Retina
La retina es la capa interna del globo ocular, se ubica anterior a la coroides y posterior al cuerpo vítreo. Comienza en la cara posterior del globo ocular y termina anterior a la ora serrata. La función de la retina del ojo es transformar estímulos visuales del medio externo en impulsos neuronales que son transmitidos a la corteza cerebral por medio del nervio óptico para interpretación y análisis.
La retina está formada por células epiteliales, gliales y neuronales que están organizadas en 10 capas diferentes. De estas, las primeras 9 capas de la retina pertenecen a la retina nerviosa interna (o neurosensorial), una de las cuales son los fotorreceptores sensibles a la luz. La décima capa constituye al epitelio pigmentario de la retina (EPR), que sirve para absorber la luz que pasa a través de la retina y evitar que se refleje en la capa neurosensorial.
En este artículo estudiaremos la anatomía de la retina y un caso relevante de correlación clínica.
Ubicación | Anterior a la coroides y posterior al cuerpo vítreo |
Estructura | Retina nerviosa, epitelio pigmentario de la retina (EPR) |
Función | Convertir los estímulos visuales del medio externo en impulsos nerviosos que son transmitidos por medio del nervio óptico hacia la corteza cerebral |
Correlación clínica | Desprendimiento de la retina |
Aprende sobre estas estructuras del globo ocular en la siguiente unidad de estudio y responde a nuestro cuestionario a continuación:
Correlaciones clínicas
Desprendimiento de retina
Consiste en la expansión de un espacio potencial que existe entre la retina nerviosa y el epitelio pigmentario de la retina, este último se mantiene adherido a la coroides lo que facilita que este espacio se expanda. Como consecuencia, las células fotorreceptoras paran de recibir nutrición proveniente de los vasos subyacentes del plexo coriocapilar de la coroides.
Entre las causas más comunes tenemos al traumatismo ocular o cierta predisposición en personas con miopía grave, edad avanzada o antecedentes familiares de desprendimiento de retina.
Los síntomas más comunes son las miodesopsias, conocidas como “moscas volantes”, producto de los eritrocitos que extravasan de los capilares durante el desprendimiento de la retina. También presentan fotopsias descritas como destellos luminosos y la presencia de un “velo” frente al ojo.
Su diagnóstico se realiza por medio del examen oftalmoscópico y el tratamiento debe ser realizado lo más pronto posible para evitar complicaciones. Consiste en reparar dicho desprendimiento mediante fotocoagulación con láser de argón, para colocar la retina en su lugar evitando su necrosis y consecuente ceguera.
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