El motivo real por el que los estudiantes procrastinan y cómo enfrentarlo
“La procrastinación es como una tarjeta de crédito. Mucha diversión hasta que tienes que pagar la cuenta” - Christopher Parker
Si la procrastinación y las tarjetas de crédito fueran realmente similares, la Gran Recesión del 2008 perseguiría al mundo las 24 horas del día, los 7 días de la semana, los 365 días del año. Nunca terminaría. Los sobregiros en las cuentas bancarias afectarían a cada individuo y a cada banco, y las deudas nunca se podrían pagar.
Aunque afortunadamente ese no es el caso, la procrastinación es tan real como lo fue la Gran Recesión. Cada ser humano lo hace hasta cierto punto. Procrastinas desde el momento en el que comienzas a pensar "lo haré después" ¡y lo cierto es que se siente bastante bien!
Desafortunadamente, los resultados no son tan gratificantes, particularmente cuando lo que estás procrastinando es estudiar anatomía. ¿Quieres saber cómo evitarlo y sentir más motivación para estudiar? Únete a nosotros mientras exploramos el motivo real para tu procrastinación (¡entenderlo es la clave para superarlo!), y te brindamos algunos consejos realistas y prácticos que puedes seguir para evitar desviarte del camino.
Divide tu trabajo | Al dividir cada gran tarea en tareas más pequeñas y fáciles de realizar, puedes enfocarte en un objetivo menor y recompensarte durante el proceso |
Haz cada tarea positiva y gratificante | Este método mejora tu humor y te permite disfrutar el proceso, luchando contra el impulso de posponerlo para más tarde |
Perdónate | Acepta que algunas veces las cosas pueden no salir del todo bien y no te sientas mal si procrastinas un poco. La ciencia ha demostrado que perdonarte en realidad disminuye tu propensión a posponer el trabajo en el futuro |
Modifica los plazos | Transforma cada fecha límite en un desafío y prémiate al superar las dificultades. Por ejemplo, piensa esto: “¿Qué tal si hoy me esfuerzo un poco por hacer el trabajo ahora, así mañana tendré tiempo libre para hacer lo que desee?” |
- ¿Qué es la procrastinación?
- Todo se trata de las emociones
- Luchar contra la procrastinación
- Conclusiones principales
- Bibliografía
¿Qué es la procrastinación?
La procrastinación no es nada nuevo. Esta práctica probablemente ha existido desde el momento en que un ser humano tenía que realizar una tarea, con el primer registro histórico del año 800 A.C. Si la procrastinación tiene todas esas connotaciones negativas en el siglo XXI, entonces, ¿por qué este ha resistido tanto a las pruebas del tiempo? ¿Se debe exclusivamente a la naturaleza humana? ¿O hay mucho más por debajo de la superficie?
Definir qué es la procrastinación y por qué ocurre es algo muy complejo. Sin embargo, lo que se sabe con certeza es que involucra retrasar o aplazar una tarea o decisión. En algunos casos, es necesario y hasta ventajoso. Por ejemplo, cuando priorizamos tareas en el trabajo o durante los estudios. También puede ser interpretado como evitar acciones impulsivas.
Dicho esto, otros expertos clasifican la procrastinación como un atraso irracional del comportamiento, llevando a las personas a posponer acciones sin ninguna razón lógica. En otras palabras, las personas que procrastinan escogen voluntariamente un curso de acciones que en el fondo saben que no será beneficioso al final. Es aquí donde se encuentra el peligro. La persona que procrastina es experta en hacerse la vida más difícil. A su vez el estrés se dispara, el rendimiento empeora y los resultados son insatisfactorios.
Si disfrutas usar tus herramientas de estudio de anatomía, ¡tienes muchas menos probabilidades de procrastinar! Los videos tutoriales de anatomía son la manera perfecta de aprender y divertirte al mismo tiempo.
Todo se trata de las emociones
Si estás leyendo este artículo, es muy probable que seas una persona seria que procrastina y está intentando entender y solucionar el problema. Es interesante que incluso aunque logras darte cuenta de esto, es imposible para ti parar de hacerlo. En lugar de una mala gestión del tiempo, existe algo innato que te mantiene dentro del torbellino de la procrastinación.
En realidad, los últimos trabajos han demostrado que la gestión del tiempo no tiene nada que ver con este fenómeno, así que decirle a alguien que procrastina que lo que debe de hacer es "parar de perder tiempo y simplemente hacerlo", es como insistirle a una persona con depresión que debe "parar de preocuparse y animarse".
¿Por qué es este el caso? La raíz del problema de la procrastinación es la incapacidad de regular adecuadamente las emociones en un momento determinado. Cuando encaras una tarea importante como alguien que procrastina, funciona así
- Percibes que aplazar es perjudicial
- Te enfocas en sentirte mejor en el momento actual
- Este deseo se apodera por completo de ti
- Pospones la tarea
- Esperas lo mejor en el futuro (que es una apuesta)
Además, te resulta difícil parar de procrastinar. Aprender de los errores viene acompañado de una intranquilidad por haberte equivocado. Quien procrastina hará lo que sea que esté en sus manos para evitar ese sentimiento. ¿Cuál es el resultado? De nuevo procrastinarás en una próxima tarea. Irónicamente, intentar mejorar tu estado emocional actual te impide sentirte bien a largo plazo.
Debe existir algún motivo para la obsesión de alguien que procrastina de tener sentimientos positivos en el momento actual. Después de todo, quien no procrastina no cierra sus libros de anatomía y toma una siesta porque el tema es muy difícil. Esta razón es simple, se llama personalidad.
Dos rasgos, en especial, te hacen procrastinar de forma crónica: gran impulsividad y baja autodisciplina. Estas están determinadas en cierta forma por tu genética, sin embargo, también se fortalecen con el tiempo a través de la repetición y el refuerzo, lo que significa que la naturaleza también juega un papel. Por lo tanto tienes el poder de cambiarlo.
Luchar contra la procrastinación
En la próxima sección veremos cómo puedes comenzar a moldear rasgos de comportamiento más deseables que te lleven a resultados más positivos. O sea: ayudarte a estudiar eficientemente.
Estructurar tus estudios de forma clara y adaptable es la clave para combatir la procrastinación. Comienza con el pie derecho con nuestra Guía de estudio sobre anatomía humana.
¡Aquí hay algunas posibilidades que no son tan difíciles como piensas!
Divide tu trabajo
El problema principal de la procrastinación es sentirse bien en el momento actual. Por lo tanto, ¿por qué no combatir fuego con fuego y proporcionarte exactamente eso? Si tienes que completar una tarea, divídela en varias partes.
Si tienes que ir de A a C, no dividas simplemente la jornada parando una vez en B. Realiza varias pequeñas paradas yendo de A a B para descansar tus piernas, beber agua y comer algo. En otras palabras, aborda tus estudios paso a paso.
Al cumplir todas esas pequeñas tareas, recibes la gratificación instantánea que tu personalidad necesita y terminas la tarea completa a tiempo y en buena forma. Básicamente, te estás recompensando cada vez que superas un obstáculo. Lo más importante es no mirar todo el camino hacia la línea final, sino concentrarte solo en la dificultad que se encuentra frente a tí en este momento.
Haz cada tarea positiva y gratificante
Las distracciones pueden mejorar momentáneamente tu humor porque te ayudan a olvidar lo desagradable de la tarea en cuestión. Irónicamente, quien no necesita distracciones puede encontrarlas fácilmente. De pronto, búsquedas en internet para los orígenes y la historia de tu apellido o intentar ver tu auto en Google Earth resulta increíblemente atractivo.
Una alternativa complicada pero eficaz es profundizar y encontrar algo positivo y valioso sobre la tarea en cuestión. Por ejemplo, poner música estimulante de fondo o encender una vela aromática mientras estudias. Si estás aprendiendo anatomía, puedes poner la información que estás aprendiendo en un contexto clínico para hacerlo más interesante y llamar tu atención
Perdónate
Como alguien que procrastina, en el fondo sabes que lo que estás haciendo es perjudicial para tu desempeño en el futuro. Por esto, por cada desempeño deficiente, que es un evento regular, te criticas a ti y a tu incapacidad de parar de procrastinar. Como resultado, pones aún más emociones negativas sobre ti, y como has visto, quien procrastina no reacciona bien a esto.
Una práctica útil es simplemente perdonarte por procrastinar y aceptar que algunas veces simplemente las cosas no van bien. Curiosamente, las investigaciones han demostrado que quien procrastina y se perdona tiene sentimientos más positivos, lo que resulta en menos probabilidades de posponer el trabajo en el futuro.
Modifica los plazos
Muchas personas que no procrastinan no perciben que simplemente "asustar" a quien procrastina dándole fechas límites cortas no funciona. Si saben que el examen es en dos semanas, no pueden tan solo imaginar que es en una semana y organizarse de acuerdo a este nuevo horario. En el fondo, ellos saben que es simplemente una mentira porque sentirse bien anula su proceso racional de toma de decisiones.
Una alternativa sería modificar las fechas límites. En vez de cambiarlas, piensa así: "¿Qué tal si hoy me esfuerzo un poco por hacer el trabajo ahora, así mañana tendré tiempo libre para hacer lo que desee? "
Puedes también moldear tu pensamiento en algo como, "¿qué tal si me siento y hago el trabajo ahora antes del almuerzo, así estaré completamente libre en la tarde?" Es todo sobre transformar la fecha límite en un desafío y añadirle un premio por cada dificultad a lo largo del camino.
En general, las últimas investigaciones han demostrado que la procrastinación no se debe a una mala gestión del tiempo ni a la pereza. La persona que procrastina crónicamente presenta una mezcla de incapacidad para regular emociones con rasgos de alta impulsividad y baja autodisciplina. Como resultado, las posibles soluciones son más abstractas y requieren una reflexión bastante profunda, pero con paciencia y práctica la personalidad con certeza se puede moldear para disminuir esta forma de vida. ¡Buena suerte!
Conclusiones principales
- Con certeza has escuchado del negativo hábito de la procrastinación, pero, ¿por qué este ha resistido tanto a las pruebas del tiempo? ¿Se debe exclusivamente a la naturaleza humana? ¿O hay mucho más por debajo de la superficie?
- La procrastinación implica retrasar o posponer una tarea o decisión, lo que algunas veces es ventajoso. Sin embargo, otros expertos clasifican la procrastinación como un atraso irracional del comportamiento. ¿Por qué procrastinamos? Lo creas o no, ¡la gestión del tiempo no tiene nada que ver con eso! Hay algo innato que te mantiene dentro del remolino de la procrastinación.
- De acuerdo con la ciencia, es una combinación de un enfoque obsesivo por sentirse bien en el momento actual combinado con ciertos rasgos de la personalidad. Actuar por capricho y tener poco autocontrol permite que el deseo de sentirse temporalmente bien te controle irracionalmente.
Afortunadamente, existen algunas posibilidades para luchar contra la procrastinación, ¡y no es tan difícil como lo imaginas! Por ejemplo, puedes dividir tu trabajo, profundizar para encontrar algo que valga la pena acerca de la tarea actual, perdonarte y modificar los plazos.