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Histología del bazo

Visión general sobre cómo examinar y explorar los cortes histológicos utilizando un microscopio de luz.

El bazo es un órgano de aproximadamente el tamaño de un puño ubicado en el cuadrante superior izquierdo del abdomen. Es el órgano linfoide más grande del cuerpo humano y por lo tanto, el filtro de sangre más grande que tiene el organismo. La ubicación, el desarrollo embriológico y la estructura histológica del bazo lo hacen único entre los órganos linfoides.

Sus características histológicas son las que definen varias funciones importantes del bazo, como por ejemplo: filtrar la sangre, mantener el equilibrio de la respuesta inmune y reciclar el hierro. El bazo también puede servir como reservorio de sangre la cual es utilizada en casos de pérdida de sangre aguda o crónica (como hemorragia o anemia). También puede servir como un sitio alterno para la hematopoyesis (formación de células sanguíneas y plaquetas) fuera de la médula ósea. El bazo tiene algunas funciones que son específicas de este órgano y no pueden ser reemplazadas por ninguno otro. Sin embargo, no se considera un órgano vital y por tanto se puede sobrevivir sin él.

En este artículo se abordará la histología del bazo normal y se analizarán ilustraciones microscópicas rotuladas del bazo.

Puntos clave sobre el bazo
Definición Órgano linfoide no vital ubicado en el cuadrante superior izquierdo del abdomen
Estructura Pulpa roja, pulpa blanca
Funciones Filtrado de sangre, respuesta inmune, reciclaje de hierro, almacenamiento de sangre, hematopoyesis extramedular
Correlaciones clínicas Esplenomegalia, rotura de bazo
Contenidos
  1. Ubicación y anatomía
  2. Estructura
    1. Pulpa roja
    2. Pulpa blanca
    3. Vasos sanguíneos
  3. Funciones
  4. Correlaciones clínicas
    1. Esplenomegalia
    2. Rotura de Bazo
  5. Bibliografía
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Ubicación y anatomía

El bazo se encuentra en el cuadrante superior izquierdo del abdomen, específicamente detrás del estómago y anterior e inferior al hemidiafragma izquierdo a nivel de las costillas 9 y 10. En el lado de su cara medial, el bazo está relacionado con el riñón izquierdo y en la parte inferior, se puede encontrar en la flexura cólica izquierda (flexura esplénica).

Al ser un órgano intraperitoneal (peritonizado o envuelto en peritoneo), el bazo tiene amplia movilidad dentro de la cavidad abdominal, sin embargo es importante mencionar que el hilio del bazo es la única parte del bazo que está libre de peritoneo.

Estructura

Como todo órgano peritonizado, el bazo está cubierto por una capa de peritoneo visceral. Debajo de este peritoneo se encuentra la cápsula del bazo, que envuelve a su parénquima.

La cápsula del bazo consiste en tejido fibroelástico irregular denso. El tejido conectivo de la cápsula contiene células contráctiles llamadas miofibroblastos. Estas células ayudan a drenar la sangre almacenada en el bazo hacia la circulación ya que son células que producen contracciones leves. Asimismo, la cápsula también permite que el bazo aumente significativamente de tamaño cuando sea necesario y expulse una gran cantidad de sangre a la circulación para contribuir a la oxigenación de los tejidos. Esto puede ser notado al momento de que el cuerpo se vea enfrentado a diferentes estímulos, por ejemplo: los provocados durante el ejercicio físico. A nivel del hilio, la cápsula se divide en varios septos llamados trabéculas que penetran en el parénquima del bazo y dividen parcialmente su tejido.

Tal como otros órganos, el bazo está constituido por estroma y parénquima. El estroma del bazo está compuesto principalmente por una red de tejido conectivo reticular la cual proporciona apoyo a las células sanguíneas y las células del sistema inmunológico (linfocitos, macrófagos y células dendríticas). El parénquima del bazo se divide en dos estructuras que son distintas a nivel fisiológico y anatómico (pulpa roja y pulpa blanca) divididos por una capa de tejido conocida como zona marginal. Fuera de dicha zona marginal se encuentra la zona perifolicular la cual contiene capilares revestidos y espacios que están llenos de sangre pero no poseen revestimiento endotelial.

Pulpa roja

La pulpa roja constituye la mayor parte del tejido estromal del bazo. Está formada por los cordones de Billroth y los sinusoides esplénicos. Los cordones de Billroth (cordones esplénicos) son las agregaciones celulares que están sostenidas por el tejido conectivo reticular. Su estructura está organizada en columnas a las que se adhieren macrófagos, plasmocitos y glóbulos.

Los sinusoides esplénicos se encuentran entre los cordones de Billroth mencionados anteriormente. Estes están llenos de sangre y le dan a la pulpa roja su apariencia de color rojo. La sangre fluye lentamente a través de los sinusoides donde se expone a los macrófagos de los cordones de Billroth. Es ahí donde estas células del sistema inmune esperan a cualquier antígeno extraño que pueda aparecer en la sangre. Es decir, la pulpa roja funciona como un filtro de sangre para varias toxinas, eliminandolas antes de que entren en la circulación sistémica y tengan la oportunidad de extenderse por todo el cuerpo y comprometer otros órganos o tejidos.

Pulpa blanca

La pulpa blanca del bazo está formada por tres espacios diferentes: vaina linfática periarterial (también llamadas PALS por su nombre en inglés, PeriArterial Lymphoid Sheath), folículos linfáticos y zona marginal.

La vaina linfática periarterial está formada por una arteria central (la cual es rama de la arteria esplénica) rodeada por una vaina de tejido linfoide. Es aquí donde el tejido linfoide se organiza en dos capas: la capa interna y la capa externa. La capa interna está compuesta principalmente por linfocitos T, y por esto que también se le conoce como zona T. La capa externa del tejido linfoide tiene una morfología celular más diversa, donde se pueden encontrar linfocitos T y B.

Las ramas de las arteriolas centrales están rodeadas por áreas constituidas de linfocitos B, constituyendo los folículos linfáticos del bazo. Hay dos tipos de folículos linfáticos, los cuales funcionan a partir de las características de los linfocitos B: folículos primarios y nódulos secundarios.

Los folículos que contienen principalmente linfocitos pequeños e inmaduros se llaman folículos primarios. Sin embargo, la mayoría de los nódulos que se encuentran en el bazo son nódulos secundarios que surgen de los folículos primarios a medida que los linfocitos maduran y aumentan de tamaño. Estos se diferencian de los folículos primarios por presentar una zona central distintiva llamada centro germinal. Los centros germinales son los sitios donde los linfocitos maduran y adquieren la capacidad de producir anticuerpos, es decir, poder observar el centro germinal es una señal de que el tejido linfático está respondiendo a un antígeno. Además de los linfocitos B, los centros germinales también contienen células dendríticas foliculares (CDF) que también aumentan en número después de la activación del antígeno, apoyando a los linfocitos B, iniciando y modulando su respuesta inmune.

Para reforzar tu conocimiento revisa la siguiente unidad de estudio sobre como examinar cortes histológicos:

La zona marginal se encuentra en el borde de los folículos linfáticos y se componen de diferentes células inmunes que están bien equipadas para iniciar una respuesta inmunitaria adecuada.

Vasos sanguíneos

Debido a que el bazo es el filtro de la sangre, se debe asumir y saber que es un órgano muy vascularizado. La sangre de la arteria esplénica ingresa al bazo a través del hilio. Desde ese punto, esta arteria se divide en ramas más pequeñas que ingresan al parénquima esplénico siguiendo el curso de las trabéculas. Junto con las trabéculas, las arterias se ramifican por todo el parénquima y disminuyen gradualmente de diámetro debido a la mencionada ramificación. Finalmente, las arteriolas más pequeñas abandonan el tejido conectivo denso de las trabéculas causando su ingresen al parénquima, donde están rodeadas por PALS. La arteria en el centro de esta región se conoce como arteria central.

Viéndolo desde su histología, la vaina linfática periarterial tiene una apariencia similar a un nódulo linfático. La única forma de poder distinguirlos entre sí, es gracias a la presencia de una arteria central. Las células endoteliales de esta arteria central tienen extensiones en forma de dedos que se encuentran en espiral alrededor del lumen protegiendo a las vainas linfáticas periarteriales de una invasión directa del antígeno.

La arteria central se ramifica para entrar en la zona marginal de la pulpa blanca, continuando hacia la pulpa roja donde se divide más y finalmente transformándose en capilares arteriales. Estos capilares están rodeados por grupos de macrófagos y se denominan capilares envainados. A partir de este momento, la sangre viaja libremente a través de los senos venosos de la pulpa roja. Las células endoteliales de los sinusoides tienen características histológicas únicas: son alargadas, tienen forma de huso y no presentan uniones celulares características con las células adyacentes.

Debido a la falta de uniones, existen amplios espacios entre las células lo que sirven como filtro mecánico entre la sangre y los cordones esplénicos. Al momento en que diferentes antígenos (por ejemplo, microorganismos, restos celulares y eritrocitos envejecidos o dañados) atraviesan estos espacios, pueden ser fagocitados y eliminados por los macrófagos presentes. Este tipo de flujo sanguíneo se define como circulación abierta, el cual es característico del bazo humano. En algunas especies (por ejemplo, en roedores), la sangre de los capilares envainados entra directamente en los senos venosos, lo cual es conocido como circulación cerrada.

Desde la red formada por los senos venosos, la sangre fluye hacia las venas trabeculares y finalmente sale del bazo a través de la vena esplénica.

Refuerza tu conocimiento sobre la microcirculación del bazo con nuestro cuestionario a continuation: 

Funciones

Una de las funciones más importantes del bazo es filtrar la sangre. Se considera un "cementerio de glóbulos rojos" porque elimina los eritrocitos viejos y dañados de la circulación. Esta función se debe principalmente a la estructura de los vasos sanguíneos y macrófagos que están en la pulpa roja. Cuando los macrófagos fagocitan y destruyen a los eritrocitos, reciclan el hierro de la hemoglobina. Finalmente, el hierro es almacenado y reutilizado en la médula ósea.

A pesar de ser el mejor destructor conocido de células sanguíneas (hemólisis fisiológica), el bazo también puede ser un sitio de producción de ellas. Durante el desarrollo fetal, antes de que la médula ósea se desarrolle por completo, el bazo es un sitio importante de hematopoyesis. Después del nacimiento, la sangre se produce en el bazo sólo durante algunas condiciones patológicas, como por ejemplo, en casos de infecciones bacterianas graves. El bazo también almacena una cierta cantidad de sangre que puede liberarse en el caso que exista un requerimiento sanguíneo importante en el organismo.

Siendo el órgano linfoide más grande, el bazo es uno de los sitios principales donde se inicia y se modula la respuesta inmune. Es capaz de detectar y presentar patógenos específicos en la sangre y producir una respuesta inmune para defender al organismo de ellos. El bazo es un lugar clave para la defensa contra bacterias encapsuladas. Por esta razón, las personas que carecen de están predispuestas a algún tipo de infección bacterianas como la neumonía.

Aprende más sobre la estructura del bazo y domina el conocimiento sobre sus funciones con nuestros artículos y cuestionarios: 

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Kim Bengochea Kim Bengochea, Universidad Regis, Denver
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