Fosa poplítea
La fosa poplítea es una depresión con forma de rombo localizada en la porción posterior de la articulación de la rodilla. Estructuras neurovasculares importantes pasan desde el muslo hacia la pierna atravesando esta fosa, como por ejemplo los dos ramos terminales del nervio ciático, los vasos poplíteos y la vena safena menor.
Los límites de la fosa poplítea están formados por numerosos músculos del muslo y la pierna. Estos músculos incluyen el semimembranoso, semitendinoso, bíceps femoral, gastrocnemio y poplíteo.
Este artículo discute la anatomía y contenido de la fosa poplítea, así como sus correlaciones clínicas más relevantes.
Límites |
Superomedial: músculos semimembranoso y semitendinoso Lateral: músculo bíceps femoral Inferior: músculo gastrocnemio Piso: cápsula articular de la articulación de la rodilla, fémur distal, tibia proximal, músculo poplíteo Techo: fascia poplítea |
Contenido |
Vasos: arteria y vena poplítea, vena safena menor Nervios: tibial, fibular común, sural, cutáneo posterior del muslo Ganglios linfáticos: ganglios linfáticos poplíteos superficiales y profundos |
Correlaciones clínicas | Pulso poplíteo, abscesos poplíteos, aneurisma poplíteo, hemorragia, lesión del nervio tibial, quistes poplíteos |
Límites
La cara superomedial de la fosa poplítea está limitada por los músculos semimembranoso y semitendinoso, mientras que el bíceps femoral forma el límite lateral de la porción superior de la fosa. Inferiormente, las cabezas medial y lateral del gastrocnemio conforman los límites medial y lateral. La cápsula articular de la articulación de la rodilla, el fémur distal y la tibia proximal forman el piso de la fosa poplítea. Más inferiormente, el músculo poplíteo también contribuye a la formación del piso.
La fascia poplítea, que es continua con la fascia lata superiormente y con la fascia profunda de la pierna (fascia crural) inferiormente, forma el techo de la fosa. Esta fascia gruesa está reforzada por fibras transversas, conformando una vaina protectora para las estructuras que pasan a través de la fosa. La vena safena menor y el nervio sural a menudo perforan dicha fascia, y ambas estructuras son puntos de referencia clínicos importantes para procedimientos quirúrgicos que involucran la región de la cara posterior de la articulación de la rodilla.
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Vasos
Los vasos sanguíneos se encuentran profundos a los nervios dentro de la fosa poplítea, y estos incluyen la arteria poplítea, la vena poplítea y la vena safena menor. La vena safena menor está ubicada dentro de la fascia poplítea, y los vasos poplíteos se mantienen juntos mediante un tejido areolar denso.
Arteria poplítea
La arteria poplítea es una rama de la arteria femoral y entra en la fosa poplítea pasando por debajo del músculo semimembranoso. Discurre inferolateralmente a través de la fosa antes de ingresar en el compartimento posterior de la pierna. La arteria poplítea se ramifica y da origen a cinco arterias de la rodilla, que se encargan de irrigar los ligamentos y la cápsula articular de la articulación de la rodilla:
- Arteria superior medial de la rodilla
- Arteria superior lateral de la rodilla
- Arteria media de la rodilla
- Arteria inferior medial de la rodilla
- Arteria inferior lateral de la rodilla
Estas arterias se anastomosan para formar la red articular de la rodilla, que es una circulación colateral que rodea a la articulación de la rodilla. La arteria poplítea también emite ramas musculares para irrigar a los músculos sóleo, gastrocnemio, plantar e isquiotibiales.
Vena poplítea
La vena poplítea, siendo una continuación de la vena tibial posterior, se localiza superficial a la arteria poplítea dentro de la misma vaina fibrosa. Luego de salir de la fosa superiormente, se convierte en la vena femoral conforme pasa por el hiato aductor.
Vena safena menor
La vena safena menor viaja superiormente en la cara posterior de la pierna, desde la porción lateral del arco venoso dorsal, antes de entrar en la fosa poplítea. Transcurre dentro de la fascia poplítea antes de penetrarla y unirse con la vena poplítea.
Nervios
La fosa poplítea, también llamada hueco poplíteo, mide 2.5 cm de ancho y consiste principalmente en tejido graso. Sin embargo, muchas estructuras neurovasculares importantes pasan a través de esta fosa, siendo los nervios los más superficiales, incluyendo al:
- Nervio tibial
- Nervio fibular común
- Nervio sural
- Nervio cutáneo posterior del muslo
Nervio tibial
El nervio ciático se bifurca para dar origen a los nervios tibial y fibular común en el ángulo superior de la fosa poplítea. El ramo medial más grande, el nervio tibial, pasa inferiormente a través de la fosa antes de salir profundo al músculo plantar y entrar en el compartimento posterior de la pierna. Cuando aún se encuentra dentro de la fosa, el nervio tibial y sus ramos inervan a los músculos sóleo, gastrocnemio, plantar y poplíteo. Uno de sus ramos, el nervio cutáneo sural medial, se une con el ramo comunicante fibular del nervio fibular común para formar el nervio sural.
Nervio fibular común
El otro ramo del nervio ciático, el nervio fibular común, atraviesa la fosa poplítea cerca del borde medial del músculo bíceps femoral antes de salir de la fosa superficial a la cabeza lateral del gastrocnemio. Después, cruza la cara posterior de la cabeza de la fíbula antes de enrollarse alrededor del cuello de la fíbula y separarse en sus ramos terminales.
Estructuras linfáticas
Superficiales
Hay dos grupos principales de ganglios linfáticos ubicados dentro de la fosa poplítea: los poplíteos superficiales y los poplíteos profundos.
Los ganglios linfáticos poplíteos superficiales se encuentran dentro del tejido subcutáneo y reciben linfa proveniente de los vasos linfáticos que acompañan a la vena safena menor.
Profundos
Los ganglios linfáticos poplíteos profundos rodean a los vasos poplíteos y reciben linfa proveniente tanto de los ganglios linfáticos poplíteos superficiales como también de la pierna y el pie. La linfa de estos ganglios drena en los ganglios linfáticos inguinales profundos.
Para más información sobre la anatomía de la pierna, incluyendo los músculos de la rodilla y los tendones de la rodilla, echa un vistazo a las siguientes unidades de estudio:
Por último, no olvides poner a prueba lo que has aprendido hasta ahora acerca de la fosa poplítea y otras regiones del miembro inferior con el siguiente cuestionario:
Correlaciones clínicas
Pulso poplíteo
Para poder palpar el pulso poplíteo, usualmente es necesario realizar este procedimiento con la rodilla flexionada con el objetivo de relajar los músculos isquiotibiales y la fascia poplítea. El pulso se puede palpar de una manera más efectiva en la porción inferior de la fosa, aunque puede ser difícil de encontrar debido a la ubicación profunda de la arteria poplítea. La pérdida del pulso poplíteo puede indicar una obstrucción en la arteria femoral.
Abscesos poplíteos
Un absceso, o tumor, localizado dentro de la fosa poplítea normalmente resulta en un dolor de rodilla severo por causa de la fuerza y resistencia de la fascia poplítea. Por esta razón, los abscesos poplíteos usualmente se expanden superior e inferiormente desde la fosa poplítea.
Aneurisma poplíteo
El dolor en la fosa poplítea también puede deberse a un aneurisma poplíteo, que es una dilatación anormal de la arteria poplítea. Esto puede producir una pulsación palpable (frémito) o un sonido arterial anormal (soplo). Los aneurismas poplíteos pueden comprimir los nervios circundantes, resultando en un dolor referido en la cara medial de la pantorrilla, tobillo y pie.
Hemorragia
Las dislocaciones de la articulación de la rodilla o las fracturas del fémur distal pueden ocasionar hemorragia en la arteria poplítea. Si no se toman las acciones oportunas y a tiempo, esto puede resultar en la pérdida de la pierna y el pie. Cualquier lesión en la arteria o vena poplítea puede causar una fístula arteriovenosa, que es una conexión anormal entre una arteria y una vena.
Daño en el nervio tibial
La dislocación posterior de la articulación de la rodilla o la laceración de la fosa poplítea pueden dañar al nervio tibial. Una lesión en este nervio resulta en parálisis de los flexores de la pierna y los músculos intrínsecos del pie. Las personas que presentan daños en el nervio tibial no son capaces de flexionar los dedos del pie o realizar flexión plantar del tobillo, y pueden perder la sensibilidad en la planta del pie.
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