Video: Glándula hipófisis
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Damas y caballeros, ¡bienvenidos a una noche de la sinfonía endocrina! La estrella del espectáculo de esta noche es ninguna otra que la directora principal, aclamada en todos lados como la glándula ...
Leer másDamas y caballeros, ¡bienvenidos a una noche de la sinfonía endocrina! La estrella del espectáculo de esta noche es ninguna otra que la directora principal, aclamada en todos lados como la glándula maestra de la orquesta endocrina: ¡Así es, hablamos de la glándula hipófisis. Prepárate para una presentación espectacular en la que la glándula hipófisis dirigirá su sinfonía de hormonas, creando una melodía "hormonal" que gobierna el ritmo de nuestras funciones corporales.
Ahora, sin más preámbulos, descubramos más acerca de cómo la glándula hipófisis lleva a cabo esta "sinfonía de hormonas" conforme desentrañamos cada uno de sus secretos.
La glándula hipófisis es una estructura pequeña y con forma ovoide que se encuentra en la cara inferior o ventral del cerebro, y es ligeramente mayor al tamaño de un chícharo o guisante. Está suspendida por lo que se conoce como el infundíbulo de la hipófisis o tallo hipofisario, lo que coincide de manera muy acertada con su nombre, ya que la palabra “hipófisis" significa literalmente "crecimiento o brote por debajo".
La glándula hipófisis está incrustada dentro de una depresión ósea conocida como la fosa hipofisaria, la cual está rodeada por una estructura llamada silla turca, que es una eminencia ósea localizada en el cuerpo del hueso esfenoides. El nombre de silla turca literalmente quiere decir “silla de montar turca”, describiendo muy bien su forma.
En términos de su función, a la glándula hipófisis frecuentemente se le refiere como la glándula maestra del sistema endocrino, debido a que sirve como la interfaz endocrina principal entre el sistema nervioso central y el resto del cuerpo. Esto significa que controla muchas funciones vitales del cuerpo relacionadas con el metabolismo, crecimiento, maduración sexual, reproducción, presión sanguínea, y muchas otras funciones y procesos físicos.
Creeme que es fácil, la hipófisis está compuesta por dos lóbulos funcionales - el lóbulo anterior, también conocido como adenohipófisis, y el lóbulo posterior, llamado también neurohipófisis. Y aunque estos dos lóbulos se encuentren tan juntos como dos guisantes en su vaina, lo cierto es que tienen orígenes embrionarios distintos que resultan en funciones diferentes. Echemos un vistazo a estos lóbulos un poco más de cerca, comenzando con el lóbulo anterior o adenohipófisis.
El origen embrionario de la adenohipófisis se da a partir de una evaginación en el techo de la cavidad bucal, que se denomina bolsa adenohipofisaria o bolsa de Rathke. Se deriva del ectodermo bucal, lo que significa que tiene un origen diferente al de la mayor parte del resto del sistema nervioso.
La adenohipófisis se compone de tres partes. La porción distal, también conocida como la porción anterior o glandular, es el componente más grande y es responsable de la mayor parte de la actividad secretora de la adenohipófisis. La porción tuberal, o infundibular, es una extensión posterior del lóbulo anterior y se extiende hacia el infundíbulo de la hipófisis que revisamos anteriormente. Por último, tenemos la porción intermedia, que es una capa epitelial delgada y un área avascular que limita el lóbulo posterior.
La adenohipófisis produce y secreta numerosas hormonas endocrinas diferentes, que posteriormente libera en el torrente sanguíneo para que actúen en sus células diana y lleven a cabo diversas funciones en todo el cuerpo. Esta función glandular es la razón por la cual recibe el nombre de adenohipófisis.
Dando un vistazo a las hormonas de la adenohipófisis, primero tenemos a la hormona de crecimiento, o somatotropina, y su objetivo son tejidos como el hígado, huesos y músculos, los cuales a su vez son inducidos para liberar factores de crecimiento que, como su nombre lo indica, estimulan el crecimiento e incrementan la tasa del metabolismo. A continuación está la prolactina, cuyo objetivo son las glándulas mamarias y promueve la producción de leche materna.
La glándula hipófisis también libera hormonas hacia el aparato reproductor. La hormona estimulante de folículo o foliculoestimulante, conocida comúnmente solo como FSH, se dirige hacia las gónadas regulando la producción de espermatozoides en los hombres y la maduración de los folículos ováricos en las mujeres. De manera similar, la hormona luteinizante causa la liberación de hormonas sexuales como el estrógeno y la testosterona por medio de las gónadas, y desencadena la liberación de un óvulo por el ovario. La hormona estimulante de la tiroides, también conocida como tirotropina, tiene como objetivo a la glándula tiroides, provocando la liberación de la hormona tiroidea.
La hormona adrenocorticotrópica, también conocida como corticotropina, tiene como objetivo las glándulas suprarrenales y conlleva a la producción de los glucocorticoides que regulan numerosos procesos metabólicos, inmunológicos y homeostáticos.
Ahora, como podemos ver, la glándula hipófisis es perfectamente capaz de orquestar una multitud de funciones dentro del cuerpo. Aún así, puede que te preguntes ¿cómo es que esta glándula tan pequeña, no más grande que dos guisantes en una vaina, tenga un control tan grande?, ¿cómo hace para saber cuándo liberar cada hormona, o cuándo detenerse? Pues bien, no queremos exponer los secretos de la hipófisis, pero resulta que hay una autoridad por encima de ella que le dice qué hacer. Se trata de su jefe, el hipotálamo.
El hipotálamo es el regulador principal de la actividad de la adenohipófisis o hipófisis anterior. Se encarga de monitorear y responder a cambios relacionados con la temperatura corporal, necesidades energéticas o equilibrio electrolítico. Este monitoreo y control se realiza por medio de dos vías principales entre el hipotálamo y la glándula hipófisis. Una de ellas es una vía vascular y la otra es una vía neural. Echemos un vistazo más de cerca a cómo se conectan el hipotálamo y la hipófisis.
El hipotálamo contiene neuronas neurosecretoras que producen neurohormonas en sus cuerpos celulares. Estos cuerpos celulares están agrupados en núcleos. Hay dos núcleos principales que se relacionan con la adenohipófisis - el núcleo paraventricular y el núcleo arcuato.
Estos núcleos están involucrados en la producción de diversas neurohormonas como la hormona liberadora de tirotropina, la hormona liberadora de corticotropina, la hormona liberadora de gonadotropina; hormona liberadora de hormona del crecimiento, también conocida como somatocrinina; hormona inhibidora de la hormona del crecimiento, también llamada somatostatina; y finalmente la dopamina, que en este contexto en ocasiones se le refiere como hormona inhibidora de la prolactina, o prolactostatina.
Así que una vez que las hormonas son liberadas del cuerpo celular, viajan a través de los axones de estas neuronas hacia la eminencia mediana, la cual se localiza en la base del hipotálamo. Este es el sitio en el que las hormonas liberadoras hipotalámicas se liberan hacia la red capilar primaria del sistema porta hipofisario.
Ahora, este lecho capilar está formado por ramas de la arteria hipofisaria superior, la cual surge de la arteria carótida interna. Comprende muchos capilares fenestrados pequeños, los cuales se unen para formar vasos sanguíneos más grandes conocidos como las venas porta hipofisarias largas y cortas, las cuales después viajan a través del infundíbulo hacia la red capilar secundaria del sistema porta hipofisario en la hipófisis anterior o adenohipófisis.
Cuando tenemos un sistema en el cual las venas drenan la sangre de un lecho capilar a otro, a esto lo llamamos un sistema venoso portal. Así que esta vía entre el hipotálamo y la adenohipófisis es conocida como la vía hipotálamo-hipofisaria vascular, o el sistema porta hipofisario. Recuerda que esta vía vascular tiene una importancia significativa, ya que sirve como el enlace directo entre el sitio de liberación de hormonas hipotalámicas, específicamente la eminencia mediana, y las células glandulares de la adenohipófisis.
Cuando las hormonas hipotalámicas son liberadas de la red capilar secundaria, actúan en las células glandulares de la adenohipófisis ya sea para estimular o inhibir la liberación de hormonas. Después, estas son transportadas mediante las venas hipofisarias hacia el seno cavernoso y de ahí hacia la circulación sistémica.
Ahora demos una mirada al otro guisante de la vaina - el lóbulo posterior de la glándula hipófisis, denominado neurohipófisis.
El origen embrionario de la neurohipófisis, o lóbulo posterior, es el ectodermo neural, el cual también le da origen al resto del sistema nervioso central. La neurohipófisis es una estructura del diencéfalo y es esencialmente una extensión de tejido neural del hipotálamo, de donde obtiene su nombre de neurohipófisis.
Esta estructura se puede dividir en dos porciones principales - la porción superior, también llamada infundíbulo de la hipófisis, y la porción inferior o porción nerviosa. Al igual que la adenohipófisis, la neurohipófisis también comparte una conexión con el hipotálamo.
El infundíbulo de la hipófisis, también llamado tallo hipofisario, es continuo con la eminencia mediana del hipotálamo. Está compuesto por miles de axones desmielinizados de neuronas cuyos cuerpos celulares se localizan principalmente en los núcleos supraóptico y paraventricular del hipotálamo. Estos axones forman colectivamente el tracto hipotalamohipofisario, que conecta el hipotálamo con la glándula hipófisis, pero esta vez como una vía hipotálamo-hipofisaria neural. Las vesículas que contienen neurohormonas son transportadas directamente desde el hipotálamo hasta la neurohipófisis.
La porción nerviosa de la hipófisis, o el lóbulo neural, es la porción más grande de la neurohipófisis. Consiste principalmente en los botones terminales de las neuronas hipotálamo-hipofisarias que viajan desde el hipotálamo mediante el infundíbulo de la hipófisis. A diferencia de la adenohipófisis, la neurohipófisis no contiene tejido glandular. Esto significa que no produce activamente hormonas por sí misma. En lugar de esto, su función principal es el almacenamiento y liberación de dos hormonas - la hormona antidiurética, también conocida como vasopresina, y la oxitocina - las cuales son producidas en los cuerpos neuronales en el hipotálamo.
Estas hormonas viajan hacia la neurohipófisis en forma de vesículas por medio de los axones de estas neuronas. Las hormonas luego son almacenadas en los botones terminales de las neuronas y liberadas hacia el torrente sanguíneo cuando se activan por los potenciales de acción que viajan a través de los axones. El lecho capilar, que recibe a estas hormonas, está formado por las ramas de la arteria hipofisaria inferior, y es drenado por las venas hipofisarias hacia el seno cavernoso y de ahí hacia la circulación sistémica.
La hormona antidiurética es liberada para actuar sobre los riñones y ayuda a regular el equilibrio de agua en el cuerpo al incrementar la reabsorción de agua y así reducir la salida de orina. También funciona para mantener una presión sanguínea adecuada mediante la constricción de los vasos sanguíneos, lo que también se conoce como vasoconstricción.
La oxitocina se ve involucrada en el comportamiento social y reproductivo, y es mejor conocida por su rol en la contracción rítmica del útero durante el parto, así como en el reflejo de eyección de leche durante el amamantamiento. También se le refiere frecuentemente como la hormona del amor debido a su función en la promoción de emociones relacionadas con la formación de vínculos y apego, así como otros comportamientos en relación con la crianza y el cuidado.
Y eso es todo para nuestro videotutorial de hoy, pero antes de que te vayas, considera esto: al igual que en un espectáculo cautivador, nuestra exploración dentro del reino de la glándula hipófisis es tan solo el acto de apertura. Para adentrarte aún más profundo en la sinfonía de hormonas orquestradas por esta glándula maestra, no olvides revisar nuestra unidad de estudio y artículos. Así, para el gran final, podrás poner a prueba tu aprendizaje con la ayuda de nuestros cuestionarios interactivos.
Hasta la próxima. ¡Deja que la sinfonía endocrina siga tocando!