caras del ala mayor, luego los bordes o superficies articulares y finalmente nos enfocaremos en los reparos óseos de cada cara.
En total son cinco caras que forman parte del ala mayor del esfenoides, y afortunadamente sus nombres se deben a la cavidad o estructura anatómica con la cual están más relacionadas. Entonces tenemos las caras cerebral, orbitaria, temporal, infratemporal y maxilar, la cual también es llamada cara pterigopalatina. A continuación veremos cada cara en detalle.
La cara cerebral del ala mayor del esfenoides está destacada en verde en nuestra imagen del esfenoides y también en la base del cráneo a la derecha. Probablemente te darás cuenta de que no se ve igual en ambas imágenes, ¿verdad? Esto se debe a que nuestro esfenoides a la izquierda corresponde a una vista posterior, mientras que la base del cráneo está claramente observada desde una vista superior. La cara cerebral es la parte del ala mayor que se relaciona con el cerebro. En la imagen de la izquierda podemos ver el dorso de la silla, que como habíamos mencionado, está en la cara posterior del cuerpo del esfenoides, ¡así que te puede servir como referencia en el futuro!
A cada lado del dorso de la silla podemos ver las alas mayores, específicamente las caras cerebrales resaltadas en verde. Si te imaginas rotando el esfenoides noventa grados hacia ti, entonces podrás observar su aspecto superior, que es el que podemos ver articulado en la imagen de la base craneal.
En esta imagen estamos viendo al esfenoides desde su aspecto anterior, y lo que se encuentra destacado es la cara orbitaria del ala mayor. Al observar al esfenoides articulado en el interior del cráneo, podemos notar que esta cara forma casi toda la pared lateral de la cavidad orbitaria.
Lo que vemos resaltado aquí en esta vista anterior del esfenoides es la cara temporal del ala mayor. En esta vista lateral de un cráneo articulado podemos ver la cara temporal y cómo esta se relaciona con el hueso temporal, el músculo temporal y, por supuesto, la fosa temporal.
La siguiente cara que vemos destacada es la cara infratemporal del ala mayor. Al observar una vista inferior del cráneo, podemos notar que la cara infratemporal forma el techo de la fosa infratemporal.
Finalmente nos queda la cara maxilar del ala mayor que aquí vemos destacada en verde. Esta cara es la que se relaciona anteriormente con el maxilar y además forma parte del límite posterior de la fosa pterigopalatina, lo cual explica su otro nombre.
Hay tres bordes en el ala mayor del esfenoides y en un hueso aislado como vemos aquí, estos bordes se ven irregulares. Estas son las áreas en las que las alas mayores del esfenoides se articulan y conforman estructuras con otros huesos del cráneo, y por suerte, tal como las caras, estos se denominan según el hueso con el cual se articulan. Estos son: el borde parietal, el borde escamoso y desde una vista anterior podemos ver el borde cigomático.
En esta imagen posterior del hueso esfenoides las áreas destacadas en verde son los bordes parietales de las alas mayores. En contraste con las superficies lisas que vimos anteriormente, podemos ver que estos bordes presentan una superficie aserrada. Como su nombre sugiere, este borde se articula con el hueso parietal formando la sutura esfenoparietal.
Esta imagen nos muestra una vista lateral del cráneo con la sutura esfenoparietal resaltada en verde. Este es el hueso parietal, y este el hueso esfenoides. Esta sutura como mencionamos anteriormente es el sitio donde ambos huesos se encuentran.
El borde escamoso que ahora vemos destacado en verde se articula con la porción escamosa del hueso temporal, formando la sutura esfenoescamosa que podemos ver tanto dentro como fuera del cráneo en estas imágenes.
Por último, estamos observando aquí el borde cigomático del ala mayor del hueso esfenoides, y como vemos la cresta esfenoidal aquí, sabemos que estamos viendo al esfenoides desde su aspecto anterior. Como podrás haber imaginado, el borde cigomático del ala mayor del esfenoides se articula con el hueso cigomático formando la sutura esfenocigomática. Y cuando observamos el cráneo desde una vista lateral, podemos ver la sutura esfenocigomática por debajo del proceso frontal del hueso cigomático. Desde una vista anterior también podemos visualizar esta sutura, esta vez a nivel de la pared lateral de la órbita.
La última parte de las alas mayores que veremos son los reparos óseos que podemos encontrar en las caras que acabamos de reconocer. En esta vista anterior del hueso esfenoides lo que podemos ver destacado en verde es la cresta infratemporal, que corresponde a una elevación en la cual se encuentran dos caras del ala mayor: la cara temporal por arriba y la cara infratemporal por abajo.
En esta vista lateral del cráneo podemos ver la cresta infratemporal del cráneo, la cual además de separar las caras del ala mayor, separa las fosas craneales de las que estas caras son parte: la fosa temporal que está aquí y la fosa infratemporal que podemos ver aquí.
En estas imágenes podemos observar una vista anterior a la izquierda y una vista posterior a la derecha. En ambas imágenes la estructura resaltada en verde es la espina del hueso esfenoides. En la vista posterior es posible identificar la espina proyectándose desde este borde que corresponde al borde escamoso. Y al observar desde anterior con más detalle, podemos ver cómo la espina del esfenoides se proyecta inferiormente. La espina del esfenoides da inserción a un ligamento que luego se terminará insertando en la língula mandibular, denominado ligamento esfenomandibular.
En una vista inferior de la mandíbula podemos reconocer la relación entre la espina del esfenoides y diferentes estructuras del hueso temporal, y ya que esta espina está en límite del borde escamoso, se articula con la porción escamosa del hueso temporal, pero también con la porción petrosa del temporal, encajando perfectamente en el ángulo entre estas dos porciones.
El siguiente elemento que vemos destacado en verde es el surco de la tuba auditiva, y su propósito es exactamente ese. Parte de la porción cartilaginosa de la tuba auditiva se aloja en este surco.
Dentro de las alas mayores del esfenoides existen algunos forámenes que dan paso a varios vasos y nervios. El foramen resaltado en estas imágenes es el foramen redondo, el cual es más visible en esta vista superior del hueso esfenoides. Este foramen es atravesado por el nervio maxilar, que es la segunda división del nervio trigémino o quinto par craneal.
El siguiente foramen se llama foramen oval y da paso al nervio mandibular, el cual es la tercera división del nervio trigémino, y a veces a una arteria de procedencia variable.
El foramen más lateral del ala mayor del esfenoides es el pequeño foramen espinoso. Este foramen recibe su nombre debido a su proximidad con la espina del hueso esfenoides. La arteria meníngea media atraviesa este foramen para suministrar sangre a la duramadre que cubre al cerebro y a la calvaria.
En esta vista posterior del esfenoides podemos ver este espacio denominado fisura orbitaria superior, y en realidad no es un foramen tal como los que hemos visto anteriormente, sino más bien el espacio entre el ala mayor y el ala menor del esfenoides. En esta vista anterior también podemos ver la fisura orbitaria superior. Este espacio da paso a numerosos nervios y arterias que viajan desde y hacia la órbita. Aquí podemos ver en detalle la órbita derecha y la fisura orbitaria superior está destacada en verde.
De las cuatro partes del esfenoides, hemos visto hasta ahora el cuerpo, las alas menores, las alas mayores y todos sus bordes, caras y forámenes. Por último veremos la anatomía del proceso pterigoides para completar nuestro tutorial.
Los procesos pterigoides son dos proyecciones óseas que descienden perpendicularmente desde la unión de las alas mayores con el cuerpo del esfenoides, y podemos observar estas proyecciones tanto en la vista anterior como posterior. En esta imagen del aspecto posterior del cráneo podemos ver la parte más inferior de los procesos pterigoides en verde, y al ver el cráneo desde una vista inferior, podemos distinguir la mayor parte del aspecto posterior de los procesos pterigoides.
Ambos procesos pterigoides contienen una lámina lateral y una lámina medial, y la que podemos ver aquí resaltada en verde es la lámina lateral. La otra, más pequeña, es la lámina medial. Con respecto a la lámina lateral destacada en esta vista inferior, podemos decir que forma la pared medial de la fosa infratemporal que es esta región de aquí, y además agregaremos que sirve como punto de origen de los músculos pterigoideos lateral y medial.
La lámina medial está ubicada más hacia la línea media y como tal, la podemos ver en esta sección sagital del cráneo destacada en color verde. En esta vista inferior la podemos ver resaltada nuevamente.
En esta siguiente imagen solo tenemos resaltada la parte más caudal de la lámina medial, y es lo que llamamos el hamulus o gancho del proceso pterigoides. El hamulus actúa como una polea para el tendón del músculo tensor del velo del paladar. El origen y ubicación de este músculo están en relación con algunos elementos óseos que veremos en breve.
En el aspecto posterior de los procesos pterigoides, las láminas medial y lateral forman una depresión denominada fosa pterigoidea. Aquí podemos encontrar a los músculos pterigoideo medial y también al músculo tensor del velo del paladar que se origina un poco más arriba. El músculo pterigoideo medial se origina de hecho en el aspecto medial de esta fosa, de manera tal que una parte de su vientre muscular puede ser encontrado aquí.
Por encima de la fosa pterigoidea encontramos a la fosa escafoidea, la cual es el punto de origen del músculo tensor del velo del paladar. Recuerda que también dijimos que el músculo tensor del velo del paladar se encontraba en la fosa pterigoidea. Si bien este músculo se origina en la fosa escafoidea, gran parte de su masa muscular puede ser encontrada en la fosa pterigoidea del hueso esfenoides. Este músculo luego cambia de dirección alrededor del hamulus del proceso pterigoides y termina en el paladar blando.
Bajo la fosa pterigoidea hay un espacio entre las láminas lateral y medial, lo hemos resaltado en verde aquí y este espacio es denominado incisura pterigoidea. Esta incisura se articula con el proceso piramidal del hueso palatino, y podemos ver el sitio donde ambos huesos se articulan destacado en color verde en esta vista inferior del cráneo.
La última estructura que veremos hoy es el conducto pterigoideo, el cual está resaltado en estas vistas anterior y posterior del esfenoides. Los nervios petrosos mayor y profundo se unen para formar el nervio del conducto pterigoideo, el cual recorre este conducto junto con una arteria y una vena con el mismo nombre. Estos elementos van desde la fosa craneal media hasta la fosa pterigopalatina.
¡Y ahí está! Me atrevería a decir que hemos revisado la gran mayoría de los elementos y reparos anatómicos del hueso esfenoides. Como has visto, el esfenoides forma parte de múltiples regiones del cráneo, por lo cual es lógico que existan innumerables correlaciones clínicas que mencionar, pero hablaremos de una particularmente interesante.
¿Recuerdas la silla turca? Esta depresión en el cuerpo del hueso esfenoides alberga a la glándula hipófisis. En el caso de que exista un tumor de la glándula, la cirugía es a menudo el mejor y más común de los tratamientos, y en vez de abrir el cráneo e intentar acceder a la glándula a través de toda la masa encefálica, los cirujanos lo hacen mediante un abordaje anterior, a través de la cavidad nasal, atravesando el seno esfenoidal y la silla turca. Esta técnica mínimamente invasiva se conoce como cirugía endoscópica transesfenoidal.
Bueno, ahora tu conocimiento sobre el hueso esfenoides no tiene límites, pero antes de dejarte ir hagamos un breve resumen de lo que aprendimos hoy.
Comenzamos reconociendo al esfenoides como un todo e identificamos todas las regiones del cráneo que contribuye a formar, entre las cuales están las paredes lateral y superior de la órbita, la mayor parte de la fosa media de la base del cráneo, fosa craneal anterior y posterior, cavidades nasales, solo por nombrar algunas.
Luego dividimos al esfenoides en cuatro partes: el cuerpo, las alas menores, las alas mayores y los procesos pterigoides. En cada una de estas partes observamos sus caras, sus bordes, sus forámenes, y otros reparos óseos que hacen del esfenoides uno de los huesos más complejos e interesantes que hay.
Esto nos lleva al fin de nuestro tutorial. Espero que lo hayas disfrutado. ¡Gracias por acompañarnos y feliz estudio!