Formación del tejido óseo

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La osteogénesis se refiere a la formación de huesos, mientras que la osificación describe el desarrollo del tejido óseo. Existen dos vías de osificación: intramembranosa y endocondral.

Durante la osificación intramembranosa u osificación directa, el tejido mesenquimatoso se convierte en hueso entretejido (inmaduro). Este tipo de formación del tejido óseo tiene lugar en el cráneo, partes de la mandíbula y clavícula.

Sin embargo, la mayoría de los huesos se forman mediante la osificación endocondral u osificación indirecta. El tejido cartilaginoso (cartílago hialino) se forma inicialmente a partir de células mesenquimales agregadas, y luego es modificado y osificado. Con base en la ubicación de la mineralización, esta vía se puede subdividir en osificación perióstica y osificación endocondral pura. Ambos tipos de osificación tienen un papel esencial en la formación de huesos largos, aunque sólo la osificación endocondral ocurre en los huesos cortos. La osificación perióstica comienza en el pericondrio, en donde se forma una manga ósea externa. En la osificación endocondral pura, que generalmente se divide en cinco etapas, el tejido cartilaginoso se calcifica desde adentro.

Mira la siguiente galería de imágenes para aprender más sobre las dos diferentes vías de formación del tejido óseo y su apariencia histológica:

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